La voz extremeña de los jóvenes del país

Decir que representa a los jóvenes de España suena exagerado, pero técnicamente es esta extremeña quien cumple esta función. Elena Ruiz Cebrián (Badajoz, 1991) ya confirmó que las mujeres son cada vez más visibles cuando demostró que una chica presidiendo el Consejo de la Juventud de Extremadura no era una anécdota, ya que ella fue la segunda en ostentar este cargo en 2016 vinculada al movimiento Scouts, del que forma parte desde los 13 años.

En este 2020 ha dado un paso más y su candidatura –la única– fue la elegida hace ocho días en la XXIII Asamblea General del Consejo de la Juventud de España (CJE), en la que las asociaciones juveniles han debatido el futuro del organismo y las líneas de trabajo para la defensa de la juventud. También es la segunda presidenta a nivel nacional desde que en 1983 se creara esta plataforma compuesta por entidades juveniles. Este nuevo cargo le ha hecho trasladarse a Madrid y en los próximos meses tendrá que despachar con políticos tratando de que estos pongan más recursos en manos de los jóvenes. «No sé si se nos va a conceder todo, pero sí creo que la juventud está en la agenda, al menos hay conciencia de lo que le pasa porque los datos son irrebatibles y se necesitan políticas específicas. No digo que vaya a ser fácil, pero alguna saldrá. Si una sociedad quiere ser sostenible, con una pirámide invertida cada vez con más mayores, debería cuidar a la población joven».

Su bagaje en Extremadura ha pesado para que fuera elegida en la asamblea nacional. Y aunque nada más iniciar su mandato en 2016 desconfiaba de los políticos –«solo nos dan excusas», se quejaba entonces en una entrevista–, cree que el balance de sus dos mandatos ha sido positivo. «Como logros me quedo los del ámbito de la investigación, que han dado lugar a una revista y a seminarios multidisciplinares sobre salud, docencia, arquitectura... y con la actividad del asociacionismo estudiantil, ya que se han creado asociaciones donde no había, como los institutos. No nos gusta decir que a esas edad los jóvenes no tienen interés por nada. Pero es que a los 14 años nadie te explica que a través del asociacionismo se pueden hacer reivindicaciones, ya que en nuestro sistema educativo las asignaturas copan todo el tiempo. Además, tampoco hay una cultura en este sentido, por eso no se ven asociaciones en los institutos. A través del programa 'Espabila IES' ya se han creado tres o cuatro más una a nivel regional y esperamos que pronto haya más».

Una reflexión recurrente es si cada vez se es más joven hasta más tarde. En la entidad que ella preside sí hay una barrera, la de los 29 años que ella tiene para optar a presidirla. Sin embargo, Ruiz cree que en la vida real no deben establecerse límites de edad. «Si se considera joven a alguien de treinta o más es porque las condiciones de vida siguen siendo precarias hasta cada vez más tarde, pero la precariedad no se debe asociar con la juventud, igual que no se debe asociar a no tener un trabajo estable o a no tener hijos. La juventud es una edad biológica, pero también sociológica y hay que tener en cuenta que ahora se vive más años y tenemos más años de formación», razona.

En cuanto a la edad por abajo sí señala los catorce años como un punto de partida. «A partir de ahí a los jóvenes hay que acompañarlos, ayudarles y darles responsabilidades, autonomía y confianza», añade.

Entre los objetivos marcados por el nuevo equipo directivo también figura la lucha frente al cambio climático y la consecución de un Pacto Educativo, que involucre a todas las administraciones, consejos de la juventud y asociaciones de estudiantes.

Sin embargo, hay un tema que cuando era presidenta del consejo extremeño también abordó, el de la emancipación. En febrero de este año se supo que, según un estudio del Consejo de la Juventud de España, el 17,5% de los jóvenes extremeños reside en una vivienda distinta a la del hogar de origen, y que Extremadura es de las pocas regiones en las que ha aumentado este porcentaje respecto a 2018. «Es verdad que aquí en Extremadura los precios de la vivienda son más baratos, pero hay que tener en cuenta que el salario es más bajo y el desempleo más alto. Desde el Consejo creemos que la emancipación es un problema, pero sobre todo lo es acceder a un trabajo digno con un sueldo digno», declara.

Por último, la pacense Elena Ruiz lamenta la imagen que se ha proyectado de los jóvenes durante el desconfinamiento. «Llevamos 200 años criticando a la juventud y parece que se nos olvida que todo el mundo ha pasado por ahí. Además, no solo no se han mostrado ejemplos de buenas conductas o de ocio alternativo pese a que han sido frecuentes las labores de voluntariado, sino que han puesto el foco en nosotros cuando ha habido muchísima gente que se han saltado las normas».