Ignacio Camuñas Solís | Presidente del Foro de la Sociedad Civil

«El Estado de las Autonomías ha constituido un fracaso político»

Pide un debate nacional sobre la España autonómica, en cuyo diseño participó

MERCEDES BARRADO TIMÓN

Lunes, 30 de septiembre 2013, 19:46

Ignacio Camuñas, exministro de Relaciones con las Cortes con Adolfo Suárez, exdiputado por Madrid y expresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, lleva cinco años pilotando el Foro de la Sociedad Civil, una iniciativa que posee una oferta «de regeneración» de la vida democrática española que parte de la constatación del fracaso del Estado de las Autonomías. Ambos temas constituyen el contenido de las conferencias que va a pronunciar en el Aula HOY, en las que expone las propuestas de organización para el Estado español del futuro y para la reforma de la Justicia.

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-¿Autonomías y regeneración de la vida democrática están interconectados en su opinión?

-Sí. Cada uno tiene su propia personalidad pero, a mi juicio, será difícil abordar lo que yo propongo, que es superar la crisis del actual estado autonómico si no entra sangre fresca en el Parlamento español, con capacidad de conectar con los deseos de los ciudadanos. Porque hoy, la relación entre los ciudadanos y sus representantes está muy poco clara, con un sistema de listas cerradas y bloqueadas que confecciona el estado mayor de cada partido y resulta que los diputados no responden ante su electorado y, a su vez, los ciudadanos no tienen capacidad para llegar a ninguno de sus representantes. Es decir, el sistema electoral en España tiene que cambiar. De proporcional, con listas cerradas y casi bloqueadas, que intuimos que era bueno en los momentos de la Transición, hoy evidencia tal cúmulo de defectos que tiene que ser cambiado en profundidad. Si irrumpe en el Parlamento gente con representatividad propia -porque el sistema electoral que propugno es uninominal mayoritario, de distritos más reducidos de unos 100.000 habitantes- creemos que se puede producir un nuevo impulso en el Parlamento que es el que puede y debe abrir el proceso de reforma constitucional que se viene reclamando desde unos sectores y otros.

-De hecho, desde el Foro de la Sociedad Civil han expuesto un manifiesto con sus propuestas para resolver el Estado de las Autonomías.

-Han irrumpido en el escenario político distintas propuestas en relación con la estructura del Estado, desde las más descabelladas, como las que lidera el nacionalismo catalán, hasta propuestas algo improvisadas como las que está haciendo el PSOE de propugnar un estado federal, pasando por la postura más oficial, que es la que defiende el partido del Gobierno para el mantenimiento del sistema autonómico. Creemos que ese escenario está cojo ya que falta la cuarta pata, que es la defensa de un estado unitario, plenamente democrático, pero en el que haya un solo gobierno, un solo parlamento y un solo tribunal superior. Esta es una aspiración que tiene un importante sector de la población española. Ha habido encuestas de diversos institutos de investigación que hablan de un 25% o un 30%. Esa es una posición que democráticamente hay que articular. Partimos de la base de que, tan democrática es Francia como la República Federal Alemana. Nosotros defendemos el régimen democrático en nuestro país, pero creemos que a España le conviene más un estado unitario que uno federal.

-Pero, para superar los problemas territoriales del país se creó el Estado de las Autonomías y usted estuvo en su trazado.

-Yo lo aprobé y, entonces, se consideró una solución aceptable que había que poner en práctica. Pero, a mi juicio personal, la práctica de estos años demuestra que el Estado autonómico fue un intento hecho con buena voluntad que ha resultado fallido. Porque la intención primordial del establecimiento del Estado autonómico fue buscar un buen encaje al nacionalismo vasco y catalán. Cuando nosotros lo discutimos, perdóneme usted, no estábamos pensando ni en Murcia, ni La Rioja, ni en Cantabria, ni en Castilla-La Mancha ni en Extremadura. Se estaba pensando fundamentalmente en articular una fórmula para que los nacionalismos vasco y catalán se encontraran cómodos en el marco constitucional. Y, después de 30 años, lejos de resolverse el encaje del nacionalismo vasco y catalán, la situación ha empeorado terriblemente, puesto que esos dos territorios lo que están reclamando, unos más arteramente o de forma más palmaria, es el derecho a decidir, que es una manera «suave» de abrir la puerta hacia la independencia. El Estado de las Autonomías ha constituido un fracaso político y no ha ayudado nada al desenvolvimiento económico de nuestro país: ha roto la unidad de mercado; hay una insatisfacción brutal del tejido empresarial que lucha con la maraña de disposiciones, reglamentos y leyes que aparecen en unas y otras comunidades autónomas y ha hecho un daño tremendo en el campo de la educación, puesto que cada comunidad autónoma ha intentado reflejar aquellos hitos propios, olvidando claramente que pertenecemos al mismo país y a una misma nación, que es de las más antiguas de Europa. Hay que abrir un proceso de debate para ver cómo solucionamos esta situación.

