Los progresos en el control de la inflación y la intensidad del frenazo de la economía crean el marco idóneo para relajar los tipos de ... interés, cuya escalada hasta el 4,5% ha propiciado esa situación. Pero el BCE todavía prefiere esperar, aun a riesgo de penalizar un crecimiento ya muy débil, para apuntalar así una moderación del IPC más rápida de la prevista. En febrero cayó al 2,6%. Este año cerrará en una media del 2,3%, según sus estimaciones, muy cerca ya del objetivo oficial. La actividad, por contra, avanzará un modesto 0,6%. La autoridad monetaria, que tiene fijada como prioridad la estabilidad de los precios, ha de manejar los tipos con pulso firme para alcanzar ese objetivo, pero no puede ser insensible a los efectos de la carestía del dinero sobre el conjunto de la economía. El éxito de sus decisiones depende de un virtuoso equilibrio entre ambas variables, lo que requiere acertar en el momento y en la graduación de los movimientos. La prudencia le ha llevado a aplazar cualquier rebaja al menos hasta junio para asegurarse de que no da pasos en falso. Lo más esperanzador de su mensaje es que por fin se atisba el final de la batalla contra la inflación.
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