Ramírez: «Dejar de beber del río Guadiana se hace ya inaplazable»

La presa de Villalba se proyectó en el Plan Hidrológico Nacional de 2001 para abastecer de agua potable a una población de unos 56.000 habitantes de la ciudad de Almendralejo y a otros municipios de la zona. Se invirtieron 30 millones de euros en esta construcción por parte del Gobierno central, pero sigue sin uso. Desde 2014, cuando la presa comenzó a ser gestionada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), sus millones de hectólitros de agua siguen sin uso. En un tiempo, quizás una parte vaya a regar los campos del regadío de Tierra de Barros, aunque la mayor parte del agua para ese riego llegará de Alange. Es más, años después en Almendralejo se construyeron los depósitos que debían llenarse de ese agua para abastecer a la ciudad. Sin embargo, falta la construcción de la potabilizadora, necesaria para que la presa de Villalba comience a usarse para la que se construyó.

El alcalde de Almendralejo, José María Ramírez, recuerda el objetivo de la construcción esta presa, pero cree que ya no se puede esperar más y que una ciudad como la que gobierna necesita ya mejorar el abastecimiento de agua.

Es un tema para el que ya se han puesto a trabajar en el Ayuntamiento y así se lo han hecho saber a los responsables de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, porque «se hace ya inaplazable». Reconoce que «es una inversión costosa, pero necesaria». Se trata de tomar agua de mejor calidad, aunque sin perder de vista a Villalba. que requiere hacer una «infraestructura de muchos millones de euros» –unos 30– para abastecer a las poblaciones de la zona.