El futuro digital del campo

Tenemos una ocasión única y es necesario aprovecharla para modernizar nuestras instalaciones y para adaptarnos a una realidad que es imparable. Y lo estamos comprobando cada día en nuestras explotaciones agrarias y cooperativas con todas las aplicaciones tecnológicas que existen.

El presente del sector agro está repleto ya de innovación y tecnología, por lo que debemos aprovechar todos esos recursos a través de una mayor apuesta por la digitalización. Esta transformación es ya una herramienta imprescindible para la competitividad, porque nos ayudará a adaptarnos a esa nueva realidad, haciendo más sostenibles nuestras explotaciones y mejorando su rentabilidad y eficiencia.

Para poder aprovechar todo esto hay que saber de dónde se parte. Por eso desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura hemos puesto en marcha un proyecto para promocionar la ayuda que necesitan las cooperativas agrícolas y ganaderas de la región para la transformación digital. Hemos iniciado un estudio para conocer las necesidades digitales de las cooperativas y obtener un análisis digital completo con el que establecer las indicaciones necesarias sobre los siguientes pasos que deben dar para su adaptación a esta nueva realidad.

Aún está por concluir, pero probablemente nos demos cuenta de que las cooperativas agroalimentarias presentamos un grado de digitalización de nuestra actividad menor que otras empresas. Aunque también es cierto que en esto influye mucho la dimensión de cada cooperativa, porque actualmente muchas desarrollamos incluso procesos de industria 4.0 con el 'big data'. Sin olvidar el empujón que supuso el confinamiento para la venta 'online' de los productos agroalimentarios de la cooperativa.

Pero, precisamente por todo ello, debemos aprovechar la oportunidad que se nos presenta ahora para no quedar al margen e incorporar las nuevas tecnologías digitales a nuestros procesos de gestión empresarial, que actualmente tienen un factor competitivo determinante en la estrategia de cualquier entidad.

Con ello, las cooperativas agroalimentarias extremeñas se convertirán en precursoras de su cambio y transformación digital para crecer y adelantarnos al futuro de la digitalización. Esa transformación es uno de los estímulos que necesitamos para la estrategia empresarial en las cooperativas, que también quedó reflejado en el Plan Estratégico del Cooperativismo Agroalimentario de Extremadura que realizamos para marcar las líneas de actuación prioritarias para los próximos años con el objetivo de fortalecer a las empresas cooperativas, que sean más competitivas y sigan contribuyendo a generar opciones reales de empleo.

Ahora que tanto hablamos de la despoblación, considero que no habrá futuro ni desarrollo posible para nuestros pueblos si no consideramos seriamente la labor que desarrollan las cooperativas. Son empresas esenciales para la reactivación económica y social de nuestra región.

Y es que, además, apostar por nuestra transformación digital será clave para nuestro futuro, que pasa por el relevo generacional. Una explotación agraria que esté digitalizada tiene más fácil su gestión, además de permitir un ahorro de costes y de tiempo para el agricultor o ganadero. Y eso supone, al final, poder conciliar vida profesional y familiar. Y si podemos ofrecer eso, influirá también en el relevo generacional.

La digitalización nos permitirá rejuvenecer el sector y tener un medio rural vivo y sostenible. Ahora, la transformación digital en el campo y en las cooperativas debe ser democrática para que se convierta en una oportunidad real, puesto que existen muchas infraestructuras digitales que aceleran el desarrollo, pero también necesitamos un acceso e interconexión a la red más rápido y extendido en el medio rural, que es donde se asientan las cooperativas agroalimentarias, que son estratégicas para nuestra región.