Reforma constitucional

-¿Es de las personas que no teme la reforma de la Constitución?

-Para nada, no solo no lo temo sino que lo considero imprescindible.

-Pero es de suponer que ni Cataluña ni el País Vasco aceptarían dócilmente ..

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-Yo defiendo que la futura Constitución no debe mirar a los intereses particulares de ninguno de los territorios ni las regiones de este país. Precisamente por tener una visión complaciente con determinados territorios del país, hemos incurrido en ese error. La próxima vez tendremos que mirar decididamente por lo que mejor conviene a España, cuáles son los intereses generales de nuestro país y no lo que quieren unos y otros territorios.

-¿Hay algún partido que pueda recoger hoy la propuesta del Foro Cívico?

-Creo que muy pronto habrá un movimiento político que levantará esa bandera.

-En su época de ministro usted era una persona muy ligada a los medios de comunicación. ¿Cuál ha de ser en esta coyuntura la postura de los medios?

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-Los medios de comunicación deben servir como una plataforma comunicativa, neutral, para exponer lo que son las aspiraciones y proyectos de los distintos sectores políticos del país.

-¿Siguen en condiciones de hacerlo después de cómo ha azotado la crisis a la industria periodística?

-La crisis de los medios de comunicación es otro tema que daría para largo. Hay un fenómeno nuevo que ha irrumpido de manera espectacular: internet, los diarios y periódicos digitales, que suponen un reto extraordinario para la prensa tradicional escrita, incluso para los medios audiovisuales, porque constituyen una competencia, no sé si llamarla leal o desleal. Pero creo que los medios de comunicación sí están en condiciones para servir de cauce para este debate que está abierto. Y le he puesto el ejemplo del Partido Socialista que claramente se aparta en estos momentos con su modelo político de lo que constituye el modelo de la Constitución, porque sin una reforma de la Constitución no se puede ir a un estado federal.

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-¿Está interesado en volver a la política representativa?

-En este momento, no lo tengo como un proyecto inmediato. Pero no lo descarto.

-¿Cómo recuerda la Transición? Hubo un momento en que hasta el propio Francisco Umbral le convirtió en uno de sus personajes.

-Eso es una historieta vieja. Yo fui editor en otros tiempos y publicamos cosas al bueno de Paco Umbral, que tenía aquellas columnas tan divertidas. Con motivo de una obra de teatro que hubo en Madrid, protagonizada por Nacha Guevara, hizo un juego de palabras.

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-Nacho de Noche.

-.porque coincidimos en el estreno del espectáculo. De ahí surgió una cierta leyenda urbana sobre el apodo, pero no corresponde a lo que yo hacía y decía entonces.

-¿Ha añorado aquellos tiempos ?

-Todos añoramos nuestra juventud. Yo era muy joven entonces. En la Transición tenía poco más de treinta años. Fue una época muy ilusionante en la vida española. Independientemente de que uno recuerde con nostalgia sus treinta años, fueron unos años de enorme esperanza y había una fuerza tremenda en el país por democratizarse y unirse a Europa. Claro que recuerdo esa etapa con gran cariño.

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-¿Habría sido todo diferente si la UCD hubiese mantenido una mayor implantación en el país?

-Yo creo que sí. La UCD era un partido improvisado y por tanto no nos dio tiempo a estructurarlo. Pero hubiera sido muy necesario en la vida española.

-¿Puede destacar un logro que haya tenido el Estado de las Autonomías?

- ¿Un logro? Vamos a ver.. (silencio largo).

-Tiene que pensarlo demasiado.

-Sí, pero no quiero ser injusto. Lo que pasa es que la pregunta me coge un poco de sopetón. Yo diría que el logro fundamental es su propio fracaso, en el sentido de que hemos aprovechado un momento culminante de la vida española para dar la máxima oportunidad posible al nacionalismo vasco y catalán para integrarse pacífica y sólidamente en la estructura del Estado español. Eso que fue el mayor éxito del Estado autonómico se ha constituido finalmente en un intento fallido.

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