La escuela extremeña apaga el móvil
Dos semanas después de que la norma esté en vigor, colegios e institutos cumplen con la prohibición de exhibición y uso pese a las voces críticas que se alzan en las aulas
Ana B. Hernández
Lunes, 18 de marzo 2024, 07:14
«Me gusta más el centro de esta manera», afirma José Miguel Camarero, director del Instituto Virgen del Puerto de Plasencia. «Hay un ambiente de más diálogo entre los alumnos», detalla.
Es así desde que el pasado 1 de marzo entrara en vigor la prohibición de exhibir y usar el teléfono móvil en los centros educativos de la región. Una medida que afecta a todas las etapas, incluidas Bachillerato y Formación Profesional, al conjunto del recinto escolar y se extiende más allá de la jornada lectiva. Los alumnos no pueden mostrar ni utilizar el móvil tampoco en el recreo, en el comedor ni en las actividades extraescolares.
Esta norma de la Consejería de Educación, de obligado cumplimiento, está implantada en el conjunto de centros docentes de Extremadura, públicos y concertados. En el caso del IES Virgen del Puerto, desde el mismo viernes, 1 de marzo. «Ese día informamos a las familias, a los alumnos, al personal docente y al no docente», indica el director. «Y no hemos tenido mayores problemas, la norma se está cumpliendo sin grandes complicaciones» en un centro con 520 alumnos y 70 docentes.
En la primera semana de aplicación fueron pocos los móviles requisados en el instituto. Durante la segunda, muchos menos los alumnos que han sido expulsados un día por incumplir la norma. «Son las sanciones que hemos recogido en nuestro protocolo para hacer cumplir la instrucción, en consonancia con el decreto de derechos y obligaciones del alumnado», aclara José Miguel Camarero.
Ni en el patio ni en los pasillos ni mucho menos en las aulas se ve a los estudiantes con el móvil en la mano. La imagen habitual de antes ha desaparecido en el centro de un día para otro.
Pero la inmensa mayoría de los alumnos siguen llevando el móvil al instituto. «No lo saco ni lo uso, pero lo tengo en el bolsillo, encendido y silenciado», reconoce Sara, alumna de 15 años de cuarto de ESO. «Lo tenemos y lo miramos de vez en cuando, aunque es cierto que mucho menos que antes», afirma Angie, de 17 años y alumna de segundo de Bachillerato.
Como ellas, sus compañeros y amigos llevan igualmente el móvil cada día al instituto. Y aunque hay quien cree que «estamos mejor sin móvil, lo cierto es que conversamos más», señala Aitor, también de cuarto de ESO, son más los que opinan como Amanda y sus amigas, de segundo de Bachillerato: «En el recreo se nos debería dejar utilizarlo».
«No solo porque con la prohibición te entran más ganas de usarlo», dice Marina, «sino porque antes, cuando podíamos tenerlo en los recreos, nos relacionábamos igual», aseguran Clara, Erika y Julia, alumnas todas de 17 años.
«El móvil no nos distraía en clase porque solo lo usábamos si nos lo decía el profesor, y en el recreo no nos impedía relacionarnos, sino que comentábamos alguna cosa que veíamos o que nos habían enviado, sin ningún problema», resume Roberto, alumno de cuarto de ESO.
Carolina y Hada, de primero de la ESO, juegan a 'virus' durante el recreo. «Ni antes ni ahora traemos el móvil al instituto», dejan claro estas alumnas. Pero ellas antes del 1 de marzo eran una excepción. Ahora ya no.
«También los estudiantes de primero de ESO venían con el móvil al instituto», asegura Cristina Sánchez, profesora que imparte Portugués a este curso y a tercero de Secundaria en el Virgen del Puerto. «Ahora son más los que ya no traen el móvil, gracias a una norma que está siendo eficaz, a una media que está funcionando y que nos ayuda a avanzar en el aula, porque no tenemos que estar pendientes de si usan o no el teléfono».
En el otro lado
Ana Belén Campos, profesora de Lengua en el IES, cree también que la instrucción de Educación facilita la labor docente. «El ambiente ha cambiado completamente y se ha eliminado un elemento de distracción».
Ambas docentes, además, resaltan el refuerzo de la convivencia al que ha favorecido la norma. «Alumnos que antes eran solitarios y que se pasaban el recreo con sus dispositivos, ahora se relacionan».
Pero no todos los profesores comparten esta valoración. «La normativa ha creado daños colaterales en Bachillerato y ha generado un problema en los ciclos formativos», afirma Luis Clemente, jefe de estudios de FP en el centro. «Tengo alumnos de 62 años, de 50, de 38, varios de más de 30, uno que acaba de ser padre... ¿cómo les digo que no pueden usar el móvil?».
«Es más fácil una prohibición para todas las etapas y olvidarse de los matices, pero es un error», opina Javier Arias, profesor de Telecomunicaciones en el ciclo de Electricidad que se imparte en este instituto.
«Utilizar el móvil en clase nos permite avanzar más rápidamente, tener acceso detallado a una información que costaría mucho más con pizarra, papel y lápiz», señala José María Rodrigo, docente también de FP.
Por eso en estas enseñanzas el móvil se sigue utilizando. «No hemos notado ningún cambio y lo agradecemos», afirman Daniel, Julio, Jesús y Rubén, todos alumnos de segundo curso del grado de Electricidad. Todos mayores de 18 años. «En clase lo seguimos utilizando con fines educativos y, en el recreo, nos salimos del recinto del instituto y también lo usamos».
Porque fuera del recinto es posible. Porque dentro del aula, los docentes que apuestan por el móvil con fines educativos, han firmado los anexos que se recogen en la instrucción de Educación para ello. Porque, cabe recordar, la normativa contempla esta excepción entre otras. «Pero hay una norma, clara y común para todos los centros educativos, y esto es muy positivo; también si tenemos en cuenta que se trata de una norma consensuada por el conjunto de la comunidad educativa de la región», concluye el director del Instituto Virgen del Puerto de Plasencia.
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