Salvador Sandoval, en un entrenamiento con el Mideba. pakopí
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Sandoval, la torre azteca del Mideba

El mexicano es el referente interior del club pacense, con el que ha renovado mientras intenta traerse a Badajoz a su mujer y sus dos hijos

Marco A. Rodríguez

Badajoz

Viernes, 5 de marzo 2021, 18:56

Salvador Sandoval es salmantino, pero no de la Salamanca española sino de la mexicana, en el estado de Guanajuato. Ahora, tras un lustro, cada ... vez es más pacense. Llegó a España en la temporada 2016/17 para labrarse un futuro como jugador de baloncesto en silla de ruedas en Badajoz y lo está consiguiendo pese a las dificultades, especialmente las anímicas porque las físicas las tiene superadas. Como tantos inmigrantes, dejó en México a la familia –mujer y dos hijos– y emprendió una aventura de la mano del Mideba, quien ya disfrutó de un compatriota suyo de idéntico nombre, Salvador 'Chava' Zavala. Con el tiempo, Sandoval se ha convertido en el bastión de la zona midebista, un pívot que ve con facilidad el aro, no exento de la dupla calidad-trabajo. El otro Salvador dejó una profunda huella y él quiere hacer lo propio. Y no le va nada mal, pues el club extremeño lo ha renovado.

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«Zavala me dejó el listón muy alto, por toda la historia que tiene en Badajoz. Poder ser un jugador de su talla es una motivación para mí y un sueño por cumplir», destaca Sandoval. De momento, esta temporada promedia más de 14 puntos y más de 7 rebotes por partido. Es el referente interior de los midebistas, apoyado por George Bates y ayudado por el poderío reboteador de Scott. Buenos dígitos para un plantel que se vio obligado a compartir más la estadística con la llegada de la tropa británica y este curso más aún con la aparición de Matt Scott, un icono de este deporte. «Pero eso me viene bien, la verdad. Así no tengo tanta presión para anotar como tenía antes. Prefiero pasar a un compañero y así no fallar un tiro complicado. Eso abre más la defensa rival. No tengo problema con los números. Es mejor jugar el 'pick and roll' y volver dentro o buscar al hombre pequeño. Scott nos da muchas alternativas porque tiene tiro exterior y todo lo imaginable. Es mejor repartir los puntos y llegarán más victorias».

El pívot azteca firmó con el Mideba en el 2016. Permaneció tres temporadas y en 2019 fichó por Vigo un año para regresar de nuevo a Badajoz. Debe haberlo hecho bien pues el club cuenta con él como mínimo para la próxima temporada y puede que dos.

Traer a su mujer y dos hijos

Su gran ilusión es tener en España a su mujer y sus dos hijos. Ya lo intentó en una ocasión, pero la burocracia y los problemas con el papeleo lo impidieron y solo pudo contar con ellos unos tres meses. «Estuvieron aquí como turistas y se tuvieron que marchar», se lamenta. Estaba en trámites de conseguirlo antes de arrancar la campaña, pero le fue imposible con la pandemia y decidieron aguardar a la próxima temporada. Quiere buscar colegio para los niños y un trabajo para su esposa mientras él se dedica al baloncesto. Echar raíces en una ciudad donde es feliz.

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Se le ha hecho duro este tiempo nublado y acaparado por el covid y ratifica que no es lo mismo ver a su familia por internet o por el móvil que verlos en persona. «Me comunico con ellos con las nuevas tecnologías, pero no es lo mismo verlos por vídeo que tenerlo conmigo. Sobre todo porque ya estuvieron aquí un tiempo y además este año no los vi por Navidad, no se podía viajar de vuelta de México. Me da tristeza no poder verlos, el mayor va a cumplir siete años en junio y la niña cinco y estaba recién nacida cuando vine aquí. Me estoy perdiendo etapas de sus crecimientos, me pongo triste, pero estoy motivado porque hago estas cosas para que ellos vengan aquí y tengan un porvenir, darles un futuro más seguro».

Electrocutado de niño

En un club donde predominan las grandes historias de superación, el caso de Salvador Sandoval es de esos que no dejan indiferente. Con solo diez años, en su Salamanca natal, acompañaba a su madre a una oficina y mientras la esperaba con su hermano –«y porque era muy hiperactivo», asegura–, se le ocurrió escalar otra oficina cercana sin darse cuenta de unos cables de alta tensión de una azotea que tenía a la espalda y que le descargaron, según cuenta, unos 13.500 voltios que le quemaron media espalda antes de salir por la pierna derecha, que tuvieron que amputársela. «Te aseguro que después de aquello le tengo mucho respeto a todo lo que sea electricidad», comenta entre bromas.

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Tras el accidente, cayó en una depresión y no salió de casa en un año, pero poco a poco la familia le fue convenciendo. Como buen deportista, prosiguió con el fútbol y el atletismo –lanzador de peso– de antaño hasta que probó el baloncesto en silla ruedas, que le enganchó y con el que demostró que puede hacer cualquier cosa que se proponga, como acceder a la selección de su país, desde la sub 23 a la absoluta, o viajar a Europa a jugar en una gran liga. Precisamente su combinado nacional fue el pasaporte para que le llamara Jorge Borba, técnico midebista.

«Perdimos una buena oportunidad en Bilbao y ahora tenemos que esperar que ellos fallen y nosotros no hacerlo»

«Me da tristeza no poder ver a mi mujer y mis dos hijos, pero sé que lo que estoy haciendo es para que tengan un porvenir»

Eso fue hace cinco años. Ahora pelea por conquistar la liga con un Mideba que sufrió un duro revés al caer en Bilbao, la cancha del líder. «Fue una pena porque ese partido nos ponía un peldaño por encima de Bilbao. Perdimos, pero lo rescatable es que aquí les ganamos por más diferencia de puntos, así que en caso de empate estamos por delante. Lo malo es que ahora no dependemos de nosotros sino que necesitamos que ellos pierdan uno y nosotros no fallar. Casi pierden contra Málaga, ganaron solo por cinco y con apuros, así que tenemos esperanza. Cada partido será una final porque este año no hay playoffs y el objetivo de la plantilla y la directiva es el título».

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Uno de esos encuentros donde no se debe confiar el equipo tendrá lugar este mismo sábado. El Mideba Extremadura se desplaza a Getafe, donde le aguarda esta tarde (pabellón Juan de la Cierva, 17.30 horas) el virtual colista de la División de Honor, un club que ha padecido como ninguno los daños colaterales de la pandemia y que no compite de igual a igual. Sin ir más lejos, la semana pasada recibió un doloroso 100-10 en la pista del Albacete. «Tenemos que ir con respeto al rival, como lo hacemos siempre», avisa Salvador Sandoval, la torre azteca del Mideba.

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