Últimas tecnologías que pueden evitar la despoblación
La Diputación de Badajoz ha puesto en marcha tres laboratorios de fabricación dotados con cortadoras láser y otros equipos de fabricación, prototipado electrónico y robótica para facilitar el acceso a una digitalización práctica en las zonas rurales
Martes, 17 de diciembre 2024
Una forma diferente de acercarse a la digitalización. Con piezas o productos que se pueden tocar, que pesan y que los usuarios se pueden llevar a casa. Esa es la premisa con la que nacen los tres centros de fabricación digital y prototipado rápido que se han instalado en las localidades de Jerez de los Caballeros, Olivenza y Villanueva de la Serena.
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Una iniciativa de la Diputación de Badajoz con la que se pretende «contribuir al proceso general de digitalización al que estamos todos abocados, pero desde una perspectiva un poco distinta a la que se ha venido haciendo», explica Jaime Gragera, que es director del Área de Tecnología y Digitalización de la institución provincial.
El uso de estos espacios CIDLabs, como se han denominado, se aleja del tradicional desarrollo de cursos de informática básica o de aprendizaje del manejo de los dispositivos móviles o, incluso, de aspectos más concretos, como la utilización de la firma electrónica o el certificado digital. Estas formaciones, habituales y necesarias, por otra parte, suelen ir enfocadas a las personas mayores y sirven para facilitar la comunicación de esos alumnso con sus familias o con las administraciones públicas, pero ya se imparten en otros centros. De lo que se trata con la red provincial de laboratorios, que ha contado con financiación del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, es acercar el uso de herramientas digitales para la producción y está pensada para personas de todas las edades.
Jerez de los Caballeros, Olivenza y Villanueva de la Serena son las localidades elegidas para estos espacios que pretenden ser de ámbito comarcal
Eso sí, se plantea principalmente para el ámbito rural. «Estos centros nacen con el objetivo claro de contribuir a la lucha contra el despoblamiento mediante la generación riqueza en el mundo rural y mejorando la calidad de vida», detalla Gragera.
Los tres laboratorios de fabricación están dotados con el mismo equipamiento: fresadoras CNC, que pueden hacer distintos tipos de fresado en diferentes superficies y materiales; cortadoras láser; equipos de fabricación aditiva; equipos de prototipado electrónico y de robótica, y herramientas eléctricas y manuales de talleres tradicionales.
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Todos estos elementos están al servicios de los usuarios de manera gratuita y en cada centro hay dos trabajadores que están capacitados para usar la maquinaria y los software de diseño y de gestión de prototipos. «Como lo saben manejar, lo pueden poner a disposición de quien se acerca o impartir cursos formativos», señala el responsable del área de la Diputación de Badajoz, que remarca que la idea de las zonas de fabricación y de taller es que los usuarios de los CIDLabs puedan hacer a través de las nuevas tecnologías lo que habitualmente están haciendo mediante procesos manuales.
CIDLabs es el objetivo en los próximos años; sumar a los tres que están abiertos otros dos para cubrir más comarcas de la provincia
Un recurso del que pueden aprovecharse las pequeñas empresas ya existentes. Tiene la posibilidad de implementar una microinnovacción en sus procesos gracias al uso de una herramienta o a la fabricación de un recurso, pero también de completar trabajos que hasta el momento han venido haciendo de otra manera o que deben encargar a una compañía externa.
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Porque los centros están abiertos a usuarios de todo tipo: desde alumnos de centros formativos a particulares o empresarios y emprendedores. De hecho, ya ha habido empresas que han aprovechado para sus negocios los recursos que ofrece la red. Los responsables de un hotel rural de la provincia recurrieron a uno de los centros en busca de ayuda para hacer pruebas de cómo quedaría bordado un nuevo diseño de logotipo en su mantelería. «No van a comprar una máquina solo para eso; vienen y les apoyamos, porque querían hacer varias pruebas de colores y formas de bordado», especifica Gragera. Así, la empresa realizó todos los prototipos y tras tomar la decisión definitiva ya se dirigió a una empresa especializada en bordado para completar el trabajo.
En un primer momento, los centros se han dividido en cinco espacios diferentes. Hay una zona de diseño y formación que dispone de equipos informáticos y está pensada para los cursos formativos y para el desarrollo de ideas. También están las áreas de 'maker' (fabricación) y taller, que son las que están equipadas con el instrumental de producción, y se reservan dos ambientes para la socialización de los usuarios y para las labores de coordinación del laboratorio. «Ya estamos notando que a veces coinciden en el centro dos personas que pueden trabajar juntas o dos empresas que se complementan o que una está buscando lo que ofrece la otra; ya empiezan a relacionarse entre ellas», aporta el responsable del área de Digitalización de la Diputación acerca de otra de las posibilidades que ofrece la red.
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Es un avance que se ha producido en un corto periodo de tiempo. Los centros han empezado a funcionar en 2024, pese a que el proyecto nació en 2020. Las restricciones de la pandemia, en un primer momento, y los procesos de cesión de los edificios en los que se ubican los laboratorios, así como su equipamiento, han llevado hasta el presente ejercicio el inicio de la actividad.
