Lavrov en la ONU: «Cualquier agresión a Rusia recibirá una respuesta que no deje duda alguna»
El ministro de Exteriores denuncia en la Asamblea General que la OTAN y la UE «manipulan» las incursiones de drones en Europa para justificar un posible ataque a su país
En el último mes, los drones rusos han forzado el cierre de aeropuertos en Polonia y Noruega; han sido interceptados sobrevolando instalaciones militares de Dinamarca ... y Rumanía, y los cazas del Krelim han violado el espacio aéreo de Estonia y se han acercado tanto a Alaska que las fuerzas estadounidenses salieron a su encuentro. La tensión es tal que el jueves el presidente Donald Trump dio luz verde a la OTAN para derribar los drones rusos, a riesgo de desatar un conflicto internacional en el que Moscú intenta presentarse como víctima.
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«Rusia nunca ha tenido ni tiene tales intenciones. Sin embargo, cualquier agresión contra mi país recibirá una respuesta decisiva que no deje lugar a dudas» advirtió el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov. Para el diplomático ruso, quien habló ayer ante la 80 Asamblea General de la ONU, los miembros de la OTAN y la UE están manipulando estos incidentes como excusa para un ataque que ya se está preparando, y que presentarían como la respuesta a una agresión «grave» de Rusia contra un país de la Alianza Atlántica. «Acusaciones que el presidente Putin rechaza», subrayó.
Moscú, cuyo embajador Vasily Nebenzya se hizo famoso por negar en el Consejo de Seguridad que su país fuera a invadir Ucrania justo cuando las tropas rusas cruzaban la frontera, asegura que la OTAN y la UE están manipulando a su población para justificar el rearme militar. «Les dicen a sus votantes que la guerra con Rusia sería inevitable y entonces obligan a ajustarse el cinturón».
El jueves, tras la reunión ministerial del G-20 celebrada en los márgenes de la Asamblea General de la ONU, Lavrov dijo, según la agencia rusa Tass, que «la OTAN y la UE quieren declarar, y de hecho ya la han declarado, una guerra real».
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En su intervención ante la ONU, el ministro apeló a «la especial responsabilidad de EEUU en el mundo para evitar un conflicto que afectaría a toda la humanidad». El presidente norteamericano ha reiterado en las últimas semanas estar «muy decepcionado con Putin» por no haber mostrado voluntad para poner fin a la invasión de Ucrania, después de la inversión diplomática que hizo al recibirlo con todos los honores en Alaska. Trump se ha cansado de que el mandatario ruso le deje mal e intenta aglutinar al mundo en torno a «fuertes sanciones», que empezarían por atacar el mercado energético ruso privándole de sus clientes.
Al contraataque, Lavrov aseguró que su país está decepcionado por la falta de resultados de aquella histórica cumbre bilateral. «Esperábamos el diálogo ruso-estadounidense después de la cumbre en Alaska», admitió, convencido de que la nueva Administración estadounidense se acercaba a una solución «realista» de la crisis ucraniana, pero tras su reunión el martes con Zelenski, Trump ha dado un giro de 180 grados. El mandatario que en febrero dijo al presidente de Ucrania no tener «las cartas» para conservar todo su territorio, dada la superioridad militar rusa, cree ahora que «con tiempo, paciencia y el apoyo financiero de Europa y, en particular, de la OTAN, Ucrania podría recuperar las fronteras originales del comienzo de esta guerra». La paciencia de Zelenski ha dado sus frutos, para desencanto ruso.
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Prueba de que Washington ha elevado la presión sobre Moscú es el escueto comunicado de dos líneas que hizo público el Departamento de Estado tras la reunión de Lavrov este jueves con Marco Rubio. «El secretario reiteró el llamamiento del presidente Trump a que cesen los asesinatos y la necesidad de que Moscú adopte medidas significativas hacia una resolución duradera de la guerra entre Rusia y Ucrania», describió tras el encuentro.
Garantías de seguridad
Lavrov asegura que Rusia está dispuesta a negociar garantías de seguridad para Ucrania, pero no cree que la OTAN esté actuando de buena fe: «Siguen expandiéndose hasta nuestras fronteras, en contra de las garantías que se le dieron a los líderes soviéticos de que no avanzarían ni una pulgada hacia el este», recordó.
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Según fuentes de la prensa estadounidense, Rubio habría exigido a Lavrov «medidas significativas» que demuestren que Rusia está dispuesta a comprometerse con una desescalada. Lavrov también ha declarado que espera nuevos contactos entre Moscú y Washington, como continuación de aquel encuentro de Alaska entre Trump y Putin, que originalmente se consideró como un punto de inflexión.
El diplomático ruso también perdió el viernes otra batalla en el Consejo de Seguridad, al no prosperar la resolución que hubiera prorrogado el acuerdo de 2015 sobre el programa nuclear iraní «para dar tiempo a la diplomacia», lamentó. Fue otra victoria política de EEUU, que, según el portavoz ruso, «puso de relieve la política occidental de socavar las soluciones constructivas en el Consejo de Seguridad».
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