Antonio Ferrera sobre la muralla de la Alcazaba de Badajoz.

Ferrera: «Las ganas de volver a torear hacen que me sienta vivo»

El torero de Villafranco reaparecerá el 4 de marzo en Olivenza tras más de 20 meses en el dique seco por su percance en Muro

PEPE ORANTOS

Domingo, 29 de enero 2017, 00:27

El próximo 2 de marzo se cumplirán veinte años de la alternativa de Antonio Ferrera en la plaza de toros de Olivenza, dos días después y sobre la arena del mismo coso abaluartado reaparecerá tras más de veinte meses lejos de los ruedos, como consecuencia de la cogida en la que un toro de Manuel Martín le partiera un brazo en la plaza gallega de Muro, el 21 de junio de 2015.

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-Antes de empezar, ¿cómo se encuentra?

-Muy bien. Muy fuerte y animado. No es sólo que vea el final del túnel, es la consecuencia de haber ido andando un camino todos estos meses que ahora parece llegar a su final. Las circunstancias que me han llevado a estar lejos de los ruedos durante tanto tiempo no son más que parte de un proceso que te lleva a buscar, luchar y tener paciencia para recuperarte. Cuando te ves recuperado te surgen nuevos alicientes para seguir andando el camino con ilusión.

-Decía el maestro Chenel que le tenía más miedo a una rotura de huesos que a una cornada. ¿Le ha hecho esta convalecencia llegar a la misma conclusión?

-Ahora lo comprendo mejor y reconozco que tiene sentido, pero no se puede desmerecer la importancia que supone la herida de una cornada. Recibir una cornada es muy duro pero los plazos de recuperación hay veces que te los marcas tú mismo. Tu fuerza y tu espíritu hace que te recuperes en pos de tu sueño. En el caso de las fracturas óseas, las limitaciones son físicas y el sentido común te obliga a parar aunque tú tengas toda la fuerza y la ilusión para salir adelante.

-Todos los percances son graves y nunca aparecen en el momento adecuado pero el de Muro surgió en un momento muy inoportuno. Se encontraba en un momento especialmente dulce, le habían dado el trofeo a la mejor faena de la feria de Sevilla con su actuación ante el 'Mecanizado' de Victorino. ¿Cómo afrontó esta contrariedad?

-Con independencia del momento artístico en el que te encuentres, siempre te trastoca un contratiempo en tu vida y tu carrera como aquel. Era el mes de junio, estábamos en mitad de la temporada y se presentaba todo el verano por delante, con la ilusión de que tienes todos los años a esas alturas. Es cierto que estaba en un momento artístico de expresión muy bonito y muy libre pero hubo que afrontarlo como un contratiempo más de la vida que no podemos controlar. La imprevisibilidad de nuestra profesión habló y ésta a veces habla de formas y maneras que son muy duras y ante las que hay que tratar de estar a la altura.

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-Quien le ha visto torear en el campo en los últimos meses no se cansa de repetir que su toreo está en un momento especialmente profundo y asentado. ¿Cree que es así?

-Sinceramente no lo sé. Las sensaciones que se perciben en el campo no siempre son extrapolables al concepto que uno siente de su toreo. No soy muy partidario de llegar a conclusiones sobre el momento artístico en el que me encuentro. Al fina no es más que una expresión de mi forma de ser, algo que ahora vuelve a ser nuevo para mí tanto en el campo, como en las tertulias que se forman tras los tentaderos o en los encuentros con ganaderos y aficionados. Todo esto son procesos que no sé cómo se desarrollarán cuando esté en la plaza otra vez con un vestido de torear. Lo que está claro es que la esencia es la misma que siempre he buscado, sentirme en plenitud como torero y a partir de ahí, que esas sensaciones y esos momentos me vayan encontrando.

-A simple vista y para quienes somos legos en medicina, cabe pensar que una lesión como la que usted ha sufrido podría limitarle en el futuro algunas de sus facetas como torero. ¿Podrá usted seguir poniendo banderillas?

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-Si yo viera que algo pudiera afectar a lo que es mi tauromaquia en sí, no reaparecería, ya sean las banderillas o cualquier otra suerte. Yo siempre he sido muy consecuente con mi vocación y con el sentido de la responsabilidad de ser torero, lo que significa el compromiso y lo importante que es salir a una plaza en las condiciones en las que lo debo hacer, tanto físicas como mentales. A partir de ahí, independientemente de como se desarrollen todas las circunstancias, mi compromiso es salir al cien por cien a la plaza. Todo lo que he podido pasar está atrás y a partir de ahora estoy completamente volcado en el compromiso de reaparecer.

-A pesar de que usted puede ser el matador de toros en activo que más cornadas lleve encima, nunca una lesión le había apartado de los ruedos durante tanto tiempo. ¿Se le ha pasado por la cabeza en algún momento de la convalecencia la retirada?

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-No. Porque percances como el que he sufrido son un componente más de lo que es la vida en sí. Yo creo que todas las personas pasan en un momento de sus vidas por trances difíciles que les obligan a luchar para poder superarlos. A mí me ha pasado esto y en ningún momento le he reprochado a nadie ni a nada que fuera algo que estuviera puesto ahí para retirarme del toro. Es más, las ganas de volver a torear me motivan a vivir, son una motivación para ver la vida, para sentir que dentro de lo que tú eres, de lo que tú sientes, de lo que formas parte hay más vida dentro de ti. Aunque es evidente que ha sido algo involuntario, este tiempo que he estado lejos de la cara del toro me ha servido como persona para poder formarme y evolucionar en otros aspectos, más allá de los de mi faceta como matador de toros.

