El sector de las franquicias prevé un crecimiento del autoempleo en 2021

Las consecuencias de la crisis sanitaria del coronavirus han supuesto un duro golpe para casi todos los sectores de actividad, pero la hostelería es uno de los que más dificultades ha tenido. «Hemos notado una caída de la facturación de entre el 30% y el 40% respecto al año pasado», reconoce Javier Oliva, uno de los socios fundadores de Boxer Food, una franquicia extremeña dedicada a la restauración que nació en 2017.

Esta empresa mantiene abiertos sus seis locales en diferentes ciudades. «Los restaurantes se han apoyado mucho en la comida para llevar», comenta Gutiérrez. Sin embargo, muchas otras cadenas han visto como algunas de sus franquicias tenían que bajar la persiana. «La pandemia ha afectado», asegura Víctor Sánchez, gerente de Ágora Franchise Consulting (AFC), compañía que se dedica a ayudar a otras empresas a iniciar el proceso de franquiciar o a expandirse.

En su relación con el mundo de las franquicias, AFC ha comprobado que la peculiar situación que se ha vivido en 2020 ha hecho que cambien las preferencias de los empresarios. «La gente que emprende está optando por negocios que considera más seguros; la restauración ha dejado de ser por lo que más apuesta la gente», señala Sánchez.

En términos similares se expresa el presidente de Afex. «Ha sido un año de crecimiento en sectores muy puntuales, como el de las energías renovables y el de la tecnología», detalla.

En la misma línea, Gutiérrez prevé un incremento en 2021 de las franquicias relacionadas con el marketing digital y las redes sociales, así como de otras que faciliten el autoempleo. Dos ejemplos extremeños en estos sectores son Portal de tu Ciudad o Acra Digital. La primera tiene unas 50 franquicias y la segunda, 27 y ha llegado a países como México o Colombia, según los datos de Afex.

Pese a ello, Gutiérrez observa un miedo generalizado a emprender. «Las empresas franquiciadoras extremeñas reciben muchas llamadas y despiertan interés, pero la incertidumbre ante el futuro inmediato lo paraliza todo», reconoce.

La difícil situación del mercado laboral, con el aumento del desempleo provocado por la crisis económica que se está viviendo a nivel global, puede provocar que las personas que pierden su puesto de trabajo opten por montar pequeñas empresas en las que solo sea necesario un trabajador. «Estamos hablando, además de los sectores mencionados, de pequeñas tiendas o librerías; franquicias de bajo coste», añade.

Y es que la horquilla de inversión necesaria para abrir una franquicia es amplia. Una cadena extremeña cobra entre 3.000 y 40.000 euros por la cesión de su marca. Boxer Food se mueve en un término medio. «El canon que pedimos para franquiciar es de 12.000 euros y luego el 5% de las ventas mensuales», comenta el socio fundador de esta firma de restauración.

Este sistema que menciona Oliva es uno de los más habituales. La empresa franquiciadora suele pedir un pago inicial, que incluye la formación de los trabajadores y otros muchos aspectos. Sánchez, los resume en una palabra: seguridad. «Una franquicia es un modelo de negocio que ya se conoce, por lo que le quita a las personas que quieren emprender muchas piedras del camino», dice el gerente de AFC, entidad que también se dedica a asesorar a quienes tienen en mente iniciar un negocio y piensan en hacerlo con una franquicia.

Entre los conceptos que aporta la marca matriz, Oliva cita «todo el 'know how' (saber hacer)». De esta forma se refiere, por ejemplo, al conocimiento de los costes, los horarios de los trabajadores, la decoración de los locales o el estudio de mercado, pero también menciona detalles más propios del sector en el que se mueve el negocio. «Los envases para repartir la comida, las aplicaciones y las webs para vender a domicilio o el centro de compra de la materia prima», especifica para el caso de Boxer Food.

Por su parte, el presidente de Afex aporta un estadística que avala ese concepto de seguridad. Cifra en el 20% los negocios que permanecen abiertos dos años después de su apertura, pero amplía ese porcentaje al 70% si lo que abre es una franquicia.

No todo es tan sencillo y el canon es solo uno de los costes que los emprendedores tienen por delante a la hora de apostar por una franquicia. La inversión puede ser bastante superior. «En las extremeñas se mueve de los 6.000 euros al medio millón de euros», en palabras de Gutiérrez.

Las gasolineras están entre las que más inversión necesitan. No tienen un canon excesivamente elevado, pero sí requieren de otros muchos gastos. Lo mismo sucede con la única franquicia extremeña del sector de la medicina estética. Clínica Revitae es considerado un valor seguro, pero el canon, el local y el equipamiento puede llevar el coste de apertura a los 300.000 euros.

Además, los empresarios que abren una franquicia deben hacer frente a los pagos mensuales –en caso de que el acuerdo los incluya, algo que suele ser lo más habitual– y cumplir con ciertos requisitos. Las marcas también piden a sus franquiciados el mantenimiento de una línea común. «Tenemos una guía de estilo para el mobiliario del local, todos deben de ser iguales, y queremos homogeneizar la calidad de los productos que servimos», indican desde Boxer Food. Incluso, para ello, tienen a una persona que se encarga de visitar regularmente los distintos establecimientos.

Del otro lado, a la hora de franquiciar una empresa, los propietarios deben tener claro un concepto fundamental. «Que el negocio se puede replicar», aporta el gerente de AFC. Además, considera conveniente que sea un negocio testado durante un periodo no inferior a tres años. «Que tenga viabilidad económica, porque franquiciar también supone una inversión, y es una forma de hacer que la marca resulte atractiva para los emprendedores», remarca.