¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Terrenos a las afueras de Bienvenida (Badajoz) junto a la Ex-202 donde iría una parte de otra de las tres plantas fotovoltaicas previstas.

La futura planta solar de Usagre ya tiene aval para seguir los trámites

Ahora falta que Red Eléctrica permita una subestación, instalación que también falta a la de Talaván y que sí tiene la de Bienvenida, pendiente aún de la DIA

J. López-Lago

Martes, 7 de junio 2016, 00:36

Los tres proyectos anunciados de plantas fotovoltaicas en la región estaban en punto muerto, cada uno por un motivo diferente. La semana pasada el previsto en Usagre dio un paso adelante cuando el empresario José Luis Joló presentó en Madrid el aval de cinco millones de euros que se exige (10 euros por cada vatio, según la última ley al respecto). El dinero fue depositado el pasado día 30 y con ello se desbloqueó el primer requisito para montar una de las mayores instalaciones fotovoltaicas de placa fija del país. La de Usagre será una planta de 500 megavatios (Mw) sobre un terreno que ocupa unas 1.100 hectáreas. Este megaproyecto ya fue anunciado en 2012 y, según Joló, por ello gran parte de la documentación que hay que presentar ya está muy avanzada. El problema, explica, es que falta una subestación para evacuar la electricidad que generen las placas, y esta cuestión depende del gobierno a través de Red Eléctrica, la empresa que transporta la energía y opera el sistema eléctrico español.

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Con este megaproyecto aún vivo, son tres en total los que existen en Extremadura, todos anunciados en 2012, pese a que en el mes de enero de ese año el Gobierno de Mariano Rajoy bloqueó las primas a las energías renovables certificando así un frenazo a esta actividad que inició su antecesor Rodríguez Zapatero.

Hasta entonces varios proyectos ya se habían fijado en las abundantes horas de sol que recibía esta región. Este factor decisivo combinado con unos precios asequibles del suelo rústico animaron a promotores que montaron instalaciones fotovoltaicas y termosolares, lo que generó altas cifras de empleo durante su construcción y unas plusvalías que pequeños ayuntamientos han aprovechado.

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