Los vecinos de La Ronquilla piden al Ayuntamiento de Mérida que arregle el camino

Junto a San Andrés hay un grupo de viviendas dispersas. Cerca de cien parcelas con casas de campo. Más poblada la urbanización desde que estalló la pandemia. Entre sesenta y setenta familias viven de fijo ya.

Varios nombres le dan a la zona. La Ronquilla o Cerro de las Gallinas, los más habituales. Han formado una asociación de vecinos para ocuparse de los temas comunes, como las negociaciones con Endesa para la instalación eléctrica y también para relacionarse con el Ayuntamiento.

Quieren solucionar de una vez el acceso por el camino municipal que sale desde San Andrés hasta la urbanización. Un tramo lo asfaltó hace muchos años Diputación, pero el resto del acceso permanece –según los usuarios habituales– casi impracticable. Con muchos baches. Jesús Díaz es el administrador que les representa y les asesora para gestionar los trámites comunes.

Uno de los más urgentes, cuenta, es precisamente el arreglo del camino. El trazado forma parte de la red municipal y le corresponde al Ayuntamiento reparar, allanar y consolidar el firme que sale la ciudad. Varias veces lo han pedido por la vía oficial. No han recibido todavía una respuesta concreta. «Una vez nos dijeron que la máquina está averiada, otra que el maquinista está de baja y otra que el maquinista ha terminado su contrato».

Varios escritos han elevado a la delegación explicando el deterioro del camino, que limpien las cunetas y se pongan señales de veinte kilómetros por hora para los coches. Creen también necesario que se oficialice de una vez el nombre a las calles para identificar mejor las casas de cada uno. Cuenta el administrador que los residentes fijos temen no ser localizados ante una urgencia. Las ambulancias, por ejemplo, no sabrían llegar y tendrían problemas para circular por el camino.

La iglesia de San Andrés suele ser la referencia de la que se valen los vecinos cuando quedan con alguien para luego acompañarles hasta las casas.

Sí han conseguido que Correos deje la correspondencia en la caseta de buzones junto al campo de fútbol. Lo que demuestra que hay primeras residencias de muchos vecinos, explica el administrador. Recuerda además que por las viviendas de La Ronquilla se paga contribución urbana. «Igual que los que residen en cualquier barrio de Mérida». Por eso insisten en la mejora el camino como compensación.

En La Ronquilla entienden que es competencia del Ayuntamiento preocuparse por los caminos de la red municipal. Llama la atención que el tramo del acceso que pertenece al término de Don Álvaro lo allana y lo repasa con frecuencia el ayuntamiento del pueblo vecino. «La diferencia es evidente, pero si un ayuntamiento de un pueblo pequeño puede hacerse cargo de su camino, Mérida, con más capacidad, también».

Asumen que Mérida se extiende por un término muy amplio y por lo tanto la red a la que debe atender también, pero los residentes piden que, al menos, haya una respuesta concreta del plan de trabajo para saber cuándo van a llegar las máquinas. «Hemos intentando hablar varias veces con la concejala que lleva este tema y no hemos recibido nunca una respuesta».