Alejandra Crespo Fernández. CASIMIRO MORENO

La pacense que une psicología y teatro

Extremadura en femenino ·

Alejandra Crespo Fernández es psicóloga y actriz

Lunes, 7 de septiembre 2020, 08:22

Voy avanzando y parece que las piezas encajan, que cada cosa está en su sitio». Es como describe Alejandra Crespo Fernández el cambio que ha dado su vida en los últimos años. Una casualidad, unida al confinamiento en la pandemia, ha hecho que de sus dos pasiones surja su nueva profesión con 45 años, esta pacense ha unido la psicología y el teatro.

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Su proyecto se llama Psychoespacio y pretende formar a psicólogos y otros profesionales de la salud en una especialidad poco conocida, la psicoterapia caracteroanalítica. Un nombre complicado para una terapia que propone, no solo hablar y escuchar a los pacientes, sino también tener en cuenta su orientación psicocorporal, es decir, su expresión física. Ahí entronca con el teatro y la interpretación.

Esta especialidad se basa en la visión de la salud iniciada por Wilhelm Reich, un discípulo de Freud y la ilusión de esta pacense es crear una comunidad de especialistas en Extremadura.

Alejandra Crespo nació en Madrid, pero se considera «pacense de toda la vida» porque se mudó a esta ciudad con 8 años. ya que la familia de su madre es de aquí. Estudió en el colegio Santo Ángel y en el instituto Zurbarán y se puso a trabajar de camarera en pubs para pagarse la carrera de Psicología en Salamanca. Esta especialidad siempre le ha interesado.

Por circunstancias familiares, no pudo mudarse, así que comenzó a estudiar a través de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia). Iba sacándose las asignaturas poco a poco mientras entró a trabajar en el Grupo Albatros, una asesoría de enseñanza y formación. Sus prioridades cambiaron cuando tuvo a su primera hija. Ahora tiene tres de 16, 14 y 12 años. Continuó con su formación, pero más lentamente. «Tuve claro que el primer año de su vida iba a dedicarme a la crianza de los niños y llegué a un acuerdo con mi empresa que siempre me apoyó para poder darme de baja e incorporarme esos años». Tiene claro que nunca se arrepentirá de esos tres años «aunque hubiese supuesto perder un ascenso o alguna oportunidad aunque en mi empresa siempre me valoraron y me ofrecieron incorporarme».

«Quiero dedicarme a la psicología, pero compatibilizarlo con el teatro y ambos campos coinciden, además»

De hecho, asegura que su experiencia como madre le ayuda con el tipo de psicología que quiere llevar porque considera que el desarrollo psicoafectivo del niño es fundamental.

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El parón, para Alejandra, fue temporal y finalmente volvió a matricularse para finalizar Psicología , esta vez en la UNIR (Universidad Internacional de La Rioja), un centro formativo que también forma a distancia usando las nuevas tecnologías. Hace tres años, «y por casualidad», según ella misma reconoce, se tropezó con la interpretación. «Pensé en hacer algo de teatro para perder el miedo a hablar en público y no quiero dejar esto. Llevo tres años en la escuela Createatro y no descarto seguir estudiando. Tras la pandemia, pensé en no volver a la escuela, por precaución, pero me anime y el primer día de clase, al salir, pensé: nunca dejaré esto».

Estos últimos años no han sido fáciles porque se separó del padre de sus hijos y ha compatibilizado sus estudios con la interpretación. Esta faceta, además, le ha dado bastante trabajo porque ha participado en dos cortos, una campaña de publicidad e incluso fue figurante en la Ópera Sansón y Dalila en el Teatro Romano de Mérida. Dice que la experiencia en el Festival Internacional de Teatro Clásico jamás se le olvidará. «Yo digo que, de mayor, si tengo alzhéimer, si me ponen la música de esa ópera, lo recordaré».

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Sin embargo, destaca que no ha estado sola del todo. «Con el apoyo incondicional de mi hermana, mi madre y un buen amigo que siempre me ha cuidado y mimado».

Con esta mezcla en su vida se tropezó con sus estudios de Wilhelm Reich y con la escuela ESTER, de Valencia, que sigue estas enseñanzas. Fue cuando comprendió que podía unir ambas pasiones. «Y he hecho el trabajo de fin de grado de lo que me quiero dedicar profesionalmente», explica. Durante el confinamiento por la crisis sanitaria, además, ha dado un paso más y ha creado el proyecto para formar a otros profesionales. Su objetivo futuro es crear la ESTER Extremadura y cree que podrá conquistarlo. Por ahora, ya ha encontrado su vocación a los 45 años y se ha graduado finalmente en Psicología cuidando de sus tres hijos.

Una foto en el confinamiento

En el confinamiento esta pacense también vivió una anécdota bonita. Su pareja vive enfrente, se veían por las ventanas, y ella le pidió que le hiciese fotos y vídeos para un montaje lanzando mensajes positivos. Era un encargo de sus clases de teatro, que continuaron a distancia, pero el resultado fue muy llamativo.

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Además Alejandra presentó una de las fotos al concurso PhotoEspaña y fue seleccionada entre las 3.000 de toda España. «No me avisaron. Un día me llamó una amiga que una foto mía en mi ventana estaba colgada en el Puente de Palmas, entre las que expusieron».

ALGUNOS DATOS

  • Badajoz nació en Madrid hace 45 años, pero se mudó con solo 8 a Badajoz, de donde se considera. Estudió en el colegio Santo Ángel y en el instituto Zurbarán. Comenzó Psicología en la UNED y acaba de terminar sus estudios en la UNIR.

  • Trabajo y estudios ha compatibilizado siempre sus estudios con el trabajo; de camarera, en una asesoría y ahora con su proyecto Psychoespacio. Tiene tres hijos de 16, 14 y 12 años.

  • El teatro se apuntó a clases hace tres años para perder el miedo a hablar en público, y además de ayudarla en su proyecto de psicología, ha participado en dos cortos, una campaña de publicidad y ha sido figurante en el Festival de Mérida.

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