Juan Ignacio Gutiérrez, responsable de proyectos de I+D de Ctaex, comprueba el estado de la madera de un ejemplar de vid de la entidad. CASIMIRO MORENO

Soluciones ecológicas para las enfermedades de madera de la vid

Investigación. Ctaex coordina el Grupo Operativo Vitinnat, cuyo objetivo es encontrar tratamientos eficaces y sostenibles para hacer frente a esta amenaza

Viernes, 7 de agosto 2020, 12:44

Las enfermedades de madera son probablemente la mayor amenaza para el cultivo de la vid que existe en la actualidad. Están producidas por hongos, y aunque la más conocida sea la yesca, hay documentadas alrededor de un centenar de especies diferentes que la causan. Estos microorganismos pueden acceder a la planta tanto por el aire como por el suelo, pero la principal vía de transmisión suele ser a través de las heridas que deja la poda.

Publicidad

Además, afectan tanto a ejemplares jóvenes como a otros más adultos, ocasionándoles una pudrición de la madera que deriva en un menor vigor de la planta, y una menor producción, y que puede acabar provocando su muerte. Estos signos empiezan a ser visibles cuando la enfermedad está ya muy avanzada y es demasiado tarde. Y lo que es peor: no existe ningún método efectivo para erradicarla. Hasta hace unos años se utilizaba el arsenito sódico, un producto muy eficaz pero también extremadamente tóxico, por lo que se acabó prohibiendo su uso.

Para tratar de acabar con esta problemática surge el Grupo Operativo Supraautonómico Vitinnat, coordinado por el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario de Extremadura (Ctaex) e integrado por otras cuatro entidades: Agrozono, Idai Nature, Bodegas Matarromera y el Instituto de Salud Carlos III. El objetivo de este proyecto, que cuenta con una financiación de casi 600.000 euros, es encontrar soluciones efectivas para hacer frente a las enfermedades de madera de la vid, y que además sean aptas para utilizarse en agricultura ecológica.

Ambos tratamientos ya se están testando en uno de los viñedos de Bodegas Matarromera

Ya están realizando pruebas experimentales con dos tratamientos diferentes pero complementarios. El primero de ellos es un sistema de ozonización que desinfecta el agua de riego y toda la zona del suelo a la que llega este agua. Está patentado por la empresa Agrozono, uno de los miembros del grupo operativo, y para que sea efectivo se debe realizar una posterior inoculación de microorganismos beneficiosos y de rápido crecimiento. «El problema es que el ozono no solo elimina todo lo malo, también lo bueno, porque no tiene la capacidad de discriminar. Por eso es importante realizar después estas inoculaciones, para evitar que la enfermedad vuelva a recolonizar ese vacío que deja en el suelo», explica Juan Ignacio Gutiérrez, responsable de proyectos de I+D de Ctaex.

La segunda solución que están desarrollando es un formulado ecológico que se aplica vía aérea, como la mayoría de productos fitosanitarios. Está elaborado a partir de residuos agroindustriales, por lo que es un ejemplo de economía circular en la agricultura. Es más, en este caso, los componentes activos que forman parte del formulado experimental fueron extraídos durante el proceso de vinificación de la propia Bodega Matarromera, en cuyas parcelas ahora se están realizando los ensayos.

Publicidad

Capacidad fungicida

Ctaex se encargó de validar la capacidad fungicida de esos extractos y el Instituto de Salud Carlos III de comprobar su toxicidad. «Hemos probado diez, de los cuales tres o cuatro tienen mucho potencial y el resto se han descartado porque no eran efectivos o porque eran tóxicos», señala Gutiérrez.

Los que han superado esa primera criba han sido cedidos a Idai Nature, que será la empresa que desarrolle el formulado final a nivel industrial. «Es importante también ese punto de vista del fabricante. Puede ser que un extracto sea efectivo y no sea tóxico pero que por su composición fisicoquímica no pueda ir en el formulado porque quizás no se disuelva bien, por ejemplo», añade.

Publicidad

Ya han creado varios prototipos que se están testando durante esta campaña en la finca más distinguida de Bodegas Matarromera: el Pago de las Solanas. Es su joya de la corona, el viñedo más emblemático y mimado de la entidad, con más de 25 años de antigüedad.

El terreno se ha dividido en cinco sectores: uno para probar el sistema de Agrozono; otro con los nuevos formulados; un tercero con ambas soluciones; en el cuarto se están empleando otros productos de Idai Nature; y el último se ha dejado como testigo, con los tratamientos fitosanitarios convencionales.

Publicidad

Ctaex también se está ocupando de realizar el seguimiento del estado fisiológico de esos cultivos. Con una serie de equipos, miden el estrés hídrico de las plantas, el contenido de clorofila en las hojas y de nitrato en la savia, entre otros parámetros, para controlar cómo están afectando los distintos tratamientos en la evolución de los viñedos. El centro extremeño cumple una función esencial en este grupo: además de ser el representante del consorcio, de coordinar a los distintos miembros y de encargarse de gestionar la documentación, tiene implicación técnica en todas las fases del proyecto.

Una vez se realice la cosecha de esas parcelas, también se evaluará el rendimiento productivo y la calidad de la uva. Es más, se llegará hasta el final del proceso, que es la elaboración del vino: «Con esas uvas, Matarromera hará microvinificaciones para valorar las propiedades del vino resultante. Esto también es fundamental, porque si con estos dos tratamientos se producen más kilos de uva pero afecta a su calidad, no van a ser interesantes para las bodegas».

Publicidad

Se trata de un sistema de ozonización del agua de riego y un formulado que se aplica vía aérea

El proyecto, que dio comienzo el año pasado, termina oficialmente el 15 de julio de 2021, pero han decidido alargarlo un poco más. «Nos hemos comprometido a continuar con él hasta recoger también la cosecha del año que viene, para evaluar el rendimiento de dos campañas completas», indica Gutiérrez.

El responsable de proyectos de I+D de Ctaex asegura que ya están empezando a ver una mejora en las plantas, sobre todo en las que se están utilizando las dos soluciones de forma conjunta: «Es solo una percepción, el año que viene ya tendremos resultados más fiables, pero por ahora son bastante prometedores».

Noticia Patrocinada

Si acaba teniendo éxito, los agricultores del sector vitivinícola tendrán por fin dos herramientas eficaces para hacer frente a las enfermedades de madera, un problema que ha ido extendiéndose y agravándose en los últimos años. Así, se evitarían las enormes pérdidas económicas que producen y aseguraría una cosecha de mayor calidad. Y todo ello gracias a dos soluciones ecológicas que ayudarían a seguir avanzando hacia el horizonte de la agricultura sostenible, cuidando el medio ambiente y la salud de los consumidores.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad