Café de Cáceres o de Badajoz
Tostado en Extremadura. El café regional de especialidad triunfa en tiendas y restaurantes
A finales del siglo pasado, Finlandia tenía una de las tasas más altas de suicidios del mundo: 30 por 100.000 habitantes, cuando el promedio ... europeo era de 10. La respuesta del gobierno fue agresiva y basándose en la educación, la información y la formación de los trabajadores de la salud, consiguieron que la tasa bajara a 13. Actualmente, Finlandia destaca en las estadísticas por cuestiones más positivas como la educación. Y algo curioso: son los europeos que más café consumen: 12 kilos al año por persona.
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Asociar el café con el bienestar y la educación no sería científico, pero bien cierto es que los estudiantes recurren al café para estimularse y aumentar la atención y su acción euforizante es innegable. En los países con pocas horas de sol, se recurre al café para espantar las sombras. Es en los países escandinavos y del norte de Europa donde más café se consume: entre 7 y 10 kilos por año y persona en, por este orden, Noruega, Islandia, Dinamarca, Holanda, Suecia, Suiza y Alemania.
Una de las capitales europeas del café está en la Raya, en Campomayor, en cuyo Centro de Ciencia do Café de la empresa Delta, informan de que cada día se beben en el mundo 1.400 millones de tazas de café y también demuestran por qué los portugueses son unos maestros haciendo café frente a los españoles, que somos menos minuciosos, menos detallistas.
Los portugueses preparan el expresso con 6,5 gramos de café a nueve atmósferas de presión, el agua a una temperatura de 85-94 grados y 30 segundos de extracción. Lo beben al instante y se fijan en que el color de la crema sea de avellana, tenga tres centímetros de espesor y persista de dos a tres minutos. Pasado ese tiempo, ningún portugués sensato se bebe una bica. Además, en los bares portugueses, las tazas están boca arriba encima de la cafetera encendida porque lo que debe estar caliente es la base para que no se espante el café. Boca abajo, a la española, se calienta el borde, que puede quemar los labios y el fondo quedará frío. En las casas de los cafetales colombianos, calientan el fondo de la taza con agua caliente para que el café no se asuste al caer.
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Afortunadamente, en Extremadura está cambiando la preparación del café, ya sea a la hora de escoger el grano, ya sea a la hora de servirlo. En Badajoz, hace tiempo que en muchos bares te preguntan si quieres el café al estilo portugués, poca cantidad e intenso, o al estilo español: más cantidad de agua, menos sabor y más incidencia sobre el sistema nervioso. En Cáceres, tomo café casi todos los días en un bar cuyos dueños, Julio y Mari Carmen, rayanos de Cedillo, solo sirven café portugués y si pides una bica (Beba Isto Com Açúcar), la preparan con minuciosidad lusa.
Aunque lo más interesante es que a Extremadura han llegado los cafés de especialidad, tostados en Cáceres o en Badajoz y con una calidad espléndida. En Cáceres, tenemos los cafés Zeri's, que desde 2017 tuestan Dani y Chechu en una nave de Casar de Cáceres. Cuentan con dos cafeterías en Cáceres, una franquicia en Sevilla, una web muy manejable y llegan a restaurantes como El Moral de las Hurdes, recientemente premiado por En Salsa. En Badajoz, están los cafés Floco, que tuestan especialidades y tienen dos cafeterías en Badajoz, una en Almendralejo y otra a punto de abrir en Mérida. Son cafés de Cáceres y Badajoz recién tostados aquí y especificando en el paquete el origen (Rwanda, Brasil, Colombia, México, El Salvador, Etiopía, Vietnam), la finca, la variedad, el proceso, el cuerpo y las notas: cereza ácida, canela, naranja, arándano, almendra, chocolate negro, melocotón amarillo… Una delicia.
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