Rafael Rodríguez comprobando los daños en su vivienda de Casas Aisladas de Gévora. josé vicente arnelas

«Si la riada llega a ser de noche, hay muertos en Gévora y en Valdebótoa»

Los vecinos aseguran que el agua subió de repente, en minutos, y estuvo a punto de producir una tragedia en estas pedanías de Badajoz

Miércoles, 14 de diciembre 2022, 21:01

Rafael Vizuete lo tiene muy claro: «Si ocurre de noche, mi hermano y mi sobrino se quedan ahí. Hay muertos en la zona».

Publicidad

El martes ... estaba en la casa en la que se crió, en las Casas Aisladas de Gévora, ayudando a su hermano que tenía ganado en la parcela. «El agua subió de repente, como una ola». Él pudo correr al otro lado del río, pero su hermano y su sobrino tuvieron que subirse al granero para no ser arrastrados. Les rescató una zodiac de los bomberos, pero «lo perdieron absolutamente todo». A esta familia se le han muerto 400 cabras y 100 ovejas que se ahogaron en su parcela, y han extraviado todos los recuerdos familiares porque el agua alcanzó los techos de su vivienda.

El de la familia Vizuete ha sido uno de los casos más duros tras desbordarse el Gévora, pero no el único. Casi 200 vecinos de las casas aisladas de ambas pedanías de Badajoz tuvieron que ser desalojados y, al volver a sus casas, encontraron numerosos destrozos.

«Nunca había ocurrido algo así, el agua ha levantado la nevera y le ha dado la vuelta como si nada», dice Rafael

Este miércoles fueron volviendo poco a poco a sus campos donde el agua había superado los dos metros de altura y aún quedaban más de 20 centímetros estancados dentro de sus parcelas. Era el caso de Rafael Rodríguez que iba recorriendo las estancias de su vivienda entre expresiones de sorpresa. «Esa mesa de madera pesa mucho, para moverla hacen falta cuatro personas y el agua la ha levantado y la ha lanzado contra la puerta». Rafael también encontró la nevera al revés y volcada en el suelo y la cancela de su puerta, de metal, doblada por la fuerza del agua.

Publicidad

Rescatando animales

Pili, otra vecina, llegó llorando a la casa, pero unos minutos después sonreía en la puerta sujetando en cada mano un transportín con sus gatas. «Son mis niñas y se han salvado. Mira que son buenas y, cuando he llegado, no se dejaban coger del susto que tenían», explicaba esta afectada. Su alegría era a medias porque también fue a rescatar a tres perros, pero solo localizó a dos.

Pili rescatando a sus dos gatas. JOSÉ VICENTE ARNELAS

La mayor parte de los daños se produjeron en casas de campo y explotaciones ganaderas, pero la riada también destrozó restaurantes y tiendas. Ahora las pedanías esperan ayudas para poder recuperarse.

Publicidad

Otro de los afectados, Agustín García, comenzó a primera hora a limpiar porque en su restaurante, que lleva su nombre, el agua ya había bajado. Este miércoles tenía previsto atender dos comidas de empresa con una veintena de personas cada una, «pero les tengo que llamar y decirles que nada». Este empresario que lleva 37 años en este negocio ha perdido las máquinas y todo el material además de la campaña de Navidad. Lo contaba mientras recogía platos llenos de barro flotando en el suelo del bar.

Limpiando el bar Agustín, en Gévora. JOSÉ VICENTE ARNELAS

«Ha habido muchos daños materiales, pero no hay que lamentar pérdida de vidas». Lo dijo ayer Petri Samino y soltó un suspiro de alivio. La alcaldesa pedánea de Gévora es consciente, como sus vecinos, que la tragedia rozó la zona el martes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad