Vicente Novillo junto a dos de sus fotografías de la antigua cárcel. ÁNGEL MÁRQUEZ

30 años de Meiac: la cárcel que se convirtió en museo

El espacio museístico acoge una exposición sobre sus orígenes con las fotografías que realizó Vicente Novillo de la prisión que hoy exhibe obras de arte

Jueves, 10 de abril 2025, 14:08

La primera y única vez que Vicente Novillo entró en una cárcel fue en enero de 1990, cuando el gestor del Meiac, Antonio Franco le encargó fotografiar la Prisión Preventiva y Correccional de Badajoz, que estaba abandonada y sería revertida en el museo de arte contemporáneo que es en la actualidad.

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Entre más del centenar de fotografías que Novillo hizo de la cárcel, ahora el museo expone 29 que muestra la historia de las personas que pasaron por la prisión, y que a Novillo resultó sobrecogedora. «Aquí sentí una soledad absoluta me llevé algún susto que otro porque era y es un sitio enorme, y había mucho rastro de la vida de las personas que habían estado aquí prisioneras. Era sobrecogedor estar dentro de esta estructura sabiendo que estás solo y que vas explorando lo que hay en cada celda», subrayaba Vicente Novillo en la inauguración de la exposición que se ha celebrado este jueves.

Las imágenes de la cárcel, donde estaban los presos que habían sido condenados por homosexualidad o delitos sexuales, dejan comprobar como el museo es una copia exacta de la antigua construcción donde una torre panóptica con varias plantas circulares permitía observar todo el interior desde un único punto, lo que facilitaba el control de las personas que se encuentran en el interior.

Es la primera vez que tenemos una exposición hablando del pasado del edificio. Queríamos visualizar los primeros 30 años del museo y la mejor manera de hacerlo era lanzando una mirada al pasado que nos ha llevado a ir identificando todas estas piezas para crear un discurso coherente de lo que fue este pasado.

El panóptico sobre el que hoy se levantan las salas del museo permite ver una de las fotografías que Novillo hizo a la puerta de una celda desde el punto opuesto de la misma planta. «Estas obras aluden al edificio que se musealizó con vocación de expansión y pasó de ser un centro de represión a un museo donde la represión dio lugar a un espacio para el diálogo y la libertad de expresión», contaba la directora del Meiac, Catalina Pulido.

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Humanización del espacio

En sus fotografías Vicente Novillo plasmó los restos de vida que los presos dejaron entre los muros de aquella cárcel, que fue derruida a principios de la década de los 90 para construir un edificio igual, el panóptico que se terminó en 1994.

Masa de pan que en las paredes que sujetaban algunas fotografías y recortes de revistas; un peine en el suelo: escritos en la pared donde se lee «subre en silencio y vengate» o los nombres de Marcos y Antonio junto a corazón escritos en un pequeño mueble es lo que ha quedado de aquella cárcel y que sobrecogió a Novillo durante la semana que estuvo trabajando en ella.

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«Todas las fotografías están hechas con trípode, y todo está tal como me lo encontré. No coloqué nada para darle más énfasis a unos objetos u otros», asegura el autor de las imágenes que afirma que para él fue una alegría la inauguración del Meiac, de la que se cumplen 30 años el próximo 9 de mayo. «Inaugurar el Meiac para mí fue como la regeneración de fue un tejido social, que dignificó esta zona de la ciudad de Badajoz», asegura.

La muestra podrá visitarse hasta el próximo 30 de junio, pero no es la única actividad que realizará el museo para celebrar su aniversario que tiene previsto anunciar otras actividades para conmemorar su aniversario. «Dentro de la programación de actividades por los 30 años esta es la más sentimental y la que tiene más significado», destacó la directora, que recuerda que esta tarde a las 20,00 horas se Vicente Novillo realizará una visita guiada por la exposición.

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