Los 10 puntos del acuerdo con Vox en Valencia que chirrían al PP de María Guardiola

El acuerdo valenciano se ha concretado en 50 medidas. La inmensa mayoría tienen cabida en el amplio programa del PP de Extremadura, que va mucho más allá de las líneas genéricas que recoge el pacto de Vox con Carlos Mazón ahora y antes con Alfonso Fernández Mañueco.

Pero al igual que cada territorio tiene sus propias peculiaridades, de lo que echan mano PP y Vox para asegurar que la negociación en cada región es diferente, también cada político tiene las suyas. Y si bien Mazón, Mañueco y Guardiola comparten siglas políticas, lo declarado y defendido hasta la fecha por la extremeña marca distancias con sus compañeros. Por eso, al menos hay 10 medidas en el pacto valenciano que chirrían con el PP de María Guardiola. Tanto en el fondo como en la forma, porque cómo se llaman las cosas importa. Y las medidas que concretan esos términos semánticos, también.

En líneas generales, y en contraposición al acuerdo valenciano, la igualdad tiene un papel protagonista para la presidenta de los populares extremeños. De hecho, las medidas para la lograrla se coordinarán desde la Presidencia de la Junta. Entre otras muchas medidas, por ejemplo, recoge «favorecer proyectos de formación en materia de masculinidades sanas, responsables y respetuosas». Pero, además, el PP de Guardiola habla sin ambages de violencia machista, porque «hay mujeres que mueren por el hecho de ser mujeres». Y anuncia como primera medida en favor de la inclusión y la diversidad «una estrategia para la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI».

Asuntos que conforman capítulos propios en el programa del PP extremeño, pero que ni se mencionan en el acuerdo de la Comunidad Valenciana, centrado en nueve apartados: libertad, economía, mundo rural, reducción del gasto político, educación y la lengua, sanidad, políticas sociales, familia y vivienda, infraestructuras y la seguridad.

En cuanto al primer capítulo, el referido a libertad, solo una de sus medidas también la lleva el PP de Guardiola: un nuevo marco de financiación autonómica. No las otras cuatro que se recogen, relacionadas con la defensa de la unidad de España, «la libertad de memoria, para lo que se derogarán las normas que atacan la reconciliación en los asuntos históricos», y la creación de una Ley de Señas de Identidad que proteja los valores, costumbres y tradiciones.

En el siguiente capítulo, el de economía, la sintonía es absoluta. Las medidas planteadas en el acuerdo están recogidas en el programa del PP. Son las centradas en la bajada de impuestos, por la que en la región han apostado tanto María Guardiola como el candidato de Vox, Ángel Pelayo Gordillo. De la misma forma, las medidas para defender el campo, el patrimonio y el agua que se recogen en el acuerdo valenciano no marcan diferencias con el programa del PP extremeño, como tampoco lo hacen las actuaciones que se incluyen para fortalecer la sanidad y avanzar en las infraestructuras ni, posiblemente, las que buscan reducir el gasto político.

Oficina de vivienda

Aunque en este apartado aparecen dos medidas que, si bien podría asumir María Guardiola, no se recogen como tal en su programa: la reducción del número de consejerías, altos cargos y asesores, y apostar por un modelo de radio y televisión pública que sea racional con la coyuntura económica y con unos contenidos que reconozcan la pluralidad de la sociedad en su conjunto.

De las seis medidas que en materia educativa se recogen en el acuerdo valenciano, dos distan también del programa de los populares extremeños: el refuerzo de la inspección educativa para preservar la calidad de la enseñanza sacando la ideología de las aulas, y garantizar que los padres autoricen el contenido de las actividades extracurriculares.

En seguridad aparece la creación de una oficina para el asesoramiento y acompañamiento de todas las víctimas frente a la okupación ilegal, asunto al que el PP extremeño no hace referencia en su amplio programa dedicado a la vivienda en la región.

Y, por último, en políticas sociales y familias, está el décimo punto que chirría: la promoción de «políticas que perseguirán erradicar la violencia intrafamiliar, en especial las que sufren mujeres y niños, garantizando la igualdad entre todas las víctimas». Términos que Mazón ha aceptado, pero que chocan con el PP de Guardiola que sí habla de violencia machista.