Radiofrecuencia para las carcasas que se venden en 900 tiendas de todo el mundo
La Casa de las Carcasas ha cambiado todo su sistema de etiquetado, con lo que tienen un mayor control sobre sus inventarios y esperan reducir las mermas y compras en torno al 5%, al mismo tiempo que ha digitalizado el almacén de Jaraíz de la Vera para elevar la eficiencia de sus envíos
Martes, 17 de diciembre 2024
Resulta complicado ofrecer datos actualizados sobre La Casa de las Carcasas. Es posible que al terminar de escribir la frase esos números ya hayan cambiado. Su proceso de expansión es constante. Hay parte de su plantilla, que ronda los 6.000 empleados en todo el mundo, que desde las instalaciones de la empresa en Jaraíz de la Vera se encarga de preparar los paquetes de producto que se envían para las aperturas de tiendas. En los últimos meses del año han tenido mucho trabajo y la idea es que lo sigan teniendo. En abril de 2025 esta empresa extremeña espera estar presente con sedes física en catorce países, porque también hay destinos a los que llega únicamente mediante comercio electrónico. «Nos han dado premios a la mejor expansión; somos la cadena especializada con mayor expansión del mundo», apunta Fares Kameli, CIO (Chief Information Officer) de La Casa de las Carcasas.
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Los nuevos mercados internacionales elevarán por encima de las 900 el número de tiendas que la compañía tiene actualmente repartidas por Europa y América. Todas propias. Algo que no impide que el equipo directivo tenga desde el norte de la provincia de Cáceres perfectamente controlados los inventarios, con una fiabilidad del 98,5%, del conjunto de sus establecimientos; estén donde estén.
Es una situación a la que han conseguido llegar en los últimos meses gracias a un ambicioso proyecto de digitalización apoyado en la tecnología de radiofrecuencia. «Hemos desarrollado un sistema basado en etiquetas que contienen un componente metálico (que se llama antena) y un microchip; con un lector RFID (identificación por radiofrecuencia) se puede transmitir energía a esa antena, alimentar el microchip y se identifica el producto. La pistola RFID nos permite contar en tienda cuantos productos tenemos y tener una trazabilidad completa de todos ellos», explica Jesús Hernández, product manager de La Casa de las Carcasas.
Este sistema posibilita un seguimiento de cada producto desde que se etiqueta hasta que se vende. Así, se puede saber qué hay en cada tienda. «Como está integrado con nuestro sistema, al hacer la venta nos lo descuenta directamente del stock, con lo que podemos tener un inventario valorado en cualquier momento; hacemos análisis de compras, taras, mermas… Esa gestión de datos nos lleva a mejorar la compra y a saber cuánto material viene dañado, hemos perdido o nos han robado», cita Kameli, el responsable de los sistemas y de las tecnologías de la información de la empresa, entre las ventajas que están notando al aplicar este proyecto.
La compañía extremeña va a cerrar el año 2024 con unos ingresos cercanos a los 250 millones de euros, el 11% más que en 2024
No son las únicas.El tiempo empleado en los inventarios es una de las más importantes. «Una persona de tienda dedicaba ocho horas semanales a la tarea de gestión stock y de pedidos y ahora tan solo hacemos un inventario quincenal que dura dos horas», comenta Hernández. En definitiva, han sustituido un trabajo que se extendía durante una jornada laboral completa a la semana y que era inexacto por un sistema más eficiente. «No es perfecto, porque tiene una serie de limitaciones físicas, ya que el metal interfiere en la lectura y eso nos perjudica, pero estamos en unos niveles de aceptación que no nos imaginábamos al iniciar el proyecto», asegura el product manager responsable del mismo.
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Alcanzar un 98,5% de fiabilidad en la lectura mediante las pistolas de RFID ha sido complejo. El reducido tamaño de buena parte de los productos que vende La Casa de la Carcasas, como los cristales protectores para dispositivos móviles, obligó a la búsqueda de soluciones.
Eso, junto a la gran cantidad de tiendas y al amplio catálogo de la empresa, prolongó los plazos. Tras las experiencia piloto en cinco establecimientos, se decidió llevarlo a toda la compañía. Para ello iniciaron una cadena en la que llevaban stock con el nuevo etiquetado a una tienda y retiraban el antiguo, que se devolvía a Jaraíz donde se codificaba e iba a otro punto de venta. «Montamos una nave en Jaraíz y dimos 70 puestos de trabajo durante más de ocho meses», rememora Hernández, que sonríe al pensar que el etiquetado RFID está ya en todas las tiendas. «Esto tiene un potencial enorme, porque también permite que las tiendas visualicen sus stocks entre sí y sirve para potenciar las ventas, porque pueden dirigir al cliente a otro establecimiento donde sí tengan el producto que busca; además, a nivel de comercio electrónico nos facilita la realización de pedidos, de recoger en tienda o de reservar compras», señala Kameli, que considera que esto les va a permitir ofrecer nuevas funcionalidades de e-commerce. «Y el detalle más importante: ahora controlamos el dato del stock en cualquiera de los momentos de flujo y eso nos permite el aprovisionamiento en función de una herramienta de inteligencia artificial (IA) que nos va a ayudar a reducir la merma y la compra entre un 3% y un 6%, que es una cantidad muy seria en los volúmenes que manejamos», añade.
