El dios Cronos vuela desorientado

El tiempo se ha detenido dentro de una funda de embalaje para el dios Cronos, que desde hace cinco años ha dejado de volar y no sabe dónde volverá a posarse junto a su séquito. No es el mejor cuadro de la pintura extremeña y mucho menos está entre los más brillantes de Adelardo Covarsí, que lo pintó por encargo entre 1923 y 1925, pero dos partes se pelean en los tribunales por él.

La segunda sentencia que han emitido los jueces sobre el lienzo aparecido en la antigua relojería Álvarez Buiza, actual sede del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, dice que la obra de arte debe cambiar de dueño y quedarse donde estaba, que es el techo de la planta baja del número 15 de la Plaza de España. Se basa en que el edificio fue comprado y en el lote se incluye el cuadro de la polémica.

Cuando en el año 2002 se vendió esta emblemática casa y se inició su rehabilitación pensaban que la pintura del dios Cronos, un óvalo que mide tres por seis metros, era un fresco, pero después se descubrió que era un lienzo perfectamente sujeto por unas molduras.

¿Es un bien mueble o inmueble? Según el fallo de la sección Segunda de la Audiencia Provincial es un bien inmueble que formaría parte del grupo de estatuas o relieves. No obstante, hasta el próximo miércoles cabe el recurso de la parte perdedora que representa a la familia Ávarez Buiza.

El presidente del Colegio de Aparejadores de Badajoz, Rafael Palomar, explica que «nuestro interés es recuperar el cuadro. En primera instancia no nos dieron la razón y los colegiados pidieron que recurriéramos. Al haber ganado la alegría ha sido grande y también la sorpresa, pero no lo planteamos como una victoria ni moral ni económica, sino más bien como una victoria del edificio en sí ya que fuimos nosotros los que hicimos el esfuerzo por rehabilitarlo y ahora por fin está completo».

De momento no es exactamente así pues el cuadro está en poder de Rafael Álvarez Buiza después de haber permanecido varios años en el Museo Provincial de Bellas Artes por varias razones: protegerlo del riesgo que entrañaban unas obras a su alrededor; catalogarlo y documentarlo como una pieza más del que es uno de los autores costumbristas extremeños de mayor relevancia; y poder exhibirlo por un breve periodo de tiempo, algo que ocurrió durante el 2003.

Sin embargo, hace tres meses la primera sentencia dio la razón a Álvarez Buiza y el director del museo, Román Hernández les devolvió el cuadro. Se basaba no sólo en aquel fallo judicial sino en un protocolo de las pinacotecas que impide custodiar obras de arte que sean objeto de litigio o sobre las que se cuestione su propiedad, explica Hernández, quien además afirma desconocer que el colegio de aparejadores hubiera recurrido aquel fallo.

Valor por determinar

Respecto a la importancia de la obra a ésta se le atribuyó un valor de 84.000 euros, pero el director del museo aclara que se trata de una cifra estimada por los Álvarez Buiza, pues él sólo puede valorar la obra desde el punto de vista artístico y en cualquier caso no se atrevería a tasar la pieza.

Se sabe que fue un encargo del relojero para decorar su establecimiento recién inaugurado en la Plaza de España. Tiene forma ovalada y en el lienzo aparece el dios Cronos montado en una carroza tirada por dos ocas. Le acompaña una mujer semidesnuda y unos niños que van dejando a su paso relojes de pulsera y de bolsillo, así como esclavas de oro, estuches y otras joyas, lo cual se consideraba un guiño del artista a los futuros clientes.

Para el director del Museo Provincial de Bellas Artes, «este lienzo es similar a los que hay en el techo del salón de plenos de la Diputación y es de los pocos que el pintor hizo exclusivamente para decorar. Lo que sí es cierto es que se encuentra en perfecto estado».

Como experto, Román Hernández declaró en el juicio que el cuadro fue concebido para instalarlo en el techo y sólo cobra valor si es contemplado desde este punto de vista, «y si es en su ubicación original mejor», reconoce.

Puestos en contacto con la familia Álvarez Buiza, su abogado manifestaba ayer que están en «radical desacuerdo» con la sentencia de la Audiencia Provincial, pero por prudencia prefieren no hacer declaraciones teniendo en cuenta que es posible el recurso ante el Tribunal Supremo.

Por su parte, según se desarrollen los hechos en los próximos días, los abogados que han representado al Colegio de Aparejadores, Eduardo Gil y Fernando Jiménez, esperan que la familia devuelva voluntariamente el cuadro que ahora mismo tienen embalado sin que sea necesario pedir la ejecución de sentencia. Cuánto tiempo pasará hasta entonces seguro que ni el mismo Cronos lo sabe.