Unos meses que todavía no sirven para sacar conclusiones, pero desde la Diputación entienden que sí están demostrando que van en la buena dirección. «Hemos encontrado interés por parte de distintos colectivos y contactado con el empresariado de la zona y con los centros educativos que imparten Secundaria, porque también queremos despertar ese interés por la tecnología en los chavales más jóvenes; las sensaciones son bastante buenas y los talleres que hemos organizado, que todavía no son muchos, han tenido buena concurrencia», entiende Gragera.
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Hasta la fecha, se está comprobando que el perfil de usuario en Olivenza es una persona de más edad que utiliza el centro para la moda y los bordados. Igualmente los responsables de los espacios detectan que hay ciudadanos que están yendo casi a diario. En la misma línea, sí puntualizan que este no es un proyecto medible en el que haya un objetivo cuantitativo para un determinado margen temporal.
«La idea es contribuir al proceso de digitalización, pero desde una perspectiva un poco distinta», señalan desde la Diputación
Evidentemente, si los centros no tienen usuarios, se clausurarán, pero su distribución no está cerrada y el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo, ya ha avanzado en alguna ocasión que probablemente sean cinco CIDLabs los que completen la red. «Esto es colaboración público-privada; la administración pone los recursos, pero será la ciudadanía la que haga uso de ellos; los centros en un futuro serán lo que los usuarios quieran que sean», defienden desde la Diputación.
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Y es que la intención de los responsables de la iniciativa es que cada espacio evolucione de manera diferente en función de la realidad socioeconómica de la comarca. Eso no significa que se piense en la creación de centros hiperespecializados en una temática concreta. Más bien se pretende que los laboratorios tengan la agilidad suficiente para adaptarse a los cambios y que el calendario de actividades y formaciones pueda centrarse en los sectores demandados, aunque estos sean muy dispares de un año para otro. «Donde nos pidan innovación en materia agrícola iremos a la parte agrícola y lo mismo para temas energéticos o la economía circular; tenemos la opción de adaptar el equipamiento y la actividad, así como de mover herramientas de un lugar a otro», detalla Gragera.
En definitiva, los centros nacen especializados en fabricación digital, pero abiertos a incorporar otras ramas, como puede ser el internet de las cosas. Eso conllevará que la evolución de los laboratorios hará necesaria la adquisición de más equipamiento, algo que también pueden solicitar los usuarios. En la Diputación ya avanzan que si lo consideran útil o hay garantías de uso, se comprará.
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Sesiones
En el presente año –ya que a la hora de diseñar la programación se carecía de la información que da la experiencia, aunque sí se ha pulsado el interés de los ciudades– se ha previsto un programa similar para todos los centros de la red. Así, se han establecido dos tipologías de actuaciones formativas.
Por un lado están las sesiones de uso y manejo del instrumental. «Hay gente que ya viene sabida y lo que necesita es operar una máquina que no tiene en su oficina o su negocio», comenta Gragera. Esas acciones se plantean para que los usuarios tengan un primer contacto con el equipamiento de los centros y aprendan el manejo tanto de las máquinas de producción como de diseño industrial o escaneo en tres dimensiones. «Esas son las actividades más frecuentes en los primeros meses, porque hay que darle un punto de partida a las personas para que toquen las máquinas y hay determinados equipos que pueden conllevar un cierto peligro si no se saben utilizar», remarca.
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Por otro lado, también han diseñado «un conjunto de actividades que hemos pensado que eran más de iniciación para un público general y relacionadas con la electrónica, por ejemplo», incide el técnico de la Diputación. Esos talleres, que en función de su grado de especialización en ocasiones imparten empresas externas, se irán adaptando a las necesidades y gustos de los usuarios. «Si se hace un taller de macetas inteligentes en el que se prueba como es el riego automatizado que se puede gobernar a través del móvil y acude gente que se lleva la maceta para casa, otras personas que tienen una huerta y utilizan lo aprendido o, incluso, alguien que desarrolla una actividad productiva en el medio agrícola y al final pone eso en marcha, pues habrá sido un éxito; si al curso de macetas inteligentes no va nadie, pues no se repetirá», ejemplifica Gragera, que deja claro que la intención no es ofrecer cursos a demanda como si fueran una academia.
El uso de los centros, que están abiertos de nueve de la mañana a nueve de la noche (con una pausa de dos a tres de la tarde) es gratuito y no requiere reserva previa, aunque sí puede ser recomendable para utilizar determinadas herramientas. Además, es conveniente apuntarse a los cursos a través del correo electrónico o de la página web de los propios centros.
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Una columna en 3D a partir de un centenar de radiografías
Desde personas en búsqueda de soluciones para su día a día como profesionales que necesitan un poco de ayuda para impulsar su negocio. Los CIDLabs están teniendo usuarios de todo tipo. «Un señor vino porque su hija tiene problemas de columna y cada vez que iba a un especialista nuevo tenía que llevar todas las radiografías e imágenes de la columna de su hija; nos pidió que le digitalizásemos las más de cien imágenes médicas que traía y que con ellas le construyésemos la columna. Ese hombre se ha llevado la columna de su hija e igual no vuelve nunca más al centro, pero es el tipo de innovación social al que también estamos abiertos», expone Jaime Gragera, director del Área de
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