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Desde la empresa se ha alimentado la herramienta con los datos históricos de venta. «Mediante una serie de algoritmos consigue adelantar las tendencias de venta y los patrones de comportamiento», afirma Hernández, que indica que eso permite conocer la demanda que tendrán dentro de varios meses, con lo que se pueden trabajar con mucha previsión y tener las tiendas preparadas. En definitiva, facilita la reposición y la optimización de las cantidades de compra.
De esta manera se gestiona el stock inmovilizado –ya que por norma general las empresas, y La Casa de las Carcasas no es una excepción, están 'sobrestockadas'–, que puede reposicionarse en otros puntos de venta. «Esto es la joya de la corona de la compañía», reconoce el CIO de una firma que facturará más de 250 millones de euros en 2024, un crecimiento superior al 10% respecto al ejercicio anterior.
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El alma de la compañía
Estos proyectos se completan con la transformación digital que también se ha producido en el almacén. «Es el alma de la compañía», sentencia Hernández.
La marca tiene un catálogo que supera las 143.000 referencias y una oferta activa para 400 modelos de móviles
No es una afirmación a la ligera. Este espacio tiene en constante rotación más de 11 millones de productos. Desde las instalaciones de Jaraíz de la Vera se surte a todas las tiendas de la marca, aunque ya tienen centros de distribución en Chile y México. La filosofía de la empresa –que pretende tener «todo para todos los móviles y que todos los clientes tengan una opción», según Hernández– se apoya en el trabajo que realiza el almacén.Además, menejan una extensísima gama de productos. «Tenemos unas 140.000 referencias; nuestro catálogo es de las cosas más importantes que tenemos: cada carcasa puede tener 25 referencias, porque depende del color, combinación de colores, materiales…», precisa Kameli. Actualmente, La Casa de las Carcasas tiene oferta activa para 400 modelos de móviles diferentes. «Todo llega a Jaraíz y se distribuye; aquí nace nuestro stock», insiste Hernández. Un ejemplo: el nuevo iPhone 16 tiene 95 opciones de carcasas y más de 800 referencias para la serie en total. Para facilitar la gestión de tal cantidad de producto, la firma apostó por un proyecto de digitalización del almacén que avanza en el conjunto de la transformación digital de la empresa y que ha denominado 'pick to light'. Se trata de un desarrollo propio realizado con arduino, aporta el product manager, que aclara que «es un sistema de preparación de los envíos de artículos a las tiendas a través de un sistema de luces». Una vez que se elabora un pedido para, por ejemplo, la nueva apertura de una tienda se genera un código de barras. Al llegar al almacén, el trabajador lee ese código y automáticamente se iluminan los cajones de los que tiene que coger producto para introducir en la caja. No todos a la vez. Al apagar uno, se enciende otro. «El sistema lo hace en un orden lógico que busca la máxima eficiencia posible», remarca Hernández.
Así, los paquetes, todavía sin completar, van avanzando por una cinta transportadora –similar a la que hay en el control de equipajes de un aeropuerto– y pasan por varias manos. Cada empleado lee el código de barras y empiezan a encenderse las luces de las estanterías de las que es responsable. El proceso se repite a medida que discurre por pasillos y secciones.
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El final de ese recorrido es un túnel –de nuevo parecido al scanner de seguridad de los edificios oficiales– que está dotado con lectores RFID. No abre una compuerta para la salida del paquete si éste no está completamente escaneado.
Del almacén de Jaraíz salen unos 2.000 bultos semanales. Eso en periodo valle, como apostilla Kameli. En fechas como el 'Black Friday' –«que es más fuerte que la Navidad», como dice un empleado de la zona de almacén de La Casa de las Carcasas– ese número se duplica. No son bultos de gran tamaño, pero sí tienen un inmensa cantidad artículos que el sistema de radiofrecuencia permite tener controlados con una mayor precisión.
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Es un detalle fundamental para una compañía que mueve tanta cantidad de artículos. «El aprovisionamiento de las tiendas es muy importante para nosotros, porque no enviamos un palé;a una tienda enviamos dos, tres o cuatro cajas y dentro va un mix de productos. Nuestro concepto de logística no es el de grandes volúmenes; nosotros preparamos pedidos y reaprovisionamos todas las tiendas en dos días; en una nueva apertura tenemos colocados los artículos en un día», certifica el responsable de los sistemas y de las tecnologías de la información.
Inteligencia artificial para leer las facturas de compra
Ser una multinacional que mueve millones de artículos conlleva una enorme carga administrativa. En ese papeleo tienen una presencia destacada la gran cantidad de facturas que recibe La Casa de las Carcasas, tanto de compra como para los suplidos de las tiendas. Por eso, han buscado una solución para hacer una gestión más ágil de la gestión de facturas de proveedores y creen haberla encontrado en la digitalización de las facturas. «Entrar ahí supone dos cosas: aplicar el mismo proceso para todos los países y digitalizar todo el proceso de compras», expone Fares Kameli, CIO de la empresa. Frente a los sistemas, con un nivel de lectura OCR inferior al 82%, han optado por una herramienta que alcanza el 98% de lectura de caracteres y 95% sobre manuscritos una vez entrenado. «Como es un modelo de inteligencia artificial (IA) lo entrenamos nosotros; nos permite un proceso de visualización y gestión documental, para lo que hemos hecho una automatización con tecnología sin código y programado un interfaz», explica el CIO de la empresa. «Hemos juntado tecnologías sin código, automatismos e inteligencia artificial en un solo proceso y una sola aplicación, por lo que somos los dueños del dato en todo momento; tenemos un proceso seguro, a un coste muy bajo y diseñado en tiempo record».
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