El Villanovense llega colista a Torremolinos

Cinco puntos separan al Villanovense de los puestos de salvación. Una distancia que, obviamente, no es insalvable, pero lo será si no llega una primera victoria que se resiste ya durante nueve jornadas. En esta décima, los serones visitan al Juventud de Torremolinos, pero el rival es lo de menos cuando el problema está en casa.

La situación es, en cualquier caso, un cúmulo de problemas, pero el más preocupante es evidente: la falta de gol. Y es que se antoja imposible ganar con tan solo tres goles en estos nueve partidos, la cifra goleadora más baja de toda la categoría, igualada con el Atlético Paso canario.

«Al final, el gol es responsabilidad de todos, tanto de los delanteros, que son los que más pueden tener ocasiones, hasta los centrales cuando hay jugadas de estrategia», decía en la previa Alberto Cifuentes, que aún no ha logrado dar con la tecla para soltar un lastre cada vez más pesado.

«Siempre les he dicho desde que llegué que en la derrota confiaré más en ellos y en la victoria, les exigiré mucho más», argumentaba el técnico del Villanovense, «ojalá que la semana que viene tenga que exigirles la hostia porque hemos hecho un gran partido y hemos ganado».

Delante estará un Juventud de Torremolinos que sí tiene gol, lleva doce, pero que también los encaja, lleva otros doce. «Es un rival con gente joven, con un equipo muy dinámico y que transiciona muy bien y rápido», dice sobre los andaluces, «no es que jueguen en largo ni nada, pero no marean la pelota, sino que intenta buscar portería contraria». Un recién ascendido, recuerda, «pero con entrenador con muchísima trayectoria en el fútbol español y que saben muy bien lo que quieren».

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