Serpientes como mascotas

Vivir con serpientes: la joven de Cáceres que las tiene como mascotas

Hasta que entró en vigor la nueva Ley de Bienestar Animal vivía con hasta siete serpientes en su piso de Cáceres y asegura que son tranquilas y nada agresivas

Jueves, 3 de julio 2025, 11:31

En su casa nunca falta compañía. En pleno Cáceres, Lorena Zamora convive cada día con una serpiente que le «fascina». Desde los 17, Lorena (32 años), que ahora es auxiliar de veterinaria, decidió que los reptiles serían su compañía: «Los necesito en mi vida, es como a quien le gustan los gatos o los perros, pues a mí me gustan las serpientes. Ahora tengo una y cuando se muera pues tendré otra, lo tengo claro, siempre voy a estar con serpientes».

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Lejos de los tópicos de peligro o frialdad, esta joven extremeña asegura que estos animales exóticos pueden ser tan tranquilos y predecibles como cualquier otra mascota. «Les tengo cariño, me relajan», explica, «empecé teniendo culebras, pero mi primera serpiente fue una pitón real, y eso fue amor a primera vista: su tacto, su comportamiento, no son agresivas ni nerviosas, las puedes poner en el sofá contigo viendo la tele que se quedan quietas, a mi me relajaba muchísimo tener a mis serpientes».

«Desde que tengo uso de razón he estado fascinada por los reptiles, de pequeña solo jugaba con serpientes de plástico, dinosaurios…», empieza contándonos sobre cómo se enamoró de este universo reptil. «Las serpientes siempre han sido mi obsesión, con 17 o 18 años empecé a tener gekkos (porque vivía con mis padres), dragones barbudos… Es que es otro mundo», comenta.

Ahora solo vive con una serpiente en casa, y es que desde que entró en vigor la nueva Ley de Bienestar Animal, tuvo que deshacerse de las demás.

Llegó a compartir piso con hasta siete serpientes distintas. «Es como un hobbie, después de trabajar llegaba a casa y las tenía encima de la cama, las cogía, las tenía entre mis manos… A día de hoy solamente tengo una porque las pitones reales ya están prohibidas y tuve que cederlas, me dolió en el alma, me dio muchísima pena, pero era ilegal tenerlas en casa».

Qué cuidados necesita una serpiente

Lorena nos cuenta que es «el animal más cómodo del mundo» ya que «no sueltan pelo, son silenciosas, son muy limpias…». Además, nos cuenta que tienes que convertir el terrario en su propia selva; «tienen que vivir en un terrario adaptado a su tamaño, porque «son animales que no les gusta estar en sitios amplios, si no atrapadas, escondidas, así que no puedes tener una serpiente de 15 cm en un terrario de dos metros».

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«Son animales que no regulan su temperatura, necesitan el calor de fuera, así que en invierno les pongo una manta térmica, y en verano aquí en Extremadura no hace falta», comienza explicando, «mis pitones reales, además, necesitaban mucha humedad así que les echaba agua con un difusor, constantemente, para facilitarles la muda de la piel».

Lorena explica que «las serpientes no comen diariamente, sino una vez a la semana, ya que no mastican, ellas engullen así que su proceso de digestión tarda» y que se alimentan de ratones y ratas, «depende de su tamaño, si le das a una serpiente pequeña una rata no se la come, es un mito que la serpiente te pueda comer porque sabe que eres mucho más grande, eso es un mito horrible».

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Son parte de su vida

«Les tengo mucho cariño, mi serpiente toro, la que tengo actualmente, se llama Pandora. Y por mi vida han pasado Rosalía, Lenny, Rolo, Floqui, Bella, Maya…», nos cuenta, «los echo mucho de menos, la verdad», confiesa Lorena.

Cada serpiente, explica, tiene su propio carácter. «Las culebras son más nerviosas, pero las pitones son tranquilas. La que tengo ahora, mi serpiente toro, tiene muchísimo carácter y es la más inteligente que he tenido, está pendiente de todo», nos cuenta. «Ella me observa, me sigue con la mirada, sabe cuando salgo y cuando entro», añade sobre Pandora.

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Además, convive con una chihuahua que se llama Mindy, que es «el amor de mi vida».

Su día a día con Pandora

Cuando Lorena sale de trabajar y hacer su rutina diaria, confiesa que llega a casa, se sienta frente a la televisión a ver una serie o película, y es el momento de sacar a Pandora, que se sienta junto a ella y se convierte en su momento «relajante». «Eso sí, después de darle de comer tengo que esperar un par de días para cogerla porque le estropearía la digestión y podría vomitar la rata», confiesa.

En alguna que otra ocasión ha tenido algún susto, como cuando una de sus serpientes se escapó de su terrario mientras limpiaba a otra de sus mascotas, «al final la encontré, estaba entre mi ropa, pero me asusté».

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«La gente no lo entiende, tiene muchísimos prejuicios»

Lorena Zamora

Su familia «ha terminado asimilándolo» pero asegura que «les ha costado muchísimo asumir que su hija no quería comprar ropa, sino serpientes, y han aguantado mucho, cuando vivía con ellos tenía un zoo en mi habitación: desde lagartos hasta insectos como cucarachas para que comieran«.

Actualmente Lorena tiene pareja «y él lo acepta, aunque le da miedo y respeto», nos cuenta.

La joven termina confesando que en muchas ocasiones se ha enfrentado a los prejuicios de la gente «y piensan que soy rarita», pero a ella le hace feliz tener serpientes. «Como no es común, pues soy la rara, y lo entiendo, pero soy feliz con lo que tengo, así que mientras haya respeto...», cuenta Lorena, que tiene claro que las serpientes «me relajan, me gustan, son perfectas», eso sí «no se puede comparar al amor que le tienes a un perro, como el que le tengo yo a Mindy», confiesa.

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