La demolición de Isla Valdecañas empezará este mismo año
El proyecto para derribar la parte del complejo que se quedó a medias ya está redactado, y la Junta tiene permiso del TSJEx para seguir adelante
«Si el Supremo acordase la demolición total, no habría impedimento para mantener lo ya derribado y revegetado, y continuar con la ejecución en ... los términos que sean acordados». Esta frase contenida en un auto del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) de hace un año, habilita a la Junta para seguir adelante con su plan de demolición y revegetación de Marina Isla Valdecañas, que empezó hace diez meses y que ya está ejecutado en parte. De hecho, el proyecto para echar abajo la parte del complejo que se quedó a medias ya está redactado.
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El plan de derribo y mejora medioambiental del complejo se lo exigió el TSJEx a la Junta hace dos años, cuando sentenció que el resort de lujo ubicado en El Gordo y Berrocalejo debía ser derribado parcialmente. Contiene 51 actuaciones necesarias para cumplir ese mandato judicial, y cada una de ellas cuenta con un calendario de trabajo que especifica los meses de inicio y fin de cada tarea. La número cinco se titula 'Ejecución de las obras de demolición', y debe empezar en el mes número doce y acabar medio año después. Dado que el plan empezó a ejecutarse hace diez meses y en líneas generales se están cumpliendo los plazos fijados inicialmente, el derribo de lo que se quedó a medias debería comenzar el próximo abril.
Es posible que no lo haga exactamente en esa fecha, porque el fallo del Supremo ha abierto un escenario de incertidumbre que puede afectar al desarrollo del plan, pero esa dilación tendría que alargarse mucho para que el derribo no comience en este año. Además del proyecto de demolición ya redactado, está iniciada la evaluación del impacto ambiental del derribo, y en estos momentos, la Junta está preparando el expediente para contratar las obras de demolición y retirada de residuos.
«No se causan perjuicios»
Ninguno de estos trabajos ha de paralizarse tras el fallo de esta semana que decreta el derribo total. La duda de si el plan de demolición y revegetación podía empezar a ejecutarse o había que esperar a que el Supremo se pronunciara se planteó cuando Ecologistas en Acción presentó el recurso de casación. Y el TSJEx resolvió la controversia aclarando que «todas las medidas que versan sobre la demolición de lo que se encuentra en fase de estructura o no terminado y en funcionamiento pueden iniciarse».
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«Se trata de un adelanto de la ejecución definitiva que llegará cuando exista una decisión judicial firme», añadía la Sala de lo contencioso-administrativo, que reiteraba que «no se causan perjuicios, no se crean situaciones irreversible y en nada se obstaculiza lo que el Tribunal Supremo pudiera acordar si revocase los autos del TSJ extremeño».
No hay, pues, ningún impedimento legal para avanzar con el derribo de lo que se quedó a medias. Son 48 viviendas de 140 a 160 metros cuadrados cada una en la zona donde se proyectaba el hotel de cinco estrellas con spa y clínica médica. Y otras nueve en la zona centro. En total, 57 viviendas a medio construir (acabadas hay 183, por lo que la demolición total obligará a echar abajo 240 construcciones).
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La demolición de lo que está a medias empezará manualmente, para retirar de las viviendas alicatados, pavimentos o tabiques
El guión establecido prevé realizar primero una demolición manual, que consistirá en vaciar las viviendas. Entre las no terminadas hay muchas con elementos que conviene separar a mano de cara a un reciclaje más eficaz. Es el caso de alicatados, tabiquería, pavimentos, cubiertas, cerramientos o las instalaciones de fontanería y electricidad.
Las máquinas, cuando quede el esqueleto
La demolición manual permitirá dejar esas 57 viviendas solo con los cimientos y estructura. Y ahí entrarán en escena las máquinas, para hacer la demolición mecánica, que incluirá la separación del acero y el hormigón para el tratamiento posterior de residuos.
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Para estas tareas, está previsto recuperar un camino de servicio que se habilitó para la construcción del resort y que hace las veces de variante de El Gordo, que le evitar al pueblo el paso constante de vehículos pesados.
En cuanto a la revegetación, el tribunal extremeño también autorizó su inicio hace un año, y ya se han ejecutado varias medidas de mejora del medioambiente. Se ha señalizado la ZEPA, adecuado el dique seco y completado el balizamiento y la divulgación del plan para regular la navegación. Y hay al menos otra media docena de medidas actualmente en ejecución.
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Vara: «Es una anomalía no tener aún sentencia del Supremo»
El presidente de la Junta de Extremadura aludió este viernes a una circunstancia que está sorprendiendo a la mayoría de juristas implicados en el caso Valdecañas. Se trata de la tardanza del Tribunal Supremo en redactar y facilitar a las partes la sentencia que explica por qué hay que demoler entero el complejo Marina Isla Valdecañas. No es habitual que esta instancia anuncie por canales oficiales del Consejo General del Poder Judicial el sentido de su fallo pero no lo acompañe del texto que lo argumenta. Sí ha ocurrido con el Tribunal Constitucional, pero es extraordinario que suceda con el Supremo. De hecho, algunas de las partes perjudicadas por esta última sentencia consideran que este proceder podría suponer una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva.
«Es una anomalía en sí mismo», afirmó el presidente de la Junta, que no obstante, mostró su «acatamiento y máximo respeto» a la decisión judicial, informa Europa Press. Fernández Vara se mostró «sorprendido» por el hecho de no tener aún la sentencia, más aún cuando es un proceso contencioso-administrativo y no uno penal». Añadió que en su opinión, el caso «tiene todavía mucho recorrido judicial».
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