Trinidad Nogales, una vida en el Museo de Arte Romano

En estos 38 años se ha convertido en un referente académico en arqueología romana. Tiene un largo curriculum como docente e investigadora.

Ha sido profesora colaboradora de la Universidad de Extremadura, profesora del Máster de Museología de la Universidad Complutense, tutora de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y profesora invitada en varias universidades españolas como las de Santiago de Compostela, Sevilla y Barcelona.

También con estancias en el extranjero como la Universidad de Paris IV, La Sorbonne; en la University of South California (Estados Unidos) o en las universidades de Lisboa y Évora.

Durante un tiempo aparcó su perfil técnico para dedicarse a la política. De 2011 a 2015 fue consejera de Educación y Cultura de la Junta de Extremadura. Y para la siguiente legislatura fue de número 2 en la lista del PP a la Asamblea por la provincia de Badajoz. Tras José Antonio Monago. Renunció luego a su acta de diputada para volver a su puesto en el Museo Romano.

En varias entrevistas posteriores a su etapa política reconoció luego que cuando le ofreció José Antonio Monago la Consejería de Educación y Cultura su primera reacción fue decir que no. Tenía ya una vida académica y técnica con retos pendientes, pero aceptó finalmente porque se comprometió el presidente Monago a respetar su perfil técnico o independiente en las decisiones políticas. Tras renunciar al acta en la Asamblea volvió a la investigación arqueológica y al yacimiento romano, en el que ha investigado desde que en segundo de carrera de Geografía e Historia hizo prácticas en verano. En el Museo también ha hecho su familia porque trabajó con José María Álvarez Martínez.

Al ganar la plaza por oposición al Museo, se adscribió al área de investigación. Y una de las primeras tareas que le tocó hacer fue darle forma a las salas del edificio. De ahí su estrecha vinculación con Rafael Moneo, el arquitecto del recinto. Ahora vuelven a trabajar juntos en la ampliación para incorporar la esquina pendiente. Llevan mucho tiempo en el Museo Romano esperando la finalización. Tras ponerlo en marcha, presentó Nogales su tesis doctoral en la Universidad de Salamanca en 1992 sobre el retrato privado emeritense.

Con la plaza del Ministerio y con la tesis y el premio extraordinario bajo el brazo recibió muchas ofertas para irse a puestos de responsabilidad en Madrid, pero prefirió quedarse en Mérida y en su Museo.

Por su investigación y estancias en el extranjero ha tenido que estudiar varios idiomas además del inglés. Habla alemán, francés, portugués o italiano.

Como directora del Museo Romano se ha tenido que enfrentara a la reapertura del recinto tras la pandemia. Apostó desde el principio por una intensa labor telemática. Ofreció durante el confinamiento muchas actividades gratuitas y visitas virtuales para ayudar a las familias. Entendió Trinidad Nogales que en la época de crisis sanitaria tan acentuada debían las instituciones culturales convertirse en espacios de certidumbre y seguridad.

También ha tenido que gestionar la exposición al público con a las obras de climatización y en la cubierta. Explicó la directora que tratarían de garantizar en todo momento el trabajo de los operarios con los visitantes y la seguridad en el recinto. Se cerró en febrero cuando ya era imposible permitir el paso de gente por el montaje de la instalación de aire en los techos.

A pesar de los desajustes, mantiene el recinto el respaldo popular porque sigue en el escalón de los 200.000 visitantes al año. Hay muchas expectativas a corto plazo cuando finalice esta segunda etapa porque aspira el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida a convertirse en uno de los mejores a nivel internacional sobre la historia de Roma.

Ha multiplicado también el Museo con Trinidad Nogales la agenda de divulgación y de recreaciones. Raro es el fin de semana que no hay una visita especial por un personaje histórico o una recreación por algún acontecimiento del calendario romano. Y entre sus ciclos, ha sido el Romano de Mérida pionero en desenterrar el papel de la mujer en la época antigua.

En los últimos premios de la Colonia reconoció la directora que Mérida no sería la misma ciudad sin el Museo que se abrió frente al Teatro porque el recinto que ahora se agranda la transformó por completo. Y mucho ha tenido que ver la propia Trinidad Nogales en esa transformación de Mérida.