Gastón Bertier: el francés al que Plasencia cambió la vida
El ingeniero tan citado ahora por la vía verde dirigió obras claves para la ciudad, donde vive una nieta que reivindica su figura
Seguramente, nunca antes se habló tanto en Plasencia de Gastón Bertier, el hombre al que la mayoría cita para referirse al puente más famoso de ... la vía verde que desde el pasado día 1 permite ir andando, corriendo o en bici desde el puente de san Lázaro hasta Navalmoral de Béjar. En contra de la creencia extendida, él no construyó ese viaducto tan fotogénico, pero sí otras obras claves en la modernización de Plasencia, la ciudad a la que este ingeniero francés llegó a finales del siglo XIX y que acabaría cambiándole la vida. Porque en ella conoció a su mujer, en ella se casó y en ella nació su primer hijo. Fijó su residencia en la calle Zapatería, en el mismo portal en el que sigue viviendo su nieta Concha, que conserva los documentos y la memoria necesarios para reconstruir la vida de su abuelo.
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«Yo creo que no se le ha hecho justicia en Plasencia, dada la importancia que tuvo para la ciudad», lamenta Concepción Montes Bertier, que ha investigado sobre la vida de un antepasado que continúa presente en su casa a través de varias fotos.
Nacido en Orleans (Francia) en 1859, Gastón Bertier Descaves inició sus estudios en la facultad de Ciencias de París en 1876. En la década siguiente llegó a Plasencia para trabajar en las obras del ferrocarril a Astorga. «Vino junto a otros dos hombres, el francés Françoise Maravall y el catalán Arturo Aulet», reconstruye su nieta, que ya es abuela. «Se alojaron –sigue– en la casa del notario, Luciano Torres, y los tres se casaron con hijas suyas. Dionisia Torres Fernández se casó con Bertier, Juliana con Aulet, e Inocencia con Maravall».
Hace solo unos días, Concepción Montes Bertier consiguió el certificado de boda de su abuelo. Gracias a esa gestión suya se sabe que se casó en la iglesia de san Martín. «Gastón y Dionisia –detalla– tuvieron tres hijos: Luis, que nació en Plasencia, Mercedes, en Ferrol, y en Madrid nació Concepción, mi madre». «Mis abuelos fijaron su residencia en Plasencia, aunque él viajaba bastante a Madrid», sitúa la nieta, que en su labor investigadora ha logrado aproximarse al año en el que Bertier llegó a la ciudad.
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Dirigió la construcción de la central eléctrica y presa de Berrocalillo, la fábrica de luz más importante de la ciudad a inicios del siglo XX
«Su nombre ya figura en el padrón municipal de 1899-1900», detalla Montes mientras enseña una copia de ese documento. En él se especifica que el ilustre vecino ya llevaba entonces en la ciudad 14 años, por lo que llegó a ella en 1885 ó 1886. «Para entonces ya tenía un hijo de seis años y otro de dos», amplía la descendiente del ingeniero, cuya trayectoria también ha estudiado la historiadora Montaña Domínguez.
«A Bertier –aclara – se le suele atribuir el puente de hormigón del antiguo ferrocarril, ahora vía verde, pero él murió en el año 1912 y ese viaducto se empezó a construir en los años treinta. La obra se detuvo por problemas técnicos y no se terminó hasta finalizada la Guerra Civil española». Junto a este puente están los pilares de otro que fue desmantelado y en cuya construcción sí pudo participar, aunque no hay certeza, apunta Domínguez.
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De lo que no hay duda es de la participación clave del francés en otras infraestructuras estratégicas para la Plasencia de ese momento. Él dirigió la obra del túnel de san Lázaro, y por ello, el Ayuntamiento le otorgó un diploma de felicitación. Su nieta lo conserva, enmarcado. En él se le cita como Ingeniero jefe de sección de la empresa constructora, y se le concede «la más cordial enhorabuena en conmemoración del calamiento del túnel de Plasencia». Figura como fecha el 22 de diciembre de 1889.
«Él participó también en otras obras importantes, como un túnel ferroviario en Béjar», añade Concepción Montes, que opina que «es una pena que por el trazado Plasencia-Astorga ya no circulen trenes».
Un proyecto de calado en Galicia
La importancia de la ciudad en la vida de Bertier también la documentó Xoan Carmona Badía, catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela, para su texto 'La sociedad Gallega de Electricidad (SGGE) y la formación del sistema eléctrico gallego 1900-1955' (Historia del gas, 9, Fundación Gas Natural Fenosa). En este trabajo, al que Concha Montes aportó documentación, detalla que Bertier fue uno de los fundadores de la SGGE, su primer consejero delegado y su segundo presidente (lo fue de 1904 a 1911),
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«Durante los 1900 a 1912 –escribe Carmona–, en que muere en Madrid, Bertier repartirá su tiempo entre su localidad de residencia, Plasencia, Galicia y un Madrid al que debía acudir para gestiones y reuniones diversas (...). Todavía tuvo tiempo de participar en la constitución de otras compañías eléctricas, como la Electro-Hidráulica del Jerte, en su localidad de residencia, y la Electro-Hidráulica del Turia».
En este punto, su contribución para Plasencia fue muy relevante. Así lo destacaba el Ayuntamiento hace dos años, cuando expuso como Documento del mes el acta de una queja ciudadana de 1896 sobre la mala calidad del suministro eléctrico. El Consistorio contextualizaba ese documento explicando que «sin duda, la fábrica de luz más importante fue la de Berrocalillo, dos kilómetros aguas abajo en la margen izquierda del Jerte, de Palacios y Cía». «Su diseño –sigue el texto de abril de 2021– corrió a cargo del ingeniero francés asentado en la ciudad Gastón Bertier Descaves, que desde comienzos de siglo trabajaba en proyectos hidroeléctricos para la Sociedad Gallega de Electricidad. Fue necesaria la construcción de una presa de tres metros de altura, de cemento y sillares, materiales que se emplearon también en los seiscientos metros del canal. Se tardó varios años en ejecutarla».
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«En 1904, Bertier instaló un motor a vapor para, en el caso de que faltase agua durante el estiaje, emplear carbón mineral», añade la publicación, que deja constancia también de que el francés fue director de la Sociedad Placentina de Electricidad, que luego pasó a ser Sociedad Electro-Hidráulica del Jerte, en 1957 absorbida por Iberduero, que más tarde se fusionó con Hidroeléctrica Española dando lugar a Iberdrola».
Durante la mayor toda su vida adulta, Plasencia fue la ciudad de Gastón Bertier. Hoy, su nieta Concha mantiene vivo su legado.
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