Borja Domingo, en una acción de la primera salida del Badajoz ante el Santa Amalia. E. Domeque
Tercera RFEF

El Emilio Macarro, escenario poco propicio para una reacción del Badajoz

Los blanquinegros, inmersos en una crisis constante, visitan a un Montijo que no pierde en su casa desde enero de este año

M. Gª Garrido

Badajoz

Jueves, 16 de octubre 2025, 21:17

Al efecto clasificatorio, con la hemorragia de puntos incesante que el Badajoz no atina a taponar, y a la brecha que se abre con el ... liderato (10 puntos), con tres equipos (Don Benito, Jaraíz y Villanovense) empatados a 13 puntos en lo más alto, se une un factor más de zozobra: la ansiedad. Las cuatro derrotas (más el 0-3 por incomparecencia ante el Azuaga) pesan, pero esa losa adquiere mayor tonelaje en lo que concierne al aspecto anímico. Con el plus negativo que suma el hecho de regresar a los puestos de descenso a Primera Extremeña, más sal para la herida de la afición blanquinegra.

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Sin regularidad en el juego, lastrados por las lesiones, con más sombras que luces en sus actuaciones en lo colectivo y en lo individual y unos resultados paupérrimos incompatibles con las aspiraciones de un aspirante al ascenso, el vestuario sigue atribulado y la competición avanza. Es cierto que se augura una Tercera extremeña muy igualada, con muchos animadores que pueden abrir la pelea por los puestos de playoff y eso favorece a la escalada de los blanquinegros. Pero la realidad es que en seis jornadas no han dado síntomas de estar en disposición de codearse con ese, de momento, amplio ramillete de equipos en la puja.

Los pacenses parecían haber trazado un camino a seguir con dos triunfos consecutivos, pero su paso es dubitativo, frágil y con pies de barro, como demostró en Navalmoral, cosechando un nuevo tropiezo. El panorama se torna aún más desalentador teniendo en cuenta el periplo que le depara en las próximas semanas con cuatro desplazamientos consecutivos, de los cuales solo ha cubierto el primero y con un resultado adverso. Además, las prestaciones del Badajoz en los últimos años como forastero no invitan precisamente al optimismo, con muchas dificultades para lidiar con las peculiaridades de los campos rivales y la idiosincrasia del juego. Más allá de superficie, dimensiones y factor ambiental, los blanquinegros parecen incapaces de adaptarse a contextos que se salen del confort de su feudo y eso se traduce en una pérdida de fiabilidad. El curso pasado les costó apearse de manera prematura de la batalla por el primer puesto.

Con esas premisas visita este domingo (12.00 horas) el Emilio Macarro, uno de esos estadios que reúnen todas las características que incomodan a los de Juan Marrero y en los que suelen sufrir. Además, el Montijo, que ha cuajado un más que decente inicio de temporada, con diez puntos, a uno de los puestos de privilegio, aún no conoce la derrota en su territorio, que ha convertido en uno de sus principales bastiones. No en vano, sorprendió en la primera jornada imponiéndose con claridad (2-0) a un Don Benito que es uno de los que figuran en la mayoría de las quinielas para regresar a Segunda RFEF. En el siguiente compromiso en casa, los rojinegros empataron ante el Diocesano (1-1) y la pasada semana vencieron al Atlético Pueblonuevo (1-0).

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Bagaje inmaculado

Esa fortaleza como anfitriones no es algo que haya germinado en la actual campaña, sino que se convirtió también en una constante en el ejercicio anterior, a pesar de que no pasaron de la mitad de la tabla, finalizando en undécima posición. El conjunto de las Vegas Bajas no pierde en liga al cobijo de su afición desde el mes de enero de este año, cuando hincaron la rodilla (0-1) ante el todopoderoso líder, el CD Extremadura, que meses después consumaría su ascenso a la cuarta categoría. A partir de ahí, ha sumado en siete encuentros de la pasada campaña y en tres de la actual, siete victorias y tres empates. En la 2024/25 , 1-1 ante el Pueblonuevo, 3-0 frente al Castuera, 1-1 contra el Diocesano, 1-0 ante el Villafranca, 1-0 ante el Santa Amalia, 6-0 frente al Olivenza y 1-0 contra el Arroyo.

Estadísticas que convierten el fortín del Montijo en un escenario poco propicio para sentar las bases de una reacción necesaria para un Badajoz que carece de red de seguridad y que no puede ceder más en su intento de recortar distancia a sus rivales. Sin olvidar la barrera psicológica que no han sido capaces de rebasar.

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