Hogar Extremeño De Madrid
El restaurante extremeño escondido en plena Gran Vía de MadridOfrece actos culturales y un restaurante donde se puede comer un menú casero por 15 euros
Un piso en la Gran Vía madrileña puede esconder muchas cosas, pero pocos imaginarían que tras la puerta del número 59, en un cuarto piso, se encuentra un rincón dedicado por completo a Extremadura. Se trata del Hogar Extremeño de Madrid.
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Pero, «¿qué sería de una tierra sin su gastronomía?» En este espacio, además de actos culturales y sociales, late también el corazón de la cocina extremeña a través de su propio restaurante, abierto al público y, hasta hace poco, uno de esos secretos bien guardados de la ciudad.
Mucho más que un restaurante
Aunque en los últimos días el restaurante ha cobrado protagonismo gracias a las redes sociales, Elisa, coordinadora del Hogar Extremeño, insiste en que lo fundamental de este espacio «no es solo el restaurante, sino toda la actividad cultural que se desarrolla cada semana».
Los viernes son habituales los actos culturales, y el Hogar también da un gran protagonismo a la literatura con encuentros de escritores, abiertos tanto a socios como a invitados. De hecho, han ampliado recientemente su biblioteca. Además, cualquier persona interesada puede hacerse socio y formar parte de esta comunidad en pleno centro de Madrid.
«El restaurante vino después», recuerda Elisa, subrayando que primero fue el hogar y luego surgió la idea de tener un espacio donde compartir la gastronomía extremeña.
¿Qué se puede comer en el restaurante del Hogar Extremeño de Madrid?
El restaurante ofrece una carta breve pero fiel a los sabores de la tierra. Disponen de un menú del día por 15 euros, que incluye entrante, plato principal y postre o café. Todos los platos se elaboran con aceite de oliva extremeño, un ingrediente que, como destacan, es el alma de su cocina.
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No faltan clásicos como las migas, uno de los platos más pedidos, según cuenta Elisa, las croquetas caseras, la ensaladilla o el imprescindible jamón ibérico de la dehesa. También destacan sus arroces, tanto secos como caldosos, y pescados como los tacos de merluza a la romana o el bacalao a la extremeña.
Entre las carnes, el secreto ibérico, las albóndigas en salsa de rabo de toro o el entrecot son opciones habituales, aunque los platos estrella siguen siendo la carrillera ibérica y la caldereta de cordero, otros de los favoritos por los clientes.
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Han incorporado recientemente un plato nuevo, se trata del arroz al estilo extremeño con bacalao y patatas, una receta que conecta directamente con la tradición culinaria de la tierra.
Una mención especial merece su apartado de cocina tradicional de cuchara, bajo el nombre de «La cuchara de Elisa», donde se pueden encontrar platos como las habichuelas con tropezones, los callos a la madrileña con pata y mucho morro o las fabes con matanza, una curiosa fusión Extremeña con Asturias.
La experiencia se completa con sus postres caseros como helados, natillas, arroz con leche, flan casero o de café con helado de vainilla, o la tarta de queso, que ponen el broche final a un menú donde la autenticidad y la tradición van de la mano.
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El rincón gastronómico que buscan hasta los propios extremeños
El perfil del cliente que visita el restaurante es variado. Hay madrileños, curiosos que lo descubren por las redes o vecinos del barrio, pero, como cuenta Elisa, «vienen muchos extremeños que viajan a pasar el fin de semana a Madrid y, curiosamente, vienen de Extremadura a comer a un restaurante extremeño a la capital».
Los miércoles suelen ser el día de mayor afluencia, sobre todo de familias que llenan el comedor en busca de un almuerzo casero y con sabor a hogar.
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