-Le hemos visto hace poco más de un mes compartir un tentadero en casa de Victorino Martín con Juan Mora, alguien que para muchos toreros extremeños es un referente dentro y fuero de las plazas. ¿Con veinte años ya de alternativa a sus espaldas, se ve reflejado en él de alguna manera?

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-Yo creo que todos tenemos nuestro propio destino y nuestro propio camino, lo que no cabe duda es que hay caminos y destinos que hay toreros que los desarrollan dejando un caldo de cultivo y sembrando unas semillas que se aprovecharán durante generaciones. Lo grandioso de toreros como el maestro Juan Mora es que tienen su propia esencia, su propio legado y todos podemos servirnos de él.

-Siguiendo con Victorino, suponemos que a lo largo de la temporada en la que se verá inmerso en unas semanas se volverá a encontrar con más de un lote de la A Coronada. ¿Le supone un reto especial volver a enfrentarse a esta ganadería que tanto ha significado en su carrera?

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-Siempre. Los toros de Victorino tienen el componente distintivo de la exigencia que va implícita en su personalidad. Las corridas de Victorino tienen un plus de singularidad que te obliga a poner los cinco sentidos a la hora de entenderlas y analizarlas para poder expresar tu tauromaquia. Volver a anunciarme con una corrida de Victorino será uno de los momentos más importante de esta etapa de mi carrera que comenzará con mi reaparición. Yo le doy una gran importancia a cada encuentro que tengo a lo largo de una temporada con un toro de Victorino. Es algo que sale de un sentimiento, nunca de una imposición de nadie, es algo que yo quiero hacer y cuanto más importante es la plaza, mayor es el aliciente que me supone.

-Hemos hablado de un referente del toreo extremeño como Juan Mora y debemos hablar de su relación con el que, ahora mismo, es el valor emergente por excelencia del escalafón regional, José Manuel Garrido. La veneración con la que él habla de usted y el hecho de que su lesión les haya impedido compartir paseíllo hace que aún sea más atractivo verles compartir cartel, ¿le apetece?

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-A José lo conozco desde que era niño; yo creo que incluso estuve presente desde el tendido en la primera vez que se puso un traje de luces en la plaza de Badajoz. Con el tiempo, con el que era entonces mi apoderado, Raúl Gracia 'El Tato', decidimos hacernos cargo de su incipiente carrera y apostar por un torero que, desde sus inicios, ya mostraba que esa precocidad llevaba consigo una naturalidad muy bonita para el toreo. El tiempo y sus armas como torero no han hecho más que darnos la razón. Se ha convertido en un torero que motiva al aficionado a acudir a la plaza e ilusiona a muchísima gente por el torero que es.

Está claro que me hace mucha ilusión torear con José Garrido. Estamos los dos en matador de toros y sería un día muy especial para mí, muy ilusionante y muy bonito. Para nosotros, lo principal es el cariño y el afecto que surge de nuestra amistad personal y si además podemos compartir como toreros la tauromaquia que llevamos dentro, qué más podemos pedir.

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-El año pasado nos quedamos sin toros en una plaza como la de Cáceres, en la que usted ha cosechado grandes éxitos, y este año vamos por el mismo camino. Algunas ferias pierden festejos por culpa de la crisis y de la presión política existente en torno a la fiesta. ¿Estamos también claudicando en Extremadura a esta corriente animalista que ha fijado su punto de mira en la tauromaquia?

-Yo creo que no. Estamos dando demasiado foco al tema animalista, que lo tiene, pero estamos obviando otro tipo de componentes que, como en Cáceres, están más ligados a entresijos políticos que nada tienen que ver con los toros ni con la tauromaquia.

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Cáceres hace unos años vivió unas ferias preciosas con el resurgir de su plaza y su afición. No solo fui yo, otros compañeros también contribuyeron a que todos disfrutáramos esos tendidos otra vez llenos. No se puede envolver todo en el papel de regalo del tema animalista cuando, en realidad, los problemas son otros. Entre aficionados, empresarios y toreros le dimos vida a la feria de Cáceres, no sólo desde el punto de vista artístico, sino también económico. No es lo mismo la feria de Cáceres con las cinco, seis o siete mil personas que se movían por Cáceres durante los dos días de feria que sin ellas. Cuando todo esto se coarta por decisiones políticas que van en contra de una manifestación social como es la de la afición por los toros, es normal que algo se mueva dentro de ti.

-Últimamente hay una pregunta casi obligada cada vez que uno se sienta frente a un matador de toros. ¿Qué le diría usted a uno de estos animalistas que se muestran tan beligerantes en las redes sociales o en el exterior de las plazas en contra de la fiesta?

-Hoy en día considero muy difícil expresarme con palabras y con sentido común al respecto. Al menos, yo no me siento capacitado. Se trata de confrontar dos ideas que van más allá de la lucha por transmitir de forma comprensible una opinión. A un animalista simplemente le preguntaría qué hace él por defender a los animales o si su posición es simplemente de palabra. Le preguntaría si como persona lleva a cabo más actividades que colaboren con esos animales que necesitan ayuda, que han sido abandonados por otros tantos animalistas que en su día compraron una mascota pensando en que sería el mejor amigo de su vida y a los tres meses se han desecho de ella. Es cuestión de poner en la mesa las capacidades que tienen ellos de aportar en la sociedad de una manera productiva. Nosotros es evidente que, en nuestro ámbito, aportamos a la sociedad, tanto con nuestros impuestos, como con nuestra entrega profesional y el empuje que a muchas ciudades les supone estar ligados a una feria taurina.

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