El incremento del IVA encarece los entierros entre 200 y 400 euros

Si usted se muere ahora mismo es posible que su familia tenga que pagar entre 200 y 400 euros más que si hubiese fallecido antes de septiembre. La razón se encuentra en la subida del 8 % al 21 % en el IVA de los servicios funerarios, que el Gobierno empezó a aplicar el pasado 1 de septiembre y que supone 13 puntos porcentuales más de gasto. Supone al mismo tiempo que ese concepto pasa de considerarse un artículo básico a un bien de lujo, hasta el punto que se le ha aplicado el mismo porcentaje que al cine, teatro, circo y otros espectáculos.

Buena parte de las funerarias extremeñas ha decidido asumir ese incremento, con el fin de evitar que repercuta sobre unos clientes que antes o después tendrán que llamar a su puerta, independientemente de la situación económica en la que se encuentren. Otras, sin embargo, han preferido aplicar el porcentaje desde el principio.

El encarecimiento del sepelio no viene dado solamente por la subida del impuesto sobre los servicios funerarios y los que prestan los cementerios, ya que el mismo incremento se aplica sobre las flores vivas y plantas de carácter ornamental, que resultan imprescindibles en cualquier sepelio, así como sobre las entregas de bienes relacionados con los servicios funerarios.

En los casos en los que se ha decidido aplicar el alza, el precio de un entierro de tipo medio puede resultar entre 200 y 400 euros más caro en Extremadura ahora que antes del 1 de septiembre, de manera que en una celebración normal viene a suponer un incremento que rondaría el 17 %.

En ese precio se incluirían elementos básicos como el ataúd o la urna, el alquiler de la sala para el velatorio, esquelas, corona de flores, los gastos por traslado y el funeral en la parroquia, un paquete que en ocasiones se incrementa en función de los gustos de quien paga.

«Si mi cliente se muere hoy, le va a costar lo mismo que si se hubiese muerto en agosto», señala Simón Pedro Sánchez, empresario de Plasencia que ha decidido no aplicar la subida.

Quienes han decidido asumirlo lo han hecho, entre otras razones, porque consideran que no se trata de un servicio de lujo, sino de una necesidad y una obligación, y también por la situación económica actual, que ya de por sí limita el gasto familiar y que podría suponer también una disminución de sus ingresos, así como la necesidad de reorganizar sus plantillas.

No repercutir la subida del IVA es la decisión que han tomado parte de los empresarios extremeños del sector, al menos en los primeros meses de implantación de la nueva tasa. Luego tendrán que echar mano de su contabilidad para ver si pueden seguir soportando tan pesada carga.

Más económicos

De hecho, en los últimos años vienen advirtiendo cómo por regla general la demanda de servicios funerarios se va volviendo cada vez más básica, con clientes que piden lo imprescindible a la hora de dar el último adiós a sus seres queridos.

«Venimos notando que la gente tira cada vez más por lo que resulta más económico, y también que crece el número de impagos cuando se hacen servicios particulares. Eso es algo que antes era impensable», cuenta Pilar González desde la funeraria La Extremeña.

Ocurre hasta el punto que hay empresarios del sector que no descartan empezar a exigir el pago por adelantando. O al menos un adelanto sobre el precio final para evitar quedarse sin cobrar los servicios prestados.

Lo que crece a pesar de la crisis son los contratos de seguros de decesos, que en el caso de muchas aseguradoras extremeñas representan en estos momentos la parte más abultada de su cartera de negocios.

En tiempos de estrecheces económicas hay quienes quieren asegurarse el pago del entierro en vida y evitar que la familia tenga que correr con un gasto inevitable. «La gente prefiere pagar una pequeña cantidad mensual, trimestralmente o como en cada caso se estipule, y tenerlo todo resuelto», explica Pilar Gómez.