A ver el dolmen del Guadalperal en catamarán
Turismo ·
La Confederación del Tajo autoriza a una empresa de aventura a navegar por el embalseA ver el dolmen del Guadalperal en catamarán. Es una de las propuestas de Multiaventuras Valdecañas, la empresa a la que la Confederación ... Hidrográfica del Tajo (CHT) está en trámite de autorizar la navegación por el embalse en una embarcación de este tipo, con capacidad para veinte personas.
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Según la resolución publicada el pasado día 14 en el Boletín Oficial de la Provincia de Cáceres, se tratará de un catamarán «destinado al transporte de pasajeros», con unas dimensiones de 14.20 metros de eslora (largo) por 6,07 de manga (ancho)y 1,30 de puntal (puntal) e impulsado por dos motores de cien caballos de vapor. «Hemos recuperado un catamarán que lleva diez años sin uso, hemos reducido sus 82 plazas a 20, lo hemos equipado y lo hemos hecho más sostenible, con nuevos motores y con placas solares», explica Rubén Argenta, de Valdecañas Multivaventura, que añade que usarán este medio de transporte para tres tipo de actividades principalmente: la ruta al dolmen del Guadalperal, otras rutas por el embalse (la del cañón de la buitrera o la del castillo de Peñaflor, entre otras) y por último, para eventos privados, como cumpleaños, fiestas o despedidas de soltería.
Las rutas en el catamarán comenzarán una vez que haya concluido el proceso administrativo obligado. La empresa ya promociona esta ruta en sus redes sociales, aunque las hará en otras embarcaciones. La excursión para conocer los restos arqueológicos sumergidos puede hacerse desde el 1 de julio y vale 15 euros (11 para quienes formalizaron su reserva durante el mes de mayo). Según detallan, son 8,3 kilómetros en su versión más corta.
Conjunto megalítico
Hay que recordar que el dolmen del Guadalperal es un conjunto megalítico sumergido en las aguas del embalse de Valdecañas, que salió a la luz en el verano del año 2019, al descender el nivel del pantano. En mayor o menor medida, aflora casi cada año. A día de hoy, es visible parcialmente.
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Conocido desde hace décadas –los expertos suelen destacar la descripción que hicieron los alemanes Hugo y Vera Leisner en 1960–, se cree que puede datar del tercer o cuarto milenio antes de Cristo. La aparición de estos restos generó hace dos años una polémica de alcance nacional sobre qué debía hacer la administración con ellos para protegerlos y si procedía aprovechar que estaban visibles para trasladarlos a tierra firme en vez de dejar que el agua del embalse volviera a cubrirlos. Finalmente siguen en su ubicación original, ahora de nuevo bajo el agua.
La propuesta de la CHT permanecerá expuesto en los tablones de los ayuntamientos de la zona afectados (Valdecañas de Tajo, Mesas de Ibor, Bohonal de Ibor, Peraleda de San Román, Valdelacasa de Tajo, El Gordo, Berrocalejo, Peraleda de la Mata, Valdehúncar, Velvís de Monroy y el toldano de Valdeverdeja) hasta el próximo día 4 de julio.
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