La fruta extremeña recupera producción y optimismo
Tranquilidad ·
La cosecha será algo menor que la media, pero los buenos precios animan al sectorLo mejor que se puede decir que cuando arranca una campaña agrícola es que hay tranquilidad. Sosiego. Sin noticias ante los contratiempos. A los fruticultores, ... claves en la economía extremeña y uno de los pocos sectores que siguen moviendo una gran cantidad de mano de obra tanto en campo como en las centrales, les parece que esta campaña de la fruta está siendo de lo más maravillosa por eso. «Hombre, hubiera sido mejor que hubiéramos tenido más kilos, más producción, porque con las expectativas de precio que tenemos sería fantástico, pero no nos podemos quejar, que siga así la campaña, sin sorpresas», relata FranciscoPlaza, fruticultor y presidente de la cooperativa San Isidro de Villanueva de la Serena. Una de las grandes sociedades cooperativas de Extremadura.
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Tomás Horrillo, villanovense de 47 años, suscribe punto por punto las palabras de Paco Plaza. «Tengo algún kilo menos porque en la primavera llovió muchísimo tras un invierno también muy lluvioso. Y muchas flores de frutales se han quedado vacías. No ha cuajado la polinización», puntualiza este productor de melocotón y nectarina, algo de paraguayo y en menor medida de albaricoque.
Como va siendo una práctica ya en el sector, tiene diversificada su producción. Si antes en Extremadura la reina de la fruta era la ciruela, ahora, aunque sigue siendo mayoritaria, ya no goza de tantas hectáreas en las vegas delGuadiana, su gran zona de expansión.
El año pasado, además, la recogida de ciruela fue un desastre. La campaña se vio muy damnificada por los contratiempos climatológicos y la reducción de kilos osciló entre un 30 y un 50%.
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«Fue la puntilla para mucha gente, que además tuvo que soportar muchos costes. Por eso se intenta diversificar», refrenda el presidente de la cooperativa SanIsidro, que suele cosechar de media cada año entre 6 y 7 millones de kilos. Este año, aventura Plaza, «estaremos rozando los 6 millones pero no creo que lleguemos a ellos».
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La sociedad agrícola San Isidro, activa desde 1947, cuenta con 180 socios activos. Se dedica a la comercialización de cereales y productos hortícolas. Cuenta también con una central hortofrutícola.
Melocotón
«El mercado marca la demanda y en mi caso me intento adaptar a eso. Ahora los melocotones escasean, nos dicen los técnicos», refrenda Tomás Horrillo, quien tiene ya prácticamente terminada la recogida de las variedades más tempranas. Y eso que este año, de forma general, la recogida en las tempranas se ha iniciado una semana más o menos sobre las fechas habituales. Fruta, insisten los productos, de gran calidad y buen calibre.
«Escasean los melocotones pero no solo aquí, en Extremadura, o en España, sino en el conjunto de países productores del mundo. En realidad, les está pasando como a la fruta en general. Se han quitado muchas hectáreas de frutales», reflexiona Paco Plaza.
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Se trata, la caída de superficie de frutales, de otra circunstancia a tener en cuenta en cada campaña. «Aquí en San Isidro es difícil encontrar a un agricultor que cultive solo una cosa. Se diversifica mucho.En tomate, en variedades de fruta, en cereal, en olivar intensivo y superintensivo», admite el presidente de la sociedad cooperativa.
Los últimos datos oficiales del registro de explotaciones agrarias de la Consejería de Agricultura indican que en Extremadura que la superficie de frutales alcanzaba las 17.390,93 hectáreas en este año. Mirando atrás, en 2019, se contaban 21.699,07 hectáreas de frutales (en las que se no incluyen almendros). Un año después la cifra bajó a 20.907,02.
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En los dos siguientes años, 2021 y 2022, hubo un repunte (21.122,54 y 21.204,59 hectáreas) pero en el pasado 2024 volvió a desplomarse la superficie. Cayó a las 17.280,14 hectáreas en el conjunto extremeño.
A la hora de hablar de frutales hay que hacer una mención especial al almendro. Su caso es realmente excepcional porque, junto al olivar intensivo y superintensivo, son los árboles que más hectáreas han ido copado en Extremadura en época reciente. Antes apenas había almendro y su presencia se circunscribía básicamente a terreno de secano. Ahora se han expandido sobre todo por el regadío.
