Riazor, prueba de fuego para el Badajoz

Ni un mes de calendario pero ya se puede hablar de un partido a más de tres puntos. Es evidente que no hay urgencias y que el Badajoz transita por las alturas tras unas primeras jornadas positivas donde solo cedió un empate, pero la cita de este sábado se presume clave. No a efectos clasificatorios, pero sí en lo emocional, que también computa. En un auténtico templo como es Riazor, al que no acude desde hace más de medio siglo, el cuadro blanquinegro afronta un verdadero examen sobre lo que puede ofrecer en esta temporada tan convulsa en lo institucional y en la que, de momento, parece que el césped no se ve salpicado por tal controversia. En La Coruña aguarda el líder de la nueva Primera RFEF, imbatido al igual que los pacenses, y con tres victorias en sus tres compromisos.

Junto a la playa del mismo nobre, un adversario de los de verdad, de los que permiten extraer conclusiones para el devenir de la temporada. Una prueba de fuego (19.00 horas, Footters) entre las dos únicas escuadras del grupo I que no han encajado un solo tanto. Limones y Mackay, meta deportivista, no han rebasado la línea de gol para recoger el esférico desde dentro de la red. Un duelo de imbatidos ante el potente conjunto gallego para dilucidar si este Badajoz, más austero tras lo ocurrido con su propietario, sigue optando a lo máximo.

Un encuentro en el que los blanquinegros no podrán sentir el aliento de los suyos. Salvo que algún periodista desplazado grite más que el tenor más agudo, los extremeños se quedaron solos desde el momento en que el club blanquiazul decidió que entre los 20.000 posibles espectadores no habría foráneos pese a que el aforo fue ampliado. Una lástima para la afición, que ha tenido que cancelar cualquier atisbo de viaje, como expresaba este jueves en redes sociales la Grada Animación 1905.

Un Badajoz que presumiblemente viajaba con la única baja de larga duración de Adilson, cuyo entrenador expresó en la comparecencia previa que está más animado y con menos dolores. Hay algún tocado, dijo Óscar Cano, que en las horas previas se verá si son aptos para el posible once o medita algún cambio, algo que no le preocupa pues entiende que se confeccionó una plantilla con más de 20 futbolistas que podrían ser titulares. Finalmente, Jilmar y Aquino no entraron en la convocatoria. No lamenta muchas ausencias el cuadro gallego, que no contará con el central Jaime Sánchez por una lesión muscular ni con el lateral Trilli. Sí recupera a Juan Carlos Menudo, que se perdió los dos últimos encuentros, mientras se mantiene la duda de Jorge Valín, otro lateral.

Óscar Cano tira de manual y traslada cualquier tipo de presión a su rival, un club que fracasará, según estima, en caso de no cosechar el ascenso porque es el claro favorito de los dos grupos. «No hay que ser muy inteligente para percibir que teníamos que esperar a ver qué hacía el Depor para ir nosotros detrás. Cualquier jugador que tocaba este verano acababa allí. A veces, y Guzmán y Dupi lo saben, no nos han dejado los jugadores ni pasarles propuestas. El Deportivo no pertenece al siglo pasado. No hace mucho que jugaba incluso en Europa. Todos recordamos sus gestas, la Copa del 'Centenariazo', etc. Está claro que no se corresponde con esta categoría», avisa.

«Vamos a intentar hacer las cosas muy bien, los respetamos, pero vamos a intentar explotar sus carencias a través de nuestras fortalezas. La idea es seguir siendo protagonistas a través del uso de la pelota y ya veremos si ellos se imponen o no y tenemos que cambiar e intentar cortocircuitarles. Tenemos esa incertidumbre. Habrá momentos en que sufriremos sin el balón porque tienen mucha calidad», indica Cano, que se lleva a varios chavales del filial –Gallego y Calles– para premiar su gran trabajo, tanto plantilla como entrenador.

El técnico granadino considera «anecdótico» que el Badajoz no haya recibido gol en tres partidos pero valora que es «significativo del trabajo colectivo que debe ser la defensa. Está siendo encomiable la labor de los de arriba y, si llegan, tenemos centrales de garantías, al igual que el portero Limones. El equipo llega con la mayor ilusión, aunque suena a tópico. Se trabaja con otra cara cuando estás arriba en la tabla y, aunque hay aspectos que mejorar, hay cosas que te dicen que vamos por el buen camino». Un buen resultado en Riazor allanaría esa ruta.

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