Los peregrinos de Santa Eulalia hacen el camino desde Perales a Mérida

Los fieles a la Mártir iniciaron su penitencia tras un rezo conjunto en el cerro con el párroco de San Francisco de Sales, Guillermo Díaz Manzano. A las once partió el grupo mayoritario, aunque desde muchos antes se llenó la vía de servicio paralela a la autovía de gente.

El trayecto Perales-Santa Eulalia surgió como una manifestación espontánea y popular que ha ido ganando seguidores cada 9 de diciembre. La idea es ir rezando hasta Mérida los martirios llueva, truene o haga frío. Bastón y lazo rojo. Escapulario y un libro para leer las sentencias por el trayecto. Y pocas prisas. Basta con llegar al Hornito ya de noche, justo cuando sale la imagen de Santa Eulalia en su camino hasta la Concatedral. Suelen esperar siempre los organizadores de la procesión nocturna a que entren los peregrinos en el templo.

El trayecto se hace pesado porque no es un paseo agradable. Discurre junto a la autovía, con continuos desniveles sobre la carretera y charcos con mal piso.

El momento más emotivo se vive cuando entran por el puente romano y enfilan la plaza de España y la calle Santa Eulalia. Se confunden los devotos a la mártir con los vecinos y turistas. Se escuchan los cánticos espontáneos y muchos llegan ya emocionados al bajar la Rambla y vislumbrar el hornito, lleno de fieles para la procesión.