Absuelto un agricultor de Castuera al que le pedían 12.000 euros por tener una trampa para pájaros
Fue juzgado por un delito contra la fauna al entender que cazaba usando artes prohibidas, pero resultó exonerado porque no dañaba a las aves
Un agricultor de Castuera ha sido absuelto tras ser acusado de un delito contra la fauna. La Guardia Civil localizó en ... su finca una jaula para atrapar pájaros, por lo que fue denunciado por cazar empleando artes prohibidas.
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El hombre que fue denunciado cuenta con una finca dentro de un coto de caza y en la misma tiene distintos sembrados. La sentencia, del Juzgado de Castuera, considera como hechos probados que el agricultor instaló en su parcela un mecanismo de carburo, una herramienta que produce detonaciones para espantar a los pájaros. Los hizo para alejarlos y así proteger las hortalizas y las frutas que tenía sembradas.
«Sin embargo, ante la ineficacia de este sistema, colocó una jaula con agua y trigo dentro para atraer a las aves, de manera que una vez en su interior las puertas de la jaula se cerraban quedando atrapadas, pero sin causarle ningún tipo de perjuicio», indica la sentencia.
La juez considera probado que solo usaba la jaula para atrapar a las aves y así evitar que se comiesen sus sembrados
La jaula estaba pensada para perdigones y solo podía atrapar a uno cada vez. El agricultor afirmó en su declaración que en ningún caso les hacía daño, que los trasladaba a otra zona y los soltaba.
El fallo indica que no ha quedado probado que la jaula fuese para dañar a los animales. Por tanto «no se han podido obtener indicios fundados y suficientes para determinar que el acusado haya cometido un delito contra la fauna».
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Las quejas
La Guardia Civil acudió a la parcela del procesado tras recibir quejas por las detonaciones con las que este agricultor trataba de alejar a las perdices. Al encontrar la jaula, interpusieron la denuncia contra el agricultor por usar estos medios para lo que consideraron una forma de caza y además sin la autorización pertinente.
La sentencia, sin embargo, indica que «el acusado ha mantenido siempre la misma versión, siendo coherente y respondiendo con claridad a todas las preguntas. En particular hay que destacar que lo que ha pretendido en todo momento ha sido proteger el huerto que tenía sembrado en la finca de su propiedad».
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El fallo judicial también indica que la finca no está en un camino público como se consideró en otros momentos, sino que ocupa una parcela privada.
Tras la denuncia y la apertura de juicio, comparecieron el agricultor denunciado, un agente de la Guardia Civil que estuvo en la finca y un representante del coto donde está la parcela.
«Pues bien, atendiendo a lo expuesto, esta juzgadora considera que el empleo de esa jaula en cuestión no puede configurarse como un instrumento de caza no selectivo o destructivo para la fauna, ya que el acusado lo que pretendía era espantar a las perdices y no cazarlas, y prueba de ello es que previamente había colocado el sistema de carburos, recurriendo a este otro instrumento ante su poca eficacia. Además de que la jaula tenía comida y agua, estando destinada a un animal concreto (perdigones en este caso)», asegura la juez en su sentencia.
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La juez indica, además, que ante estos hechos sería suficiente con una sanción administrativa por no haberse obtenido las autorizaciones necesarias.
Finalmente el agricultor ha sido absuelto y no tendrá que pagar, ni siquiera las costas del juicio. Evita así una multa de más de 12.000 euros, que es lo que le pedían.
En concreto la sanción por caza con artes prohibidas supone la pena de 18 meses de multa con una cuota diaria de 24 euros, es decir, un total de 12.960 euros. En caso de no pagar incluso hubiese tenido que compensar la multa con una pena de cárcel.
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