José María Álvarez: «En Burdeos, al camino de Santiago le llamaban el de Santa Eulalia»

–¿Qué le gustaría a usted aportar con este pregón?

–Quiero destacar la idea de ser eulaliense. Y entra en esta idea la trascendencia histórica de Santa Eulalia y de su culto. Mi padre, José Álvarez Sáez de Buruaga, decía que era la santa más popular de las españas. Y eso era tal cual. Históricamente tuvo esa trascendencia, pero el apóstol Santiago fue luego ocupando ese lugar. Yo recuerdo una conferencia en Burdeos a la que vinieron más de quinientas personas. La tuvimos que hacer en dos días. Allí me dijeron que había tanta devoción a Santa Eulalia porque al camino de Santiago antes le llamaban el Camino de Santa Eulalia.

–¿Hasta dónde llega esa devoción?

–La universalidad de la Mártir es muy grande. Es un hecho que está presente esa devoción en Francia o Italia y en América.

–Habla también usted del año Jubilar. ¿Cómo se debe afrontar?

—Tenemos que aprovecharlo. Yo he participado en varios años jubilares. El último fue en Caravaca de la Cruz. Y allí vimos su dimensión. Fue un acontecimiento que deja poso. Por eso, todo el trabajo previo que se haga es necesario y muy importante. Sabemos del interés del Ayuntamiento, que está detrás. Y también de la Asociación, que trabaja sin descanso.

–Alguna aportación.

–Yo no soy nadie. Pero sí recuerdo un proyecto común que tenía con mi gran amigo el arzobispo Antonio Montero. Pensábamos los dos que sería apropiado que los peregrinos encontraran al llegar a la Basílica una llama perenne. Es algo muy simple, pero que aporta un encuentro particular entre el peregrino y la santa. Se podría aprovechar para hacerlo ahora.

–Hay que insistir en la promoción de la figura de Santa Eulalia durante todo el año y no solo en diciembre.

–Nunca es suficiente. Cuando yo era presidente de la Asociación coincidió el año 2004 con el diecisiete centenario del martirio. Ideamos dos eventos relevantes. Hicimos un congreso sobre la historia y la doctrina y luego una exposición en el Museo Nacional de Arte Romano gracias a la colaboración de José Luis de la Barrena. Nos ayudó también una entidad bancaria. Vinieron piezas nunca vistas antes aquí como Santa Eulalia en la Cruz, de Salvador Carmona, del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Todo eso ayudó mucho a difundir su relevancia. Ahora volvemos a tener una ocasión más para hacerlo.

–Se habla mucho de la vigencia de la Mártir. ¿La comparte usted?

–Su vigencia está más que contrastada. Nos encontramos a una mujer que se enfrentó al poder establecido. Y puede ser una espejo para los jóvenes. Murió con doce años y su valentía inspirará a los jóvenes. Y algo muy importante, es una santa que ha estado siempre muy presente en todas las vicisitudes que han tenido los vecinos de Mérida. Hay mucha documentación histórica que recoge el fervor que había hacia la Mártir. Su figura aglutina a todas las generaciones a lo largo de la historia en la ciudad