El zurdo

Mientras dure la guerra

Antonio Chacón

Badajoz

Domingo, 2 de junio 2024

Se puede discutir si es más oportunista que oportuna la decisión de Pedro Sánchez de reconocer el Estado palestino en plena campaña de las elecciones ... europeas y con una guerra abierta entre Israel y Hamás en Gaza, pero lo que es indiscutible es que ese reconocimiento es justo y necesario. Es más, llega tarde, porque España es de los últimos países en hacerlo, pues más de 140 ya lo hicieron antes. Cierto que de poco sirve si no da el mismo paso Estados Unidos, principal aliado de Tel Aviv y miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y, por tanto, con capacidad de vetar cualquier resolución que vaya en contra de los intereses israelíes, como, por ejemplo, la admisión de Palestina en la ONU como miembro de pleno derecho. No obstante, la presión internacional es capital para hacer realidad más pronto que tarde la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, para poner fin al sempiterno conflicto que enfrenta a ambos pueblos desde la declaración de independencia de Israel en 1948.

Publicidad

La solución de los dos Estados quizá no sea la ideal, pero sí parece la más idónea. La solución ideal hubiera sido un Estado binacional federal que integrara a israelíes y árabes, pero son tantos los rencores y odios acumulados entre ambas comunidades que ahora se me antoja inviable que convivan en la misma casa. No obstante, la propuesta de un Estado ha sido defendida tanto por intelectuales judíos, como la filósofa Hannah Arendt o el historiador Tony Judt, como por palestinos como el filósofo Edward Said, que recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 2002 junto con su amigo el músico Daniel Barenboim.

Said es cofundador, junto con Mustafá Barguti, de Iniciativa Nacional Palestina, una formación laicista y progresista que se presenta ante su pueblo como una tercera vía entre entre Fatah, partido que considera corrupto y antidemocrático y que fundó Yasser Arafat y lidera el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, y Hamás, formación islamista que tacha de extremista y fundamentalista.

Barguti, en una entrevista con El País, también defiende la creación de «un Estado democrático con derechos iguales para todos, donde no haya discriminación por religión, nacionalidad o etnia; donde las personas tengan igualdad de oportunidades». Y agradece el reconocimiento del Estado palestino por el Gobierno español, pero sabe que esto no es suficiente, porque su pueblo no está sometido solo a la ocupación, «sino a un genocidio bárbaro y otros crímenes: la guerra, el crimen de limpieza étnica y de castigo colectivo, incluso utilizando el hambre». Por ello, también clama sanciones económicas y militares contra Israel y el fin de su acuerdo de asociación con la UE para obligarlo a implementar la resolución del Tribunal Internacional de Justicia que pide detener la guerra.

Publicidad

Sin embargo, esta guerra, la más larga y cruel en la historia de Israel, según Barguti, parece lejos de su final, pues interesa dilatarla 'ad infinitum' a los extremistas de ambos bandos: los ultras que gobiernan Israel con el incombustible e incendiario Benjamín Netanyahu a la cabeza y los yihadistas de Hamás. Ambos ambicionan un Estado unitario, pero que excluya a la otra parte, que la barra «desde el río (Jordán) hasta el mar (Mediterráneo)». Mientras dure la guerra, Netanyahu y Hamás encuentran la justificación para aferrarse al poder y aplicar su «solución final» vendiéndola como legítima defensa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad