La renuncia de las empresas obliga a licitar una decena de obras en centros educativos

En concreto, según la información dada por la portavoz del Ejecutivo autonómico, los contratos paralizados afectan al nuevo colegio previsto levantar en Navalvillar de Pela, que contaba con un presupuesto de 3,7 millones de euros, y las obras de mejora y ampliación adjudicadas en el Instituto Gonzalo Torrente Ballester de Miajadas y en la Universidad Laboral de Cáceres.

Pero no son las únicas obras educativas que se retrasarán porque los contratos realizados se tienen que resolver primero para poner en marcha de nuevo la tramitación. En una situación similar hay una decena aproximada de obras en el conjunto de la región.

Además de los centros educativos citados, tal como habían adelantado los anteriores responsables de la Consejería de Educación, están también el nuevo colegio de Perales del Puerto y el nuevo centro de educación especial PROA en Cáceres. El primero había sido adjudicado por 1,2 millones de euros, y el segundo por seis. En este último caso, además, aunque la empresa adjudicataria reinició los trabajos finalmente manifestó que no podía continuar con la obra.

Pero hay más. En el listado de obras educativas pendientes que requieren nuevos procesos para llevarse a cabo, bien porque nunca comenzaron, bien porque pararon, están el nuevo colegio de Quintana de la Serena, la nueva sede de la Escuela Oficial de Idiomas de Don Benito y las obras de mejora en el colegio Fray Alonso Fernández de Malpartida de Plasencia, que aunque adjudicadas no llegaron a comenzar por la renuncia de la empresa, y las que sí se iniciaron y después se pararon en el colegio Miralvalle de Plasencia.

Desde la Consejería de Educación, antes y ahora, se ha explicado la necesidad de trabajar en los trámites de resolución de contratos para volver a sacar a licitación lo antes posible estas actuaciones y también en la conveniencia de revisar proyectos y precios en los nuevos contratos para ajustarlos a las necesidades y también a la realidad del mercado y así poder sacar adelante unas obras que, en no pocos casos, sus comunidades educativas esperan desde hace años.

Medidas de compensación

«La administración regional no va a olvidar estas infraestructuras tan necesarias», aseguraron los anteriores responsables de Educación. Los actuales, como garantizó Victoria Bazaga, replantearán los proyectos para que las empresas los puedan construir.

No obstante, y a pesar de la situación en que se encuentran esta decena de actuaciones, cuya inversión global supera los 25 millones de euros, son más las obras educativas que se han ejecutado o se están llevando a cabo que las paralizadas gracias a la revisión de contratos por la que se apostó, precisamente con el objetivo de mantener los trabajos y evitar que tuvieran que salir de nuevo a concurso. De hecho, según destacaron los anteriores responsables de Educación, esas medidas de compensación, que en líneas generales han supuesto un aumento de un 25% de media en la inversión, han permitido la continuidad de más de 60 obras que estaban en marcha y con riesgo de paralización. Entre ellas, por ejemplo, los nuevos colegios de Barbaño y Malpartida de Cáceres o la ampliación y reforma del colegio San Miguel Arcángel de Plasencia.

Actuaciones todas enmarcadas en el Plan de Infraestructuras y Equipamientos Educativos 2016-2020, financiado con fondos europeos, del que se han ejecutado al menos 1.130 actuaciones con una inversión global de 94 millones de euros y que sigue en marcha. Según la actual consejera de Educación, Mercedes Vaquera, en estos momentos hay 88 obras en ejecución con una inversión superior a los 33 millones de euros. Hay tres en licitación por 900.000 euros y antes de final de año acabarán las obras en nueve centros educativos más, con un coste superior a los 20 millones de euros.