Resulta ya difícil describir o resumir el hartazgo de la ciudadanía de Valencia de Alcántara y de la mancomunidad Sierra de San Pedro ante las ... reiteradas, continuas y constantes caídas de internet en la zona. Telefónica, el principal operador, da largas a las quejas de los vecinos, de las administraciones y de la sociedad civil, mientras permite con su inacción e indolencia que servicios públicos tan básicos y esenciales como el sanitario se vean afectados. Porque cuando se va internet («se va», decimos, como si fuera algo natural…), el Centro de Salud de la localidad, que es el de referencia para toda la comarca, no puede utilizar los teléfonos ni la gente llamar al centro; porque los médicos no pueden acceder a los historiales y porque se paraliza buena parte de la asistencia sanitaria. Y hay más de una hora, recordemos, al hospital más cercano.
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Los comercios no pueden cobrar, las administraciones se paran y buena parte de los trabajadores de la zona deben dejar de trabajar, incluidos los autónomos. ¿Así se combate el llamado 'reto demográfico'? ¿Así se hace frente a la despoblación del medio rural? Es imposible apostar, como se dice tanto últimamente, por lo rural, por los pueblos, por la cohesión de nuestros territorios, si no somos capaces de brindarles, siquiera, acceso fiable, constante y de calidad a internet y a la red de telefonía. De nada nos sirven los programas de dinamización, los fondos europeos, la retórica de los congresos y seminarios sobre la 'España vaciada', si no arreglamos y abordamos primero lo más esencial. No puede tolerarse una situación como la que vivimos en la Sierra de San Pedro, en el oeste del oeste, en ese precioso rincón de Extremadura que ve poco a poco cómo la inacción de unos y el olvido de otros lo arrastran al abandono. Y no lo debemos permitir porque estoy convencido, y muchos lo estamos, de que es una comarca repleta de oportunidades, con un potencial turístico que aún no ha sabido aprovechar, con una situación geográfica que otrora era una rémora pero que hoy se convierte en un atractivo. Somos Reserva de la Biosfera, Parque Natural Internacional, un pulmón verde en la frontera, una tierra de ricas mezclas e intercambios y un punto de convergencia de dos países y dos culturas que ha sabido sobrevivir a las guerras, a la lejanía y al menosprecio secular de ambos centralismos.
Y no, no pueden escudarse los poderes públicos, empezando por los autonómicos y acabando por los estatales, en que no es su competencia. Dejémonos un segundo de competencias y pongámonos a trabajar, a interesarnos sobre las causas de tantos cortes de red, a hacer valer la legítima presión de quienes son nuestros representantes. Es imposible que no puedan hacer nada unos y otros y que la operadora privada (¡ay de las privatizaciones!) deje en este estado de permanente incertidumbre a miles de ciudadanos de una comarca llena de oportunidades; las mismas que, espero, algún día florezcan.
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