Los mosaicos del Museo Romano de Mérida también enseñan matemáticas
Instituto Santa Eulalia. El profesor José Antonio Sánchez Guillén muestra fuera del centro aplicaciones prácticas de lo que explica en el aula
A. GILGADO
Domingo, 5 de junio 2022, 07:43
Una foto tiene en su móvil el profesor José Antonio Sánchez Guillén del mosaico enterrado en Benito Toresano. Hizo luego la composición completa a partir de lo poco que asomó. Figuras geométricas. Matemáticas bajo los pies. Lo mismo con los trozos rescatados en la Casa del Anfiteatro. Utiliza el Geogebra, un programa libre de geometría dinámica en el que van sacando la ocupación que hacen de un plano las figuras. Utiliza el Geogebra con sus alumnos del Santa Eulalia. Con ellos, explica, empieza por problemas más sencillos. El cuadrado es el más fácil. Solo hay que ir solapando uno con otro. Se complica luego con el hexágono. Aunque también se consigue.
Cuando hay que mezclar polígonos diferentes se forman los mosaicos. De esta forma los alumnos investigan en el aula qué figuras hay dentro de un mosaico romano y descubren cómo se construyó hace dos mil años. Al ser intuitivo, simula un juego en el que se visualiza el cálculo.
José Antonio ha diseñado también ejercicios matemáticos en la calle que mezclan el arte con lo que se da en el aula. Rutas matemáticas en el Museo, el Teatro Romano o la casa del Anfiteatro. La pandemia le ha limitado, pero hay muchas aplicaciones prácticas. Forma parte de la Sociedad Matemática Ventura Reyes Prósper y organiza las olimpiadas de Extremadura para detectar talentos matemáticos entre los escolares. La semana pasada fue la alevín para chicos de Primaria.
Los niños de las olimpiadas de Primaria resolvieron un problema en la Casa del Anfiteatro
Puso una prueba en la Casa del Anfiteatro. En el mosaico de la vendimia. Los niños calcularon en pie romano cuánto miden los ángulos inferiores y exteriores de la figura. Todos lo resolvieron.
Esos mismos ejercicios, explica, se pueden hacer con el resto de alumnos. «Cambias por completo la dinámica de clase. Llegan a la conclusión de que lo que han visto en el aula y les parece lejano, lo tienen muy cerca». Las matemáticas, explica, te ayudan a crear construcciones mentales para resolver problemas. Abrir la mente para ver las cosas de otra forma.
Ha hecho varias rutas por el Museo Romano con otros profesores para mostrarles, por ejemplo, como las estatuas sirven para hacer mediciones indirectas. O cómo de la colección de monedas salen proporciones. O aplicar las unidades de medida en las vasijas. Equivalencia entre el litro cúbico actual con las romanas. «Hay muchas posibilidades al mezclar la historia y la arqueología con las matemáticas». El objetivo final, explica, es que los niños adquieran habilidades.
José Antonio empezó a enseñar matemáticas en el 86. En el Santa Eulalia imparte desde 2009. Se ha encontrado en este tiempo con adolescentes con un talento matemático difícil de detectar. No siempre son los que sacan mejores notas. Por eso cree necesario impartir a veces fuera del aula. «Ayuda a razonar de otra forma».