29 jóvenes parados reciben 8.100 euros de la Diputación para emprender en sus pueblos
Es una bolsa de ayudas directas de 243.000 euros que ha permitido montar peluquerías, centros de tatuajes o de cuidado de niños entre otras actividades
SERGIO LORENZO
CÁCERES.
Lunes, 27 de julio 2020, 08:11
Si se concedieran 30 ayudas económicas, de 8.100 euros cada una, a jóvenes urbanitas que quieran montar un negocio en su ciudad, seguramente se presentarían cientos de candidatos a la subvención en las ciudades con más población de Extremadura.
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Pero las ayudas que lanza la Diputación son para potenciar el asentamiento de jóvenes en zonas despobladas de la provincia de Cáceres, y, por eso, a estas subvenciones Juventas-Emprende del Fondo Social Europeo solo se han presentado 33 candidatos. Se trata de parados de pequeñas poblaciones que encuentran una oportunidad en una convocatoria que les permite dejar atrás el desempleo y focalizar su futuro profesional en aquella actividad que conocen o les gusta.
Hay negocios de cuidado de menores, de electricidad, de estética, de fontanería y otros menos típicos como venta casa por casa de ropa interior.
Las subvenciones suman una bolsa total de 243.000 euros. Se anunciaron el 28 de noviembre de 2019 y el plazo para concurrir se terminaba el 28 de febrero de este año. Se prorrogó hasta el 20 de marzo. Ese plazo se suspendió por la entrada en vigor el estado de alarma. Posteriormente se alargó hasta el 18 de mayo.
Para recibir la ayuda de 8.100 euros, los candidatos deben tener entre 16 y 29 años (ambos inclusive), estar inscritos como demandantes de empleo en el Sexpe y estar empadronados en el pueblo en donde quieren montar su negocio.
Para pedir la subvención tienen que vivir en una localidad con menos de 5.000 habitantes, o en una de menos de 10.000 cuyo saldo demográfico haya sido negativo en la última década. No cuentan los pueblos del área urbana de Cáceres: Sierra de Fuentes, Casar de Cáceres y Malpartida de Cáceres; ni Jaraíz de la Vera, ya que ha ganado población en los últimos años. Ahora tiene 6.478 habitantes.
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Los jóvenes que reciben la ayuda se comprometen a mantener una actividad profesional como autónomo, al menos, durante 12 meses.
Son 29 los que han visto aprobada su solicitud. La mayoría ya han ingresado el dinero. Los hay de Logrosán, Ahigal, Berzocana, Torrejoncillo... Cinco son de Trujillo, localidad de 9.012 habitantes que en los años 50 tenía 5.000 habitantes más.
Uno de ellos quiere montar un estudio de tatuaje; otro una empresa de venta de maquetas impresas en 3D; un tercero quiere ofrecer un servicio de comunicación y marketing de empresas; otro una aseguradora; y el quinto una carpintería metálica.
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Guardería en Logrosán
Hay tres emprendedores que son de Logrosán, que si en 1960 tenía 6.595 habitantes ahora tiene 1.994. Uno de ellos quiere montar una guardería, otro un servicio de limpieza de edificios y un tercero ofrecer servicios que van desde la albañilería a la ganadería. En Torrejoncillo hay un emprendedor que se quiere dedicar a la venta ambulante de ropa interior y de pijamas; y otro quiere elaborar jabón. Este finalmente debió devolver la ayuda la subvención «por problemas con los requisitos sanitarios». Torrejoncillo ahora tiene 2.935 habitantes, casi la mitad que en los años 60. Otros dos emprendedores son de Casatejada que ahora tiene 1.360 habitantes, también la mitad que en los años sesenta. Uno de ellos se propone abrir un servicio de fotografía, y el otro dedicarse a vender fruta y verdura en mercadillos.
Un joven quiere montar un servicio de instalaciones eléctricas en Bohonal de Ibor, que tiene 500 habitantes, un tercio de la población de 1950.
Hay dos jóvenes que se han decantado por montar una peluquería: uno en Berzocana, que tiene 423 habitantes, cuando en 1960 tenía cuatro veces más; y otro en Garrovillas de Alconétar, que si en 1950 tenía cerca de 6.500 habitantes ahora tiene poco más de 2.000.
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En Calzadilla hay otro que apuesta por una fontanería y cerrajería. Este pueblo suma 475 habitantes (1.636 en 1960). Una carpintería quiere instalar otro emprendedor en Ahigal que tiene 1.372 habitantes (2.522 en 1960).
En Guijo de Santa Bárbara, que tiene 387 habitantes, un futuro autónomo recibirá la ayuda para vender por internet zapatillas deportivas exclusivas. En Valencia de Alcántara, que tiene 5.397 habitantes (15.609 en el año 1950), la ayuda será para montar una agencia de marketing digital.
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En Madroñera, que tiene 2.533 habitantes (5.993 en 1950), un joven montará una actividad relacionada con yoga.
Otro joven usará la ayuda para montar un bar en la piscina de Valdencín, que tiene alrededor de 350 residentes. En La Pesga, que tiene 1.034 habitantes, la ayuda servirá para montar una explotación olivarera; y en Ibahernando un joven montará una empresa de venta de piensos para animales de compañía y de granja. Esta localidad tienen 544 personas censadas, cuando en 1950 había 3.144. Son algunos ejemplos de esta bolsa de ayudas directas para detener la despoblación en los pequeños municipios.
La lista completa de los mismos la componen Trujillo, Bohonal de Ibor, Garrovillas, Calzadilla, Berzocana, Ahigal, Guijo de Santa Bárbara, Logrosán, Torrejoncillo, Valencia de Alcántara, Casatejada, Madroñera, Valdencín (dependiente de Torrejoncillo), La Pesga, Ibahernando, Malpartida de Plasencia, Torremocha y Madrigal de la Vera.
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Otras tres solicitudes se suman a estas 29 beneficiarias pero fueron denegadas. Una más renunció finalmente a ella.
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