'La roja' por fin se enriquece con el talento extremeño
La nogaleña Aurora Campos debutó con la sub-15 y es la primera jugadora de la región en vestir la camiseta de España
Hasta este fin de semana, Extremadura se hallaba huérfana de representación en la historia de la selección española de fútbol sala femenino. Nunca una jugadora ... de la región había defendido la enseña de 'la roja' en ninguna de sus categorías. Y Aurora Campos (Nogales, 8-1-2008) se encargó de inaugurar un camino que desde este enclave de la geografía peninsular es mucho más intrincado. El desarrollo de esa disciplina dentro de nuestras fronteras ha sido lento y a años luz de cunas como Murcia o Galicia. Sin olvidar el músculo económico y la visibilidad que poseen Cataluña y Madrid. «Yo era pesimista sobre la posibilidad de que contaran con ella, porque el fútbol sala femenino aquí no ha llegado nunca muy alto», narra Carmen, su madre.
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Aurora acudió a mediados de mayo a unas jornadas de tecnificación en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con la selección sub-15, donde coincidió con otras 21 aspirantes. Lo recuerda como una experiencia muy edificante y en un escenario de excepción, aunque aquello le parecía otro mundo: «Fue un poco duro, me costó adaptarme porque los entrenamientos eran muy distintos a los que estoy acostumbrada. El pabellón impactaba, era impresionante. Hicimos dobles sesiones, mañana y tarde, y nos enseñaban de todo un poco». Pese a la exigencia para aclimatarse en tiempo récord, se marchó muy satisfecha. «Es difícil entrenar tanta gente en una pista, me llevo mucho aprendizaje y a las personas que he conocido esos días».
Acudir a aquella cita ya era un privilegio al alcance de muy pocas, pero no garantizaba su presencia en los dos amistosos que España disputaba ante Portugal el 10 y el 11 de junio en la localidad lusa de Braganza. Solo 14 pasarían el corte y, al igual que su progenitora, Aurora no era muy optimista al respecto, coincidiendo ambas en el argumento de que, siendo extremeña, atraer el foco de los ojeadores es una tarea más ardua. Su padre, en cambio, daba la nota discordante, «decía que le ve unas cualidades y aptitudes que no tienen muchas de las demás, mi marido sí era más positivo», relata Carmen.
Tras esa convivencia, el técnico Iñigo Martínez debía elaborar la primera lista en una categoría que se estrenaba. Y ahí figuraba el nombre de la joven nogaleña. «El seleccionador extremeño, Isco, lo supo algo antes de que la Federación lo anunciara en redes sociales, y se puso en contacto con nosotros. Y le dimos la noticia a ella», cuenta su madre. «Estaba en clase en el instituto y me llamaron para que saliera. Me resultó raro. Era mi hermana diciéndome que me habían convocado». Se quedó en shock, solo podía repetir «¿en serio? ¿En serio? No sabía qué decir», comenta Carmen, y lo corrobora su hija: «Me quedé muy sorprendida. Estaba en una nube, con mucha emoción». Cuando pudo reaccionar, se lo contó a sus amigas, «nos abrazamos en el pasillo, estábamos muy felices».
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Sin apenas tiempo para digerir la noticia, Aurora acudió, acompañada por sus padres, a Braganza y llegó su debut. «Entré con nervios, como es normal al debutar con la selección de tu país, pero poco a poco me fui soltando. Cuando estás en la pista se olvidan y te centras en el juego». El instante más emotivo lo vivió justo antes del pitido inicial. «Escuchar el himno te pone la piel de gallina, no es para menos, es una emoción y un orgullo muy grande que no se puede explicar».
Tuvo minutos en los dos choques ante Portugal, que se saldaron con 0-0 y 0-5, lo cual puso de manifiesto la solidez de un bloque en el que Aurora actúa de cierre. «Hemos defendido muy bien, no hemos encajado goles y estamos muy contentas». Es su primer año en esa posición, ya que antes había actuado de pívot y de ala. Considera que atrás es donde mejor se desempeña y que destaca por su potencial físico, su capacidad de liderazgo y de romper líneas. Además, es una virtuosa con el balón en los pies, «se me da bien, sí», asiente con cierta timidez. De hecho, el contacto más frecuente con el esférico que permite el fútbol sala fue decisivo a la hora de decantarse por delante de otras disciplinas. Su referente es Anita Luján, toda una leyenda.
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Con apenas dos años empezó a patear una pelota en la plaza del pueblo con sus primos, siendo la única niña. Pese a las limitaciones en una localidad de apenas 600 habitantes, disputó sus primeros torneos con el Castillo de Nogales, con el que alzó varios títulos. Y desde entonces no ha parado de progresar.
Ser una pionera para la región ha supuesto todo un orgullo para ella, pero no se conforma y «quiero seguir creciendo como persona y como futbolista y llevar a Extremadura a lo más alto posible». No en vano, anhela conquistar el campeonato de España custodiando la tricolor. Por edad, su siguiente objetivo es ir con la sub-17, pero «es más difícil porque hay más gente y mucho nivel. Seguiré trabajando y llegarán los resultados».
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Este curso ha simultaneado los partidos con el cadete y el sénior (en el que milita su hermana, que es portera) del EMD Santa Marta, llegando en el primer caso a la final del Campeonato de Extremadura, perdiéndola, y cayendo con las mayores en el playoff de ascenso ante el San José. Su madre reconoce que varios clubes se han interesado para incorporarla a sus filas, pero ahora la prioridad es su faceta académica en la que, llegado el momento, le gustaría seguir por la rama de Ciencias del Deporte. «Estoy centrada en los exámenes finales y cuando acabe lo pensaré bien y lo que tenga que venir, vendrá». Una postura que reitera Carmen, «ya lo hablaremos, que además estamos aún asimilando todo».
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