Sentir Extremadura
guillermo fernández vara
Martes, 6 de septiembre 2022
Hace unos días despedíamos a un buen amigo. Se marchaba José Manuel Mariscal, pionero y aliado, pilar fundamental y referente de la cooperación extremeña cuando ... ésta daba sus primeros pasos. He pensado mucho en él estos días en los que tanto se habla de solidaridad colectiva, en un momento en el que Europa y el mundo acusan las graves consecuencias de la crisis energética provocada por la invasión de Rusia en Ucrania. Un conflicto que nos ha llevado a tomar conciencia de que carecemos de soberanía alimentaria, agraria, industrial y energética, una circunstancia que ya ha obligado a los gobiernos a reaccionar con medidas de choque. Medidas que abogan por la responsabilidad y la solidaridad de los gobiernos, pero también por la de los ciudadanos. El esfuerzo de todos es fundamental para hacer frente a esta situación, por lo que debemos huir de los comportamientos egoístas y autócratas para superar este desafío que nos pone a prueba una vez más.
Publicidad
Apelo desde aquí a esa solidaridad colectiva, al tiempo que reconozco la labor de todas esas personas que la ejercen, embajadoras de nuestra tierra fuera de nuestras fronteras, destacando el valor de la cooperación extremeña como instrumento para lograr una sociedad más justa, igualitaria y solidaria, que ofrece de los que la practican no lo que les sobra, sino lo mejor de lo que tienen.
Ese es el principal rasgo de nuestro carácter. Somos una tierra de gente solidaria y justa, gente diversa, que aporta lo mejor de sí misma al progreso y al desarrollo de la región, pero también somos una tierra reivindicativa que exige para sí las infraestructuras necesarias como el tren y la finalización de la red de autovías que nos sitúen en condiciones de igualdad con el resto de los territorios. Lo hizo José Manuel durante toda su vida, ayudando a los más desfavorecidos del mundo, pero lo hacen todos y cada uno de los extremeños a lo largo y ancho de nuestra región.
Extremeños y extremeñas, pequeñas y medianas empresas, autónomos, organizaciones no gubernamentales, conscientes de que nuestra tierra está preparada para los grandes cambios que están llegando y que van a situarnos a la cabeza de la revolución verde y digital, después de haber llegado tarde a todas las revoluciones que históricamente se han producido.
Publicidad
España debe ser consciente de que, con respecto a Extremadura, ha vivido muy cómoda y debe reconocer además que las inversiones se han practicado solo en una parte del territorio, mientras que los extremeños hemos tenido que conformarnos con la solidaridad. Ese tiempo se acabó. La inversión industrial ya no está solo concentrada en un territorio. Hay un nuevo tablero, en el que tenemos todas las fichas para jugar un papel protagonista.
Lo digo siempre y lo repito aquí. Somos una tierra de sol y agua con una magnífica oportunidad de transformación industrial, energética y digital para despegar hacia un futuro más sostenible en igualdad de oportunidades.
Publicidad
Y a eso hay que sumarle el enorme valor de nuestro capital humano. El hecho diferencial de nuestra tierra es, sin lugar a dudas, la determinación, el arrojo y el coraje de sus gentes. Personas con diferentes trayectorias vitales y profesionales, con formaciones y estudios diferentes, con diferentes ideologías y vivencias, generaciones distintas que combinan la tradición y la experiencia con la innovación y el empuje. Personas diversas unidas por el denominador común del compromiso con el mundo, con el país, con la región y convencidos de las posibilidades de futuro de Extremadura.
Y por ellas, para que puedan desarrollar en esta tierra su proyecto de vida y de familia, merece la pena seguir trabajando, para que las brechas que aún persisten en nuestra sociedad no sean un escollo para alcanzar ese horizonte que ya empieza a vislumbrarse.
Publicidad
Hemos de aprovechar los necesarios cambios que están viniendo para generar rentas y salarios medios y altos y así superar la brecha social y territorial.
Debemos seguir invirtiendo en formación profesional y formación profesional dual para dar respuesta al mercado laboral actual a través de empleos de calidad y competitivos y acabar con la brecha intergeneracional que impide a los jóvenes acceder al empleo. Y, por supuesto, hemos de seguir trabajando para acabar con la brecha de género, desde el convencimiento de que aún queda mucho camino por recorrer para que todas las mujeres del mundo dejen de tener sus derechos pisoteados, conscientes de que las mentes no se cambian solo desde la voluntad política y el activismo social, sino desde una educación capaz de cambiar mentalidades y comportamientos.
Este carácter, nuestra idiosincrasia, unido al momento actual, en el que converge una disponibilidad de recursos que nunca habíamos tenido, como el mecanismo de recuperación y resiliencia, la finalización de un programa operativo y el inicio de otro, además de 592 millones de euros más para invertir necesariamente en iniciativa verde y digital, nos colocan en una posición de ventaja para aprovechar este gran momento de oportunidad.
Publicidad
El asentamiento de nuevos proyectos industriales favorecerá la modernización de nuestro territorio y la creación de miles de puestos de trabajo, acabando con esas brechas que antes mencionaba.
Nos hemos acostumbrado a que cada día se nos planteen nuevos desafíos. Desafíos globales, que no solo tienen que ver con las consecuencias de la pandemia, sino también con el cambio climático, el incremento de la pobreza y las desigualdades, la desinformación, la inseguridad y la privacidad digitales y la pérdida de biodiversidad.
Este verano, complicado en la proliferación de incendios, debe servirnos para pensar que hemos de continuar con una gestión racional y ordenada de los recursos naturales que marque las líneas de actuación de la lucha contra la desertificación y que nos permita disponer de una política forestal sostenible, perfilando los criterios de gestión y conservación, evitando las cortas de arbolado indiscriminado y actuando para recuperar las áreas degradadas.
Noticia Patrocinada
Es además fundamental marcar una hoja de ruta a medio y largo plazo para luchar contra la sequía, una hoja de ruta que se perfile como un proyecto de región y que se aborde de manera conjunta y consensuada, residenciándolo inicialmente en el Consejo Económico y Social y posteriormente debatiéndolo en la Asamblea de Extremadura.
El campo necesita del compromiso y el apoyo constante de las instituciones porque es una parte fundamental de nuestra economía y de nuestra forma de vida que tenemos que defender.
Extremadura cuenta con un extraordinario patrimonio histórico, artístico y cultural que, además de construir identidad regional, resulta una oportunidad de futuro para el desarrollo. Nuestra región es además una apuesta turística sostenible, auténtica y segura, un turismo de calidad y diferencial que permite que los viajeros que vengan a ver aves de día y estrellas de noche, un destino muy potente desde el punto de vista de la oferta turística.
Publicidad
En este contexto afrontamos con orgullo, ambición y coraje un nuevo Día de Extremadura.
Si alguna lección nos ha dejado la pandemia, además de lo importante que es la salud de los ciudadanos y que el Estado cuide de ella, es que tenemos que aprender a disfrutar de los momentos y a celebrarlos.
Por eso, este día supone una magnífica ocasión para volver a encontrarnos en los sitios de siempre, para reunirnos y para celebrar, después de estos dos años, la resiliencia, el aprendizaje, la capacidad de superación, pero también el afecto y las alegrías. Hoy es un magnífico día para sentir Extremadura, para reivindicar lo que nos pertenece y para demostrar que las cosas en nuestra región van a ser y serán ya siempre de otra manera.
Primer mes sólo 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión