A veces la incapacidad humana me sigue sorprendiendo. Yo ya tengo mis años y podría decir que soy casi inmune al espanto, pero compruebo que ... no y que aún me deben de faltar un par de vacunas para la inmunidad total.
Publicidad
Allá por 2016, cuando comenzó a fraguarse el Brexit en las tierras de la pérfida Albión, un fanático personaje ultraderechista (of course) Nigel Farage, aprovechando el hastío político que invadía Reino Unido, consiguió que, con una baja participación principalmente compuesta por gente mayor y rural, Boris Johnson usurpara el papel de la reina y pudiera adoquinar el camino de salida de la UE. Ahora, en 2025, Jonhson ni está ni se le espera y Farage dice haberse equivocado, pero ya es tarde y Reino Unido vuelve a ser una isla en todos los sentidos.
Al otro lado del Atlántico, otro pollito amarillo llamado Donald avanza en su segundo intento de imponer la autarquía en el país del Tío Sam.
Él querría que fuese un reino, pero se da de bruces contra una de las constituciones más sólidas de lo que consideramos democracia. Esa norma magna, ya en el año 1776, dejaba claro el rechazo del pueblo al poder absoluto de un soberano. Y justamente es como lo está empezado a percibir el pueblo americano. La resistencia civil ha despertado y un multitudinario movimiento denominado 'No Kings' ha conseguido aglutinar y convocar a más 7 millones de ciudadanos que se han manifestado en contra de las políticas absolutistas de su presidente electo, presidente de un banco disfrazado de nación. Lo fácil sería decir disfruten de lo votado, pero a mí me afecta, a todos nos afecta, por ejemplo:
Aumentar hasta el 5% del PIB el gasto en Defensa en Europa son, nada más y nada menos, que 510.000 millones de euros. ¿Cuántos hospitales, escuelas, carreteras, trenes…se pueden hacer con esa inmensa cantidad? No, 'naranjito' quiere que gastemos en pólvora en lugar de diplomacia, en misiles en vez de pupitres y en fusiles contra claveles. O me compras o te castigo, o me dejas que te estire el brazo o te echo de la pandilla.
Publicidad
Trump intenta acallar toda voz crítica y manifestaciones en su contra, tentando al incumplimiento de la primera Enmienda de su Constitución donde se blinda la libertad de expresión. La protesta política es de lo más americano, no en vano fueron las mimbres de su revolución, y ahora le resultará difícil silenciarla.
Aquí nos entretenemos más con lo culinario, las lechugas y las chistorras, las señoritas de compañía de algunos señoros políticos, las viviendas de nuestros dirigentes, sus sueldos y sobresueldos, la bronca política y la enorme polarización del gentío cocinando 'caldo de guerracivilismo'.
Publicidad
Siempre tendré en mi imaginario íntimo la Revolución de los Claveles de Portugal, ese movimiento en el que no se derramó ni una gota de sangre pero expulsó a un tirano y convirtió al país vecino en una república.
Aquí eso no pasó y nos pusieron monarquía, pero ¿queremos reyes?
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión