El placer de cantar a todo volumen mientras conduces

Es curioso, porque aunque me encanta cantar en el coche, tengo aversión a los karaokes porque mi sentido del ridículo me ha impedido siempre atreverme con una canción cuando hay alguien que pueda escucharla. En la ducha tampoco me dio nunca por cantar, será que soy una vecina buena y compasiva...

Sin embargo, cuando estoy conduciendo –algo que no me gusta nada, por cierto, pero tiene razón el refranero y «el que canta, su mal espanta»– me vengo arriba cantando 'Sobreviviré', de Gloria Gaynor, 'Escándalo' y 'Mi gran noche' de Raphael, o la que comenzaba así: «Estoy bailando, con dientes y uñas yo me defiendo. Y el corazón me late al tiempo de la música, y allá el mundo...». Lo cantaban las hermanas Goggi, que se hicieron famosas con esta canción que seguro que los 'baby boomers' recuerdan, pero cuando la canto yo, lo que parece es que en lugar de «bailando» estoy «balando», pero como una oveja acatarrá, pero me da igual porque me sube la moral.

A veces me arranco con 'Resistiré', del Dúo Dinámico, aunque ahora se me ha atragantado un poco después de oírla una y otra vez durante el confinamiento. Pero me encantó cuando en el final de 'Átame', los protagonistas de la película de Almodóvar se marchan de la localidad extremeña de Granadilla, se suben al coche y Loles León, que va de copiloto, enciende la radio, comienza a sonar la música y tararea: «Cuando pierda todas las partidas, cuando duerma con la soledad, cuando se me cierren las salidas...», después se arranca Antonio Banderas, que va en el asiento de atrás, aunque no consiguen que se les una Victoria Abril, que es la que va al volante. Esta es una de las muchas escenas de cine en las que los protagonistas cantan a pleno pulmón, como en 'Jerry Maguire', en la que Tom Cruise iba conduciendo encantadísimo cantando «I'm freeeee...», dando palmadas al volante y sonriendo como un loco, liberando endorfinas y oxitocina.

Como veis, las canciones que chillo más que canto son del siglo pasado, aunque no todas son «moviditas», también me pasa con otras lentas, como 'Un velero llamado Libertad' de José Luis Perales: «Ayer se fue, cogió sus cosas y se puso a navegar...», es como una declaración de intenciones. Y en alguna ocasión, cuando estoy hasta las narices, me atrevo con 'Se acabó', de María Jiménez: «Y ahora ya, mi mundo es otro...».

El lunes me marcho de vacaciones, así que pondré música de los años 80 y si ven por la N-430 a una conductora gritando desencajada, ya saben: «¿A quiéeeen le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga. Yo soy así y así seguiré, nunca cambiaréeeeee...».