Gustavo Aranzana muestra su incredulidad durante el partido de ayer en Burgos. :: SANTIAGO RAMIRO
BALONCESTO

Mazazo psicológico para el Cáceres

Solo Sergio Olmos fue capaz de destacar en un conjunto verdinegro que tendrá que mejorar mucho para no volver a casa con un 2-0 Los extremeños se ven desbordados por un Burgos pletórico en el primer partido de la serie

CLAUDIO MATEOS

Sábado, 5 de mayo 2012, 16:15

Publicidad

Se sabía que el Autocid Burgos era favorito, pero nadie esperaba semejante golpe de auroridad en el primer partido de la serie. Su victoria de anoche por 94-71 deja al Cáceres Patrimonio de la Humanidad muy tocado y le obliga a tirar de fortaleza mental para superar semejante varapalo en menos de 48 horas, el tiempo que tiene antes de volver a El Plantío para el segundo partido de esta eliminatoria al mejor de cinco. Los playoffs son así. Por muy duro que sea el mazazo, o te levantas o estás muerto.

Las opciones de victoria del Cáceres ayer se redujeron al cero desde minuto uno. Nadie estuvo a su nivel. O casi nadie, porque Sergio Olmos al menos aprovechó su ventaja en centímetros sobre los interiores burgaleses para hacer algo de daño y convertirse en el jugador más descatado de un Cáceres que jamás encontró respuesta al ritmo, el acierto y las ganas de pegar primero que exhibió el Burgos desde que el balón fue lanzado al aire. Todo les salió bien, y de hecho no necesitaron del mejor Darren Phillip para ser tan superiores. Ni que decir tiene que tampoco echaron en falta al base Dani López, una ausencia que todo el mundo juzgaba fundamental para el devenir de la serie.

Desde el primer minuto había un equipo que mordia, el Burgos, y otro que se dejaba morder, el Cáceres. El vendaval capitaneado por Marcus Vinicius hacía parecer a los extremeños un conjunto menor en todos los aspectos del juego, hasta tal punto que a ratos parecía incluso amedrentado por el poderío físico local y por el ambiente hostil de El Plantío, que al final no se llenó, pero casi. Después de cinco minutos jugando el Cáceres tan solo había anotado dos puntos. No entraba nada, ni lo tiros librados de Francis y Antelo ni las penetraciones de Forcada Encima, para completar el círculo, la defensa hacía agua por todas partes sin que Aranzana encontrase el modo de detener la masacre. El 26-11 con el que finalizó el primer cuarto fue un latigazo tan duro como justo.

Hasta el descanso la debacle del Cáceres continúó a medida que la grada se seguía creciendo con tapones estratosféricos de Tillman y mates NBA de Vinicius, que disfrutaban más que nadie de la superioridad burgalesa. Mediado el segundo cuarto la ventaja local alcanzó los 20 puntos, y un poco porque Burgos bajó una marcha y otro poco porque Sergio Olmos hizo algo de daño en la pintura, el duelo se estabilizó en esa diferencia y llegó al descanso 50-30 con un triple sobre al bocina de Castro.

Publicidad

Mucho peor

Pero las cosas podían ir aún peor. Mucho peor, y lo fueron en el arranque del tercer cuarto, con dos triples consecutivos de Burgos que llevaron la distancia al entorno de los 30 puntos, con una intensidad defensiva que no bajaba y un Cáceres cada vez más fuera del partido. El objetivo de los de Casadevall en ese momento apuntaba ya mucho más alto: asestar un golpe moral que fuera definitivo no solo para ayer, sino para le serie completa. Cuando el Burgos se acercó a los 40 puntos de renta esa era la sensación, desde luego. Nadie había sometido al Cáceres a semejante correctivo, y estas cosas se pagan en un playoff a menos que se tenga la capacidad de borrar la mente entre un partido y el siguiente.

Con la remontada imposible todo se centraba ya en saber por cuánto sería la derrota. Para el último cuarto lo único que le quedaba al equipo de Aranzana era tratar de maquillar el resultado y al menos intentar acabar en una dinámica positiva, pensando que menos de 48 horas después habría otro partido y en un playoff las sensaciones son fundamentales. El Cáceres insistía con su única arma que parecía válida ayer: los centímetros de Sergio Olmos, pero Burgos anotaba de tres en tres y se hacía muy cuesta arriba ir arañando puntos en el marcador. Los verdinegros lo consiguieron en cierta medida, ya que en los minutos finales la diferencia rondó más los 20 puntos que los 30, aunque la sensación de aplastamiento será difícil que logrén sacudírsela de aquí al domingo a las 19.00 horas, momento en el que deberán saltar de nuevo al parqué de El Pantío.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad