La propuesta de Agroseguro supondrá la desaparición del seguro de la cereza, según UPA-UCE

UPA-UCE Extremadura ha denunciado en un comunicado que la propuesta anunciada hoy por Agroseguro «conllevará la desaparición del seguro de la cereza en el norte de Cáceres». La organización agraria considera que la medida deja a estos agricultores sin la posibilidad de tener un seguro que garantice la viabilidad de sus explotaciones, ya que las condiciones que se pretenden imponer por el riesgo de lluvia «hacen al seguro inviable».

Así, UPA-UCE Extremadura califica en su comunicado de «absoluto desastre» las conclusiones extraídas de la reunión mantenida esta mañana entre Agroseguro, Enesa, la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte y las organizaciones agrarias de la región porque considera que Agroseguro deja a los productores de cereza extremeños «a expensas de la climatología».

La organización agraria lamenta que «no se hayan tenido en cuenta las medidas que ha lanzado para mejorar la cobertura de este seguro», algo que es «fundamental» para garantizar la supervivencia del cultivo de la cereza en el norte cacereño.

Entre ellas, UPA-UCE ha reclamado una disminución de la franquicia del 20% al 15% en el tipo de explotación 2, así como una disminución de la misma del 30% al 25% en el tipo de explotación 1. Además, la organización pide bajar el límite del rajado del 65% al 50% ya que los agricultores «no podrán asumir los costes de la recolección al tener un alto porcentaje de cereza dañada».

Por otro lado, considera «injusto» que esta propuesta contemple las últimas seis campañas, ya que el 2023 ha sido un ejercicio «excepcional» con unas circunstancias climáticas que no se daban desde 1988.

«Si se tiene en cuenta este año excepcional, a los productores que han venido asegurando con anterioridad, las nuevas penalizaciones a aplicar les obligarán a dejar de contratar el seguro», reiteran desde esta organización agraria.

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte, cuando cerró la campaña de 2023, aseguró que fue una de las «peores en los últimos 35 años» por las intensas lluvias caídas a finales de mayo y principios de junio. Las precipitaciones comenzaron cuando apenas se había empezado a recoger la cosecha, provocando que las cerezas, ya maduras, se rajaran y pudrieran por exceso de humedad.

La D.O.P, de hecho, confirmó que se pudo salvar el 30% de la cosecha de cereza y picota, que se esperaba entre 35 y 40 millones de kilos. Las pérdidas económicas ascendieron a 70 millones de euros, según una estimación del presidente de la Denominación de Origen Protegida, José Antonio Tierno. «Un drama para las familias del Jerte», señaló.

Asimismo, consideró en su momento que las ayudas del Gobierno fueron «insuficientes», pero reconoció que «menos es nada». «No sirve para paliar las pérdidas de los agricultores, ni la falta de sus rentas. Ayudan a aminorar los costes de producción, pero no dan para más», declaró.

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