Un trozo de mar en mitad de la sierra

Este lugar tan apetecible como escondido se inauguró en el verano de 2019. Tiene un origen curioso. Empieza con el citado manantial, que antaño propició una alberca para regar las huertas. Con una canal se le añadió un salto de agua y unas turbinas, lo que permitió a este pueblito cercano a Zafra contar con una central hidroeléctrica y su propia compañía: Alconera Electricidad S.L., si bien hoy las leyes solo le permiten actuar como distribuidora, según explica su alcalde desde hace once años, Marco Antonio Morales.

Ha sido el mismo sector de la energía el que ha dado lugar al gran complejo turístico que se conoce como La Canal pues este se ha construido gracias al dinero conseguido con un pleito que el Ayuntamiento le ganó a una compañía eléctrica. Dos parques solares fotovoltaicos con 14,2 Mw en total, más un tercero de 26 Mw cuyas obras empiezan en septiembre completan los ingresos de un municipio que ahora es más conocido por su piscina que por sus proyectos industriales.

En la actualidad, además de tres vasos para bañarse, un restaurante, un bar, ocho alojamientos turísticos (en cuatro viven ahora otras tantas familias ucranianas llegadas de la guerra) tiene una zona de esparcimiento llena de vegetación. Hay desde olivos y encinas a otras especies traídas de los viveros de Diputación como nogales, álamos, higueras, chopos, limoneros o perales, entre otros.

Solo la piscina, asegura el alcalde, da empleo a 14 personas entre socorristas, porteros, mantenimiento y jardinero; y el bar a ocho más entre cocineros y camareros.

La entrada al recinto cuesta dos euros, pero hay que tener en cuenta, además de que no se admiten perros o neveras portátiles, que en fin de semana se llena pronto el aforo, por lo que para disfrutar de este rincón con encanto conviene llegar pronto si es sábado o domingo.