El botellódromo contará con aseos públicos a finales de diciembre

«Donde más me conviene». Es la respuesta de muchos jóvenes que acuden al recinto ferial de Mérida cuando se pregunta por el lugar en el que hacen sus necesidades cuando realizan botellón, que en ocasiones se convierte en una gran odisea que suelen desencadenar anécdotas imposibles de olvidar por años.

Sin ningún miramiento, haciendo equilibrio, intentando no ser vistos, con cuidado de no pincharse con la vegetación, mucho menos mancharse y cerca del río. Es la forma y el lugar al que acuden muchos desde que el botellón comenzó a desarrollarse en esa zona hace ya varios años. Sólo de pensarlo, produce hasta agobio. Por fin, el libre albedrío tan poco higiénico que hasta ahora se contemplaba en el recinto en cuanto a este tema toca techo.

El Ayuntamiento de Mérida, en colaboración con la Consejería de los Jóvenes y el Deporte, procederá a la construcción de unos aseos públicos con el fin de que puedan ser usados entre finales de año y principios de enero. Con esta nueva instalación se pretende ofrecer un servicio que desde hace tiempo se viene echando en falta por parte de los jóvenes que allí acuden todos los fines de semana.

60.000 euros

Para el proyecto se invertirá un total de 60.000 euros, destinados a una edificación de 94 metros cuadrados útiles. Contará con un aseo femenino de seis plazas, junto a uno masculino de siete y un aseo para personas con movilidad reducida. «30.000 euros por parte del Ayuntamiento y 30.000 por parte de la Junta de Extremadura», explica la Consejería de los Jóvenes y el Deporte, que además añade que «supone el máximo de inversión que proponía la institución autonómica en esta actividad piloto». Lo único que la Junta exigía para formar parte de este proyecto era la corresponsabilidad con el consistorio de la ciudad que lo solicita.

Junto a los baños de uso público, se instalará además un puesto para los servicios de Cruz Roja y de Protección Civil. «De esta forma, habría una zona botiquín por si sucediera cualquier altercado y que pudiera atenderse, en la medida de lo posible, cuanto antes», explica Roberto Olivera, delegado de Juventud del Consistorio emeritense.

Aunque Cruz Roja aún desconoce este proyecto que acometerán el Ayuntamiento y la Consejería de los Jóvenes y el Deporte, a sus responsables la iniciativa les parece positiva y buena si con eso se consigue prevenir accidentes en beneficio de la salud. «Cualquier acción que tenga que ver con la mejora de salud y la prevención en pro de ella la apoyamos», explica Jesús López, responsable de prensa de Cruz Roja Extremadura.

En el caso de Mérida el espacio destinado para la convivencia y ocio, o lo que es lo mismo, el botellón, se utilizará además en celebraciones tales como la Feria de Mérida o cuando se realicen conciertos y eventos de otra índole. Esto explica que el lugar en el que se quiere ubicar sea el interior de la Caseta Joven, que, al requerir un acceso que permita usar los baños los fines de semana, se adecuará en función de este servicio con la colocación de una puerta en la fachada que permita acceder al interior.

En cuanto a la seguridad en el nuevo espacio, de momento se deja en manos de la prudencia y la responsabilidad de los jóvenes que hagan uso de estos baños públicos. «Contratar ahora mismo este servicio supondría una inversión económica mucho mayor», explica Roberto Olivera, que además añade que «con la presencia de Cruz Roja y Protección Civil bastará».

Al mismo tiempo, con este tipo de mejoras se pretende evitar que el botellón se realice en otras zonas de la ciudad, donde el ruido y las molestias perjudican el descanso de muchos vecinos llegando en ocasiones a ser insoportables, además de impedir que muchos hagan del río Albarregas un inodoro de grandes dimensiones.

Seguridad y calidad

Este tipo de actuación se encuentra dentro de un convenio realizado por la Junta de Extremadura con las grandes ciudades de la región. Al igual que la capital autonómica, el resto de ayuntamientos que forman parte de este convenio, Don Benito, Almendralejo, Villanueva de la Serena, Plasencia y Cáceres mejorarán sus botellódromos en función de las deficiencias que contemplen. Badajoz, en cambio, ha desestimado esta propuesta porque estima que la zona destinada a la realización de botellones en su cuidad es suficiente y cubre todas las necesidades sin requerir ningún tipo de mejora, según indica la administración autonómica.

La inversión económica se destina principalmente a necesidades en la infraestructura de estos espacios con el fin de conseguir más seguridad y calidad en la zona. Se refiere principalmente a la creación de carreteras de acceso, una buena iluminación, colocación de aseos y la eliminación del tráfico rodado. «Cuando hay más de 2.000 personas congregadas que circulen coches es bastante peligroso», subraya la Consejería de los Jóvenes y el Deporte.

El proyecto en Mérida se encuentra muy avanzado en comparación con el resto, con miras a que se pueda comenzar nada más termine el proceso administrativo. Con esta incorporación, se considera que las condiciones del espacio del botellón serán más que suficientes sin necesidad de realizar ninguna mejora más. «El recinto está pavimentado en su mayoría, el tráfico es limitado en la zona, y la iluminación... Bueno, a los jóvenes no les gusta tampoco que haya mucha luz porque, como ellos dicen, se les corta el 'rollo'», indica el delegado de Juventud de la capital autonómica.

Con este tipo de proyectos se persigue mejorar la calidad de los espacios, al mismo tiempo que se aumenta la seguridad de los que allí se congregan. Evitar altercados, accidentes, salvaguardar la seguridad de los que deciden practicar esta actividad social, a la par que promover un ocio creativo, son los principales objetivos que se persiguen con este proyecto.

Desde la Consejería de los Jóvenes y el Deporte de la Junta de Extremadura el fin que se busca, aunque pueda sonar a utopía, no es acabar con el botellón, sino conseguir las mejores condiciones de calidad para los que desarrollen la actividad. «Es una realidad social que está ahí y hay que aceptar», indica. Al mismo tiempo, expresa la intolerancia a que los menores ingieran alcohol, y apelan a la responsabilidad de los mayores de edad que lo hagan.