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Según datos ofrecidos a este diario por la Junta de Extremadura, en este año 2025 se contabilizan 22.401,32 hectáreas de almendro. Esto es, más que el conjunto de del resto de frutales. Son 831,63 hectáreas más que el año pasado, 12.512 más que las cifradas en el año 2019.
Pero la excepción del almendro no invalida la reflexión general de las hectáreas de superficie de fruta cosechadas en la región. «Creo que aunque se quitan frutales, y seguirán quitándose a corto plazo, la reducción fuerte ya se ha hecho. Ahora habrá más estabilidad en Extremadura», señala Plaza.
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«El sector de la fruta está estabilizado ahora en cuanto a superficie. El gran recorte llegó antes. Aunque hay frutales como en el de la cereza que ha subido, en otros como en el de la ciruela, en el que somos los productores principales de Europa, ha caído bastante. Y eso no va a cambiar», sostiene Miguel Ángel Gómez-Cardoso, gerente de la Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex).
«El que se va de la fruta no vuelve. El pequeño-mediano fruticultor que quita hectáreas de este cultivo ya nunca las volverá a poner», sentencia Francisco Plaza, el cabeza visible de la cooperativa San Isidro de Villanueva de la Serena y fruticultor «de toda la vida. Pero de esos vamos quedando cada vez menos».
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Cambios
Tomás Horrillo es uno de los que no piensa cambiar superficie. Se define como un fruticultor de nuevo cuño porque «solo llevo con esto 12 o 13 años». Tiene este año en producción 22 hectáreas en el término municipal de Villanueva de la Serena. «Los agricultores no tenemos casi nunca situaciones tranquilas. Estamos expuestos a muchas cosas. Pero esta campaña de la fruta, al menos hasta ahora, es de las más tranquilas de las que he conocido y encima con unas expectativas de precios muy buenas, hay que decirlo», sostiene ilusionado.
En realidad, el sector de la fruta lleva tres campaña con precios buenos. O muy buenos, admiten. Y parece que este año va a seguir siendo igual. «Pero también tenemos costes buenos», suelta con una carcajada FranciscoPlaza.
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La superficie de frutales (sin almendros) alcanza las 17.391 hectáreas
En Aragón y en Cataluña han sufrido el pedrisco; aquí, falta de floración
Analiza, por variedades, que la campaña de la ciruela llega con una cantidad de kilos por debajo de la media, pero «bastante superior a la del año pasado, que fue una calamidad». En el resto de fruta, no hay grandes novedades. Habla de una campaña medio baja en melocotón, nectarina y paraguayo.
«Cada parcela es un mundo. No hay siempre dos iguales en producción aunque estén en la misma zona», relativiza a la hora de hacer pronósticos.
En el tema de los precios, importa, y mucho, cómo les va a otros competidores, tanto nacionales como extranjeros. En España, los fruticultores extremeños suelen mirar a Cataluña y Aragón, al igual que los productores de fruta de estos territorios supervisan lo que ocurre en la comunidad extremeña.
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En Cataluña y en Aragón había una excelente producción, por la lluvia tras un año de sequía sobresaliente, pero han tenido mucho granizo en el final de la primavera y comienzo del verano y los daños son considerables.Aún así, tiene «mucha salida a los mercados internacionales, mejor que nosotros, y los precios que van a recibir van a seguir siendo muy buenos», sentencia Plaza.
El otro asunto que sigue marcando el desarrollo de la campaña de la fruta es la mano de obra. Para ser exacto, las dificultades de encontrarla.
«Aquí, en el caso de los socios de nuestra cooperativa, se puede decir que casi tenemos solventada la necesidad acuciante de trabajadores tanto para el campo como para la central pero nuestra realidad no es la general del sector. Esa que muestra que efectivamente es un problemón encontrar trabajadores» concreta Francisco Plaza en conversación con HOY.
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Por eso, entre otros aspectos, los agricultores se pasan a cultivos como el olivar intensivo y superintensivo, admite Miguel Ángel Gómez-Cardoso, de Afruex. Insiste en que los fruticultores extremeños participan en «continuos procesos de reconversión para adaptarse a la realidad».
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