Las notas de un Badajoz que repite curso

Tres entrenadores han tratado de reconducir el rumbo de un bloque cuyo rendimiento ha sido inferior al esperado y en el que ha imperado la irregularidad. Solo Adilson, Calderón, Mancuso y Mariano han estado un escalón por encima; varios futbolistas rozan el aprobado y un grueso del plantel no ha cumplido con las expectativas.

Kike Royo (6,5)

En su línea: Seguro, líder y decisivo. Sus paradas han trascendido menos que antaño, pero en ocasiones han sostenido al equipo, como en la primera vuelta ante el Linares, parando un penalti en el descuento (1-1).

Miguel Narváez (6)

No se le puede achacar nada. Tenorio le encomendó el reto de proteger el arco pacense en el peor momento de la campaña, sin experiencia en la categoría y carente de rodaje. Sin errores de bulto ni tampoco intervenciones salvadoras.

José Mas (4)

No ha estado fino, nervioso y descontrolado en algunas fases, no generaba confianza. Se le vio algo más entonado con Tenorio.

Matías Pérez Acuña (4)

Caso parecido al de José Mas. Discreto, con escasa proyección ofensiva e inconsistente atrás. No convenció. Su expulsión infantil ante el Fuenlabrada lo sentenció para Salmerón.

Edu Sánchez (6,5)

De las pocas buenas noticias. De solución de urgencia, a revelación. Su irrupción fue fulgurante y maravilló al Nuevo Vivero. Una lesión muscular lo frenó en seco en su mejor momento.

Carlos Cordero (4)

Uno de los comodines atrás, ejerciendo de central y lateral zurdo. No ha sido su año, saliendo en varias fotos de errores defensivos de bulto. Ha sido autor de tres goles en propia puerta.

Mariano Gómez (8)

Tiene aspectos tácticos que mejorar, pero es un auténtico seguro de vida. Imperial al corte y en la anticipación, lo tiene todo para triunfar.

Juanmi (5)

Correcto. Posee cualidades de central moderno, con técnica para iniciar jugada, pero se ha prodigado poco en esa faceta. Le falta aún foguearse.

Josete (3)

Petición expresa de Salmerón, solo ha sido titular en cuatro de 17 partidos y fue uno de los señalados en la goleada frente al Deportivo (5-0). Se borró en el último tramo con sus protestas desde el banquillo en Ferrol.

Borja García (5)

Llamado a ser la pareja de baile de Mariano en el eje de la zaga, los problemas físicos le han lastrado restándole unos galones en el verde que sí ha mostrado en el vestuario, siempre dando la cara.

Gianluca Mancuso (8)

Pivote canchero, agresivo, fuerte, de derroche físico infinito. Ha ido de menos a más hasta convertirse en un pilar en la medular. Se ha ganado a la afición con un despliegue de sacrificio abnegado.

Jannick Buyla (6)

Su efervescencia se fue disipando tras el golazo que cautivó a la grada ante el Talavera. Le faltó fuelle en algunos finales y se dejó contagiar por los nervios del equipo. Aun así dio equilibrio.

Raúl Palma (5)

Su oficio y temple otorgaban criterio en un centro del campo huérfano de ese perfil. Las lesiones se cebaron con él y su pico de forma del primer tercio del curso no se repitió.

Adilson (9)

Puro talento. Desborde, chispa, velocidad, regate y, este año, también gol (7). Exquisita su calidad, de otra categoría. Todo el peligro pasó por sus botas. Su lunar fue cuando Salmerón le tiró de las orejas por la famosa cláusula de los 25 partidos.

Zelu (5)

Fijo para Jové, empezó como un tiro, percutiendo y marcando, pero su protagonismo se fue difuminando y eso influyó en sus prestaciones.

Carlos Calderón (8,5)

Cumplió siempre, sin oscilaciones, un notable casi constante, ya sea de carrilero o extremo. Sus centros laterales eran pura poesía para los delanteros.

Jesús Alfaro (6)

Se le han visto destellos, pero las diabluras del onubense han ido menguando al adquirir el rol de construcción del juego. No ha explotado todo su potencial, aunque su calidad ha quedado patente.

David Soto (7)

Luces y sombras. Pichichi del equipo junto a Adilson, tiene el don de la oportunidad de cara a portería, pero el fallo le penaliza mucho mentalmente y le condiciona.

Gorka Santamaría (5)

No fue el 'killer' que se esperaba de él en enero. Batallador incansable, jugador de club, pero con la pólvora mojada, errando ocasiones claras que podían haber cambiado el rumbo.

Francis Ferrón (4)

Su tanto redentor ante el Pontevedra no enmascara una temporada pobre en cuanto a números y a sensaciones. Frustrado y sin olfato, no ha podido aportar su juego.

Santi Müller (-)

Recambio de circunstancias, anotó un gol pero su presencia ha sido testimonial, pese a formar parte de la dinámica del primer equipo durante toda la campaña.

Luis Valcarce (2)

Una decepción. Con la vitola de lateral zurdo indiscutible, su maltrecha rodilla lo dejó fuera.

Javi Ros (3)

Era una incógnita por su estado de forma y salió cruz. Le sobra calidad, pero dio imagen de futbolista en decadencia.

Thèo Chendri (3)

Intrascendente, no cuajó y su aportación fue nula pese a los quilates que se le presuponían.

Alessandro Burlamaqui (-)

Uno de los talentos de la cantera del Valencia, apenas se le pudo valorar. No tuvo minutos.