«Salvar la vida a una persona es mi mayor recompensa como policía»

«Estaba de patrulla con mi compañero por la zona del puente Trujillo», recuerda el agente. Eran cerca de las 13.30 horas del pasado martes. «En ese momento recibimos un aviso de la Jefatura para todas las unidades, a una persona le estaba dando un infarto en la Plaza Mayor, así que salimos pitando».

Apenas dos o tres minutos después Pedro y su compañero llegaron a la plaza por las calles Coria y Zapatería. «Después mi compañero me ha dicho que me tiré del coche en marcha». Pero es que el agente ya había visto que en la terraza de La Pitarra del Gordo había un hombre tirado en el suelo. «Cuando llegué le estaban tratando de ayudar, pero el hombre no respondía; no respiraba y no tenía pulso, así que me puse de forma inmediata con el masaje cardíaco». No recuerda cuánto tiempo pasó, si fueron instantes o minutos, «ni siquiera escuchaba lo que hablaban mis compañeros por el wakie, porque solo pensaba en que tenía que seguir hasta que el hombre respondiera, porque sabes que la persona se está muriendo y que en esos precisos momentos que no lo haga depende de ti». Pedro Velázquez lo logró. El hombre comenzó a respirar y volvió a tener pulso. «Y en ese momento llegó la unidad medicalizada y se ocupó de él, los sanitarios le subieron al hospital».

Una formación necesaria

Fue entonces cuando Pedro empezó a ser consciente de lo que había hecho. «Mi compañero me dijo que le había salvado la vida al hombre y creo que sí, que así fue, porque llegamos afortunadamente a tiempo y respondió a la reanimación cardiopulmonar». Ese hombre es un vecino de Ciudad Rodrigo que estaba de turismo con su mujer en Plasencia y que, al pasar por la plaza, comenzó a sentirse mal. «Lo sé porque he hablado después con su mujer, para preguntarle cómo se encuentra su marido y me ha dicho que se está recuperando».

El agente, sin embargo, aún se emociona cuando recuerda lo ocurrido. «Porque salvar la vida de una persona es mi mayor recompensa como policía local, un trabajo que me apasiona y que requiere que estemos preparados para ayudar a los demás en múltiples situaciones». En un incendio, en un accidente, también en una emergencia sanitaria.

«Hace ya más de 15 años que me formé con el 112 en reanimación cardiopulmonar, lo creo imprescindible para poder dar esa ayuda; de hecho, creo que si todos nos formásemos en RCP podríamos salvar muchas vidas».

Su actuación del pasado martes es buena muestra de ello y el motivo por el que el alcalde le ha querido agradecer hoy públicamente su